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-Deberíamos entrar-. Jimin asintió, ambos mirando como las nubes comenzaban a espesar sobre ellos, no tardaría en largarse a llover.

-Si hyung.

El menor guardo las cosas en la canasta antes de colocarse sus zapatos-. ¿Quieres que te lleve en mi espalda?-. Detuvo sus movimientos mirando al mayor de pie junto a él.

-Te dolerá la espalda, puedo caminar hyung-. Jimin sonrió tomando la canasta, guiando sus pasos de regreso a la cocina con el mayor siguiéndolo.

-No eres realmente pesado Jimin, está bien, llevarte en mi espalda no resultó ser ninguna molestía-. Ambos entraron a la cocina y el moreno dejo la canasta sobre la mesa.

-¿Donde esta Seokjin hyung?-. Jimin miro todo el lugar vacío, quería agradecerle al mayor por haber preparado la comida para ellos, todo había estado realmente exquisito.

-Si tengo razón, y sé que la tengo, está compartiendo babas con su novio durante su descanso-. El más alto rió divertido antes de caminar, Jimin siguiendo sus pasos aún sin saber a dónde iban.

-¿Su novio trabaja en el castillo?

-Si, aunque se la pasa la mayor parte del tiempo en la biblioteca, tal vez lo conozcas pronto-. Ambos salieron de la cocina y Jimin pudo observar el comedor, no habían cenado el día anterior y ese se la habían pasado fuera desde que se despertaron así que no había tenido la oportunidad de verlo antes.

-Comienza a hacer frío...

-Vayamos a la habitación, voy a encender la chimenea para que estemos más cómodos hasta que estemos aburridos y se nos antoje hacer algo-. Contesto con simpleza, adentrándose por los pasillos para llegar hasta su habitación.

-Eres muy raro...

-¿Por que lo dices?-. Ya frente a la puerta de la habitación ambos entraron y el moreno fue hacia la chimenea, tomando la leña, que alguna de las empleadas debió de llevar esa mañana, para preparar el fuego.

-Solo lo eres, bueno, para las cosas que acostumbro eres muy raro.

-Deberías explicarte mejor, Jimin.

-Bueno, comencemos desde ayer-. El menor se subió sobre el sofá blanco, mirando al mayor encender la leña mientras abrazaba sus piernas-. Cualquier otro príncipe o noble que conociera se hubiera negado a enseñarme el jardín-. Confesó, mirando como una pequeña llama comenzaba a iluminar y crecer entre la leña-. También haces el fuego tú, la mayoría de la gente se lo pide a los empleados.

-Para que pedir algo que puedo hacer yo.

-Exacto-. El menor sonrió, mirando como Namjoon esta vez se dirigía a la puerta del balcón para cerrarla, evitando que la lluvia entrará y se enfriara más la habitación-. También, muchos príncipes hubieran hecho un berrinche para que al menos los casarán con alguien lindo, tú fuiste tan calmado y me ayudaste a mí con la noticia, también me has ayudado hoy y apenas me conoces.

-Bueno Jimin, no soy bueno con los sentimientos ajenos así que ayudarte a estar calmado para que tú puedas lidiar con tus sentimientos es lo mínimo que puedo hacer-. El mayor se giró mirándolo con una sonrisa tras haber asegurado la puerta del balcón-. Y tú eres muy lindo Jimin, no creo que algún príncipe hubiera hecho algún berrinche para ser comprometido con alguien más.

El rubio miro al más alto sintiendo sus mejillas quemar con sutileza, decidiendo cambiar el tema para que el mayor no lo notará-. Bueno hyung, ¿Que propones que hagamos mientras llueve?

-No tengo alguna idea en particular, pero podemos hablar mientras la temperatura de la habitación se regula-. Namjoon se acercó hasta su clóset, sorprendiéndose unos momentos al verlo más lleno pero recordó que ahora compartía habitación con el rubio en el sillón y se calmó, era más que obvio que las empleadas pondrían sus ropas ahí, tomo un par de mantas de lana y fue al sillón con el menor, era lo suficientemente grande para que ambos se acomodarán con sus pies sobre el sofá-. Ten, te ayudará con el frío.

Cherry BlossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora