Tres de la tarde. El sol estaba muy caliente y Delilah sentía que se derretía mientras esperaba el tren. Tenía un poco de té que había preparado antes de salir de su apartamento y algunas revistas viejas para el entretenimiento. Amaba leerlas y hasta las coleccionaba. Siempre que viajaba sentía la obligación de comprar las revistas de los locales. Era como una pequeña obsesión suya. Desde que había comenzado a estudiar psicología lo hacía. Había sido una manía que le había pegado su profesor.
Llevaba dos horas y media esperando y sentía que no podía más. Los hombros ya le dolían y ni hablar sobre su trasero. ¿Que hacía ahí? Esperaba a su mejor amiga. Gina, su mejor amiga, se había mudado a Manchester
aproximadamente seis meses por su nueva universidad que le había garantizado que al fin podría graduarse.
Las dos habían sido mejores amigas desde la intermedia. Ambas siempre habían soñado con vivir en Inglaterra y juntas lo habían cumplido.
Hoy la esperaba para una sorpresa de la que se había enterado una semana antes. Gina había comprado boletos para ver un partido del Chelsea, uno de los mejores equipos ingleses de fútbol.
Ella no era muy fan del fútbol, pero su mejor amiga sí lo era y como estarían juntas en el mismo lugar era la oportunidad perfecta para crear memorias, y que memoria más bonita que ver su primer partido de fútbol juntas. Aunque Delilah sentía que había algo más detrás de ver el partido. Gina había actuado algo sospechosa cuando le contó la sorpresa por teléfono, debía tener otra intención.Un chillido fuerte llamo la atención de Delilah. Al levantar la vista la muchacha se dio cuenta de que había llegado el tren de su mejor amiga. Con el cuerpo lleno de adrenalina se levantó y dejó todo a un lado. Las revistas cayeron al suelo llamando la atención de los demás. Estaba muy emocionada de ver a su mejor amiga después de casi siete meses. Tenía muchas cosas que contarle acerca de sus estudios y otras experiencias que había tenido últimamente en la universidad. Se había estado sintiendo sola.
El tren se detuvo lentamente. De repente una chica peli negra salió corriendo del tren y se le lanzó encima. Ambas se reían sin parar casi tiradas en el suelo.
— ¡al fin llegaste! — exclamó Delilah abrazándola con fuerza. El olor a rosas de su amiga la dejó casi sin aire.
— es que olvidé decirte que me habían atrasado el viaje, perdón — Gina se dobló para poder agarrar sus maletas que habían caído al suelo por el salto. Delilah deseaba que no hubiera nada de valor porque ya debía estar muy roto.
— no te preocupes, no me aburrí tanto...— río nerviosa acercándose a sus cosas. Agarró las revistas y su bolso que seguían tirados en el viejo banco.
— ¿¡emocionada por mañana!? — gritó Gina dando saltos hasta la salida.
Delilah asintió mientras trataba de guardar todas las revistas dentro de su bolso. Nunca creyó que su bolso era tan pequeño hasta ese momento. Tuvo que cargar una de las revistas para no tener que doblarla. Ambas salieron de la estación de tren y caminaron hasta el estacionamiento. Delilah no había conseguido espacio cerca así que caminaron bastante para poder llegar a su auto. Cuando llegaron Delilah ayudó a Gina a subir y sus cosas y luego se subió mientras las gotas de sudor le caían por la frente. En Londres no solía hacer mucha calor en esos tiempos, pero por alguna razón ese día había sido muy caluroso.
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𝐈'𝐥𝐥 𝐡𝐞𝐥𝐩 𝐲𝐨𝐮 | Kepa Arrizabalaga
FanfictionDelilah, joven estudiante de psicología, no está en busca de amor. Sólo quiere centrarse en sus estudios y terminar su proyecto final de psicología hasta que conoce a Kepa Arribalazaga, joven español que está cayendo profundamente en una depresión d...