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Desde aquella extraña tarde, Delilah no tuvo más contacto con Kepa

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Desde aquella extraña tarde, Delilah no tuvo más contacto con Kepa. Lo encontró en redes sociales, pero no se encontraba activo. Quiso escribirle muchas veces, pero pensó que era mejor darle su espacio. Recién había perdido a sus padres. Tampoco tenía mucho tiempo para hablar con él si pudiera. Estaba ocupada con la universidad y estaba teniendo exámenes finales, pero Kepa le preocupaba mucho. Se veía que le costaba controlarse y perder a sus seres más queridos era de la situaciones más fuertes para ella. Se había distraído con ella después de salir del hospital, pero ¿como lo estaría pasando ahora?.
Todavía pensaba en utilizarlo como modelo para su práctica final, pero ya eso se lo preguntaría después cuando Kepa estuviera algo mejor. Tal vez en unos meses aunque su graduación era ya muy cerca y si no completaba la práctica no se iba a graduar. Por otro lado tenía ventajas con lo de sus estudios en casa y exámenes. Gina estaba fuera del apartamento todo el tiempo así que podía estudiar finalmente en paz. Después de la incomoda situación que habían tenido aquella noche, Gina ya no pasaba tanto tiempo con Delilah.

Llegó el lunes. Kepa la había invitado a su entrenamiento con el Chelsea y estaba muy emocionada por ir. No le había contado absolutamente nada a su mejor amiga. Gina era un poco envidiosa a veces. Cuando eran niñas y le compraban una muñeca a Delilah, Gina siempre trataba de comprar la misma o una mejor. Pasó lo mismo con las universidades. Gina le había dejado se hablar a Delilah no por no asistir a la misma universidad que ella y dejarla sola sino porque estaba en una universidad mucho mejor que la de ella y vivía en un ambiente más lindo. Desde entonces le enviaba reseñas negativas de su universidad para convencerla de mudarse. A Delilah ya no le importaba, pero si limitaba en contarle las cosas por eso mismo. Igualmente Gina ya no pasaba mucho tiempo con ella así que se perdía de la mayoría de las cosas de Delilah.

La brasileña se levantó de la cama. Estaba algo adolorida, después de estar casi doce horas en una silla estudiando no le sorprendía que doliera tanto el cuerpo. Esperaba tener un feo caparazón de tortuga por columna vertebral y no en broma. Con los pies temblando por el dolor de piernas se levantó y se acercó al armario para ver si tenía ropa decente. Hacía tiempo que no lavaba ropa porque el tiempo era muy escaso. Sólo había tiempo para comer y estudiar durante la semana y los sábados y domingos mayormente los tomaba para descansar así que la ropa la mayoría se encontraba sucia. Con suerte logró encontrar un lindo vestido blanco que se veía muy casual. Pensaba combinarlo con un sombrero negro y unas lindas botas aunque lo encontraba algo elegante para ir a ver un entrenamiento de fútbol. Luego de hacer todas sus necesidades, terminó con el baño y al salir se tomó una gran sorpresa. En la mesa de la cocina se encontraba un plato con dos tostadas de queso.

— ¿que es eso? — preguntó arrastrando los pies hasta la mesa. Sentía que estaba cruzando por un campo de clavos cada vez que daba un paso.

En la mesa había un pequeño plato con una torre de tostadas de mantequilla y su lado un bajo de algo que parecía ser café. Detrás del plato había una pequeña nota. Delilah caminó hasta la mesa y agarró la nota.

𝐈'𝐥𝐥 𝐡𝐞𝐥𝐩 𝐲𝐨𝐮 | Kepa Arrizabalaga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora