Delilah, joven estudiante de psicología, no está en busca de amor. Sólo quiere centrarse en sus estudios y terminar su proyecto final de psicología hasta que conoce a Kepa Arribalazaga, joven español que está cayendo profundamente en una depresión d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kepa y Delilah salieron de la pizzeria. Tenían todos los ojos encima de ellos, pero pudieron con eso. Afuera Delilah miró alrededor su apartamento se encontraba justamente en el edificio detrás de la pizzeria así que le ocurrió mejor ir a caminar. Delilah solía dejar su auto estacionado por esa área. Aunque no era para nada seguro pues tenía que estacionarlo ahí porque no podía hacerlo en el estacionamiento de su apartamento. Solía llenarse de más y era muy incomodo asi que prefería dejarlo ahí. Igual los de la pizzeria vivían bastante cerca y ya conocían su auto asi que lo vigilaban de vez en cuando. Delilah miró a Kepa que miraba también alrededor, pero distraído.
— ¿y si caminamos? Mi apartamento queda detrás de la pizzeria — comentó Delilah sonriendo.
Kepa la miró y asintió.
— te acompaño —
Los dos comenzaron a caminar tranquilamente. El ambiente estaba demasiado silencioso para estar en Londres y la gente saludaba agradablemente. Se escuchaban los perros de otros vecinos y risas de niños que jugaban en un pequeño parque que tomaba espacio cerca de los apartamentos. Ambos se sentían demasiado cómodos y Delilah sentía mucha paz. Kepa también parecía sentir porque miraba con una sutil sonrisa.
— ¿extrañas España?— preguntó Delilah de repente para conversar un poco con él. Solamente hablaba con él como paciente y no como amigo asi que sentía que era el momento indicado para eso.
— A veces Londres no es tan diferente si hablamos del ambiente y edificios, pero sin duda extraño la cultura ¿y tú? ¿Extrañas Brasil?— preguntó Kepa de vuelta mientras la miraba con admiración como si hablara con alguien más que con ella.
Delilah sonrió con la pregunta. Nadie antes le había hecho esa pregunta.
— ¿eso es una pregunta? Me crié en la área más cultural de Brasil. Se caminaba descalzo y conocías a todos los vecinos. Aprendí a jugar fútbol a los seis —
Delilah extrañaba Brasil incluso más que a su propia familia. No solía hablar de ese tema, pero tenía una conexión muy increíble con su país. Extrañaba n9 tan solo la comida sino que la música, el ambiente fiestero y la gente de su área. Extrañaba demasiado la naturaleza, los bosques y la fauna. Londres estaba lleno de edificios y contaminación en todos los sentidos. Obviamente también extrañaba a su hermosa familia, pero no tanto como su hogar. Su hogar era lo que más amaba. Hasta ahora no le iba tan mal en Inglaterra, pero no le gustaba así así todo. Llenaba la casa de plantas solo para sentirse más familiarizada, pero no servia de nada. Delilah era una persona algo diferente a los que conocía. Solía llevar la vida al máximo haciendo lo que más le gustaba, comiendo lo que quería y siempre con una mente clara y positiva. Kepa necesitaba aprender mucho de ella y Delilah sabía que haría todo lo posible por hacer ver a Kepa lo poderoso y magnífico que podía llegar a ser él mismo.
— ¿de verdad? No me habías mencionado que jugabas — respondió Kepa sorprendido. No se esperaba para nada oír eso de Delilah. No parecía que supiera de fútbol y nunca había hablando tampoco del deporte.
