"¡Te odio Brianna!" me dice mi hermana furiosa, cuando estamos las dos en el auto. Desde que me subí al auto ha estado gritándome. He hecho lo mejor que puedo para no golpearla para que se calle, pero sigue regañándome por no haberme despertado temprano.
"¡No es mi culpa que el estúpido despertador no haya sonado, Marie!" grito sin poder contenerme, pero ella solo me mira de reojo.
"Te juro que si llego tarde, te voy a asesinar cuando te recoja" me dice mirando a la calle en lugar de a mí.
"Suerte con eso, hoy me regreso con Alex" respondo con orgullo. Ella solo suelta un bufido de desesperación y aprieta el volante con más fuerza, provocando que se le pongan blancos.
Cuando por fin llegamos a la escuela, Marie se estaciona en donde siempre. Justo en medio del estacionamiento. Presumida.
Quita las llaves del auto y toma su bolso de la parte de atrás. "No sé qué haces aquí, ya vas tarde" me dice mientras me mira feo, y sale del auto. "Al igual que yo" me dice mientras cierra la puerta para irse.
Tomo mi mochila y salgo del auto. Barbie barata, pienso mientras la veo caminar con sus altos tacones, moviendo el pelo rubio, hacia su novio perfecto. Marie siempre ha sido la diva de la escuela. La chica con la que todos los chicos quieren. La chica que no solo es una cara bonita, sino que también inteligente. La chica que tiene al mariscal de campo más guapo. La chica que es perfecta.
Yo, en cambio, soy todo lo opuesto. Mi pelo, al igual que el de Marie, es castaño claro, solo que ella se lo tiño rubio. Mis ojos son color miel, pero los de ella son verdes. No soy la chica con la que los niños conviven. Mis calificaciones no son extraordinarias. Mis amigos no son los más populares. Así que tengo que conformarme con ser la pequeña hermana de la diosa de la escuela.
El timbre.
¡El timbre!
Corro con mi mochila hacia la escuela lo más rápido que mis tontos pies pueden. Los pasillos se encuentran vacíos y eso como que me asusta. Empiezo a hacer memoria de que clase tengo ahorita mientras corro. ¿Mate? ¿Química? ¿Historia? ¿Literatura? Ah, no se...
Mi cara se estampa contra una playera azul y caigo de sentón en el suelo.
"Mierda, ¿estas bien?" me pregunta una voz masculina y una mano entra en mi campo de visión. Levanto la mirada y me encuentro con nada más y nada menos que el receptor de los Tigres. Creo que me pierdo un poco en su mirada, porque lo siguiente que siento es que me toma por los brazos y me levanta. "Hey, ¿estas bien?" me repite mirándome mientras me examina.
Estúpida, contesta. "Uh, claro. No fue nada" intento decir con sencillez.
"¿Segura? Te ves algo perdida. Si quieres te puedo llevar a la enfermería" me dice con una leve sonrisa. Oh, diablos. Esa sonrisa me curaría cualquier cosa.
"No. Estoy bien, gracias" respondo, y enseguida quiero estrellar mi cabeza contra el pavimento.
"De acuerdo" me dice mientras se aleja un poco, aun con esa leve sonrisa. Lo que daría por una grande "Em...yo...debo irme. Voy tarde" me dice mientras va dando pasos hacia atrás sin dejar de mirarme.
"Oh...claro. Ve." ¡Quédate!
Y con eso desaparece al dar la vuelta por el pasillo.
Mi corazón esta desbocado, mi sonrisa no se quita, ¿estaré enamorada? ¿Otra vez?
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¿Y si el amor no es para mí?
Roman pour AdolescentsToda mi vida pensé que el amor sería algo hermoso. Que lo más hermoso que había en esta vida era el privilegio de poder amar a alguien y ser amado. Pero nunca pensé que el amor vivniera acompañado de un poco de dolor. Empiezo a pensar...¿y si el am...