Relato

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La habitación estaba oscura iluminada levemente por el fuego de la chimenea. Entre las estanterías que rodeaban la habitación una figura sombría estaba cerca de fuego como si de una observación meticulosa se tratase observaba la llama avivarse y danzar en una melodía que solo la flama parecería oír.

El fuego ilumino el rostro del ser emplumado. La enorme entidad búho envuelta en un trance por el fuego fue liberada por este cuando sintió su cuerpo calentarse totalmente por este. Lentamente se sentó a un lado moviendo sus pesadas túnicas purpuras.

El asiento chillo cuando la criatura bípeda sentó su cuerpo y cómodamente abrió un libro. Al lado una mesita de madera bellamente ornamentada con una tetera hervida y una taza de té caliente.

Levanto su rostro del libro.

-Saludos ciudadanos del reino eterno, que la luz del Señor del Alba los ilumine a todos. -levanto con su mano la taza de té- vienes ahora con ¿preguntas? ¿Tareas? ¿Una búsqueda del saber? ¡Ba! Lo que sea que me quieras preguntar yo te lo responderé-.

Un profundo silencio lleno la habitación.

¡Ha! veo que eres un dios de cultura. Pero preguntar sobre tales hechos dejaría a muchos con temor y a ti con conocimiento que no debes saber. La gran mayoría de entidades desea que esos monstruos jama hayan existido, desean simplemente ser los únicos poderes en el cosmos y que solo ellos deban ser temidos y respetados. Pero parece ser que a ti no te importa eso, verdad.

!!!Que los cinco poderes se apiaden de ti joven Dios por busca el conocimiento¡¡¡

El dios búho se rió mientras apretaba su libro y tosía levemente.

-Bien empecemos por el inicio de los tiempos-. Sus ojos amarillos miraron directamente al joven dios.

Mucho de lo es no llego a hacer si no fuera por nuestros ancestros. Qué sería del universo si ellos no hubiesen sido quienes con valor y valentía demencia lucharon contra las Vestías de la creación.

En el inicio no hubo más que guerra y dolor no hubo más que caos y pandemonio. Y quienes en este inicio de los tiempos se coronaban como las criaturas supremas. Amantes del caos y con hambre sin fin, bestias supremas de depravación interminable. En un hambre eterna no dudaron en declarase la guerra entre ellas mientras rasgaban el joven éter y ponían en jaque al universo recién nacido.

Entre ellas escogieron por garras y colmillos a los más fuertes entre pensamientos arcaicos se hicieron señoríos de muerte y destrucción sin fin.

Hasta que el sueño que dormía la misma dama Vida se rompió y como una corriente desatada los Dioses despertaron en el cosmos y no sintieron más que horror sin fin porque las vestías habían encontrado a sus presas tan esperadas.

Las lágrimas plagan estas eras como las estrellas plagan el firmamento de lo terrenal. Entre luchas y guerras sin fin, entre heroicos héroes que murieron en vano, entre la división y el resentimiento. La desconfianza plago toda la creación y las vestías se dieron un festejo en nuestra debilidad.

Pero como es a la oscuridad es a la luz. Y en la tribu del este, entre las cuevas y escondidos del peligro. Un niño nació en esta era y con él, vendría el alba del mañana.

Unió a las tribus una por una con valentía y diplomacia logro atraer a los temerosos y escépticos, con la ayuda de su mejor amigo el dios de plata logro transformar a los dispersos en legiones y a los temerosos en guerreros, ese era su sueño.

Pero aun así a pesar de su mejores esfuerzo las bestias se sacudían las flechas y las espadas. Se reían de todas las armas y estrategias de cada sello emergían de nuevo más enfadadas más hambrientas. Y cuando toda la esperanza se había perdido.

El dios volvió a beber su té y se aclaró la garganta.

Ukr el dios de plata volvió a ellos de su larga peregrinación con la voluntad en su corazón y la divina inspiración de los grandes poderes. El Dios de todos los herreros, el primero de ellos, el más noble: se dio a la tarea titánica de crear las cien armas que pondrían la balanza en su justo lugar.

El dios búho se aclaró la garganta -perdón por eso, me he estado metiendo mucho en las fiestas de los artesanos-

Y el dios termino su labor y estuvo con su pueblo treinta siclos y cuando termino los planos para una ciudad donde todos los dioses pudiera morar y dejando muchos proyectos sin finalizar. El primer avatar lo vino a buscar más este le llamo amigo y se fue con él. Para caer en un sueño del cual aún no despierta ni despertara jamás.

Pero sus hechos son leyendas y sus armas rebelaron ser la verdadera debilidad de las vestías aunque no pudieron destruir a estas criaturas rebelaron poder debilitarlas lo suficientes para poder sellarlas de manera permanente.

Y sin las presión de las vestías muchos dioses se marcharon pero otros permanecieron con el rey.

Una nueva era llegaba para el universo con cada vez menos bestias libres el orden por fin llego y luego de eones en los planos mortales cazando y llevando a tales pesadillas al anonimato los dioses por fin se retiraron al plano el cual debían morar.

Y he aquí joven dios el inicio del todo. Aunque joven estudioso cabe la duda del más profano pensador ¿quién creo a tales bestias de perdición? un misterio que es mejor no indagar.

Parece que nuestro tiempo llega a su fin joven lector.

Su rostro emplumado empieza a girar.

Te deseo las más grandes suertes y mantente alerta. A un rondan el cosmos y están hambrientas de carne fresca.

¡Que el alba te sonría!

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