La biblioteca estaba vacía desprovista de toda actividad y era de esperarse ya que a estas horas de la mañana con la neblina aun alta, era poco probable que alguien viniese y menos contado con el enorme frió que había bajado de las montañas. Liriin estaba feliz la biblioteca siempre mantenía un clima cálido en su interior mientras la estación del invierno estuviera.
Había un silencio satisfactorio y prometedor.
Aunque viniendo de ella podría sonar algo contradictorio ya que su raza estaba en sintonía con la melodía primordial ligada a la armonía. La falta de sonido los volvía extremadamente incómodos pero para ella resultaba más que una satisfacción. El poder tatarear su propia melodía y llenar este vacío de silenciosa melodía armónica aunque en el peor de los casos detestaba el ruido caótico mejor dicho lo odiaba, pero era de todas formas mejor a una ausencia de sonido. Algo lo cual no se pudiera llenar con ningún canto el silencio que devora toda la música dejando nada más que un vacío insondable y eterno.
Era un miedo intrínseco en toda su gente.
Se sentó cómodamente en su silla, abrió un libro y tarareo para sus adentros una melodía dulce y relajante. Habría estado en la mitad de su libro cuando lo sintió como si algo rompiera el silencio y lentamente se hizo más fuerte.
Dun.....Dun...Dun....
Su ceja se levantó mientras aún estaba metida con el libro.
Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun.... Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun.... Dun.....Dun...Dun....Dun.....Dun...Dun....
Un leve tic se formó en su ojo mientras apretaba con más fuerza el libro y lo levantaba para tapar su visión pero no fue suficientemente rápido y sus ojos captaron un par de orejas felinas. En ese instante las orejas se sorprendieron y se hundieron rápidamente entre las mesas desapareciendo de la vista.
No pasó nada por un tiempo pero ella se mantuvo precavida.
-¿qué estás leyendo?- hablo una voz femenina. Su cuerpo se tensó mientras un par de brazos bajan por sus hombros y un débil ronroneo se escuchaba en su oreja. Un aliento a pescado la golpeo. Unos ojos rasgados color rosa la saludaron con la sonrisa más brillante que jama había visto-es un libro un poco aburrido ¿no tiene dibujos?-
-¿qué?...no...no....no-asevero intentado sacársela de enzima. Más la chica gato tomo su libro con facilidad y dio un salto con voltereta en el aire cayendo al frente del escritorio.
-sigue siendo aburrido, no tiene dibujos- dijo negando con la cabeza mientras lanzaba el libro por los cielos e impactaba de lleno en la estantería correcta deslizándose sin problemas en su lugar correspondiente -¡vamos amiga! no debes tener esa expresión fruncida-ella tomo sus pálidas mejillas e intento hacer una sonrisa pero no pudo.
-ojos rosa, tés oliva, cabellos orejas y cola color cafés. Ropas de bufón y una gargantilla en forma de campanita. Eres sin duda alguna Felicity Diosa de la alegría y los juegos- exclamo Liriin apretando sus labios e intentando contener su furia-¿qué haces aquí? ¿Acaso quieres que te veten de algún otro lugar?-.
-¡¿Vetarme?! ¡A mí!-dijo ella pinchando sus mejillas intentado verse adorable mientras sus ojos brillaban -¡Nop! Solo viene aquí porque afuera estaba muy frio-remarco sus palabras tiritando de frió- y aquí se veía bastante caliente y además -ella golpeo el escritorio con sus manos -puedo hacer una nueva amiga-le dedico la sonrisa más agrande y estiro su mano en señal de buena fe.
-¡No!-respondió la joven bibliotecaria tajantemente ignorando la mano extendida-no, es no. He oído suficiente de tus andadas y locuras que causas a tu alrededor-.
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Relatos del Bibliotecario
RandomEl Dios búho explica los hechos del cosmos (a ti) junto con su joven aprendiz Liriin. Mientras que van interactuando con diferentes Dioses y en las sombras un monstruo antiguo amenaza la frágil paz que impera. (En búsqueda de una descripción mejor :)