La piedad era un extraño para la mayorías de los viejo dioses era un asunto renuente ya que en la mayoría de sus largas vidas había sido relegado a solo los miembros más prominente de su pueblo y la mayoría de ellos no terminaban viviendo mucho. Tales eran los hechos de las primeras eras donde los muertos eran dejados para ser devorados y los heridos simplemente eran finalizados.
Fue Namin quien abandono sus puños de furia y abrió primero sus manos hacia la infinita misericordia de la sanación y tal cual como ella y sus habilidades. Muchos la siguieron hacia esta disciplina impulsada en la supervivencia de los guerreros heridos. Para que nadie más muriese en las largas guerras que se libraban por el cosmos.
Aun así el dios búho nunca tuvo una buena acogida en los hospitales arcaicos que se formaron en un inicio y aunque mucho ha cambiado. El siempre recordara los gritos y el olor repulsivo de los muertos y aún más las técnicas de sanación.
Su cuerpo tirito.
-Detesto los hospitales-pensó Sova mientras estaba sentado con sus piernas cruzadas en una habitación blanca leyendo un libro. Al frente había una cama donde acostada estaba su aprendiz Liriin con una intravenosa que goteaba un líquido verde fluorescente.
Las cortinas que dividían la habitación y minimizaban el bullicio de afuera fueron abiertas ingresando a la pieza una figura de piedra con un rostro poco definido. Usaba un traje oriental de color café y portaba un pequeño paquete entre sus manos.
-Saludos maestro Sova- respondió el ser mientras se acercaba a la mesita y ponía el paquete en esta. Procedió a poner su mano en la frente de la joven y enviar un pulso dorado por su cuerpo- mi madre le envía sus saludos y lamenta no poder venir en persona pero otros asuntos han llegado a sus manos-.
-está bien -respondió el búho humanoide mientras asentía tranquilamente-tenerte aquí, joven Jaidev es más que suficiente, en tus suaves y sabias manos dejo a mi aprendiz- el joven dios asintió mientras procedía a ser un movimiento de dedos y tocar con su pulgar la frete de la chica.
Un sonido de inhalación profunda inundo la pieza mientras una serie de arcadas inundaron a Liriin mientras su pequeño cuerpo tocio sin cesar.
-Cof....cof...cof...-sus ojos apenas enfocaron aun figura al lado de ella sentada en lo que parecía ser un banquito. Pero su aunque borrosa forma le pareció demasiado familia. Llevo una débil sonrisa a sus labios-maestro yo...cof...cof...cof...-
-por favor cálmese -la voz masculina corto sus pensamientos mientras miraba la figura café y ploma.-que debe agradecer a algún poder que allá salido relativamente indemne de semejante caída pocos pueden decir que tiene un....mmm trasero tan firme-ella se sonrojo ante el comentario- parece que sus siglos como mensajera le han ayudado mucho en esta supervivencia-.
Lentamente recupero su vista y miro al ser de piedra delante de ella-¡O-O Mi Señor Jaidev! ¡Yo!. ¡Cómo!. ¡Es indigno que si quiera me trate!. No. No. me toque con sus manos- ella intento apartarse pero apenas pudo moverse intento buscar apoyo de su maestro pero el simplemente siguió leyendo le libro y le regalo solo una levantada de cejas.
-¡maestro esto no lo cubre el seguro! ¡Voy a perder todo mi salario por cinco años!-ella dijo lamentándose mientras intentaba mantenerse cuerda ante la magnitud del dinero que debería pagar.
-no se preocupe joven -respondió el sanador-el maestro Sova ha pagado por todo y ha insistido mucho en eso aunque el tratamiento seria gratis si él lo solicitara-el dios búho solo se encogió de hombros restándole importancia y termino el libro dejándolo en la mesita de al lado.
-no preocupaciones Liriin todo estará bien además tu amiga te dejo un ramo de flores cada día que estuviste inconsciente-dijo su maestro mientras los ojos de su asistente giraban mirando el ramo de flores blancas que brillaban en un resplandor pálido y una cartita abajo en el masetero:
[Recupérate]
-yo...estuve...
-una semana joven-respondió Jaidev mientras se acercaba a la mesita y abría el paquete que tenía al frente de él rebelando un set de agujas de jade- Felicity fue muy amable en venir todos los días a verte y traerte un ramillete de tus flores preferías- Liriin quedo simplemente confundida como es que ella sabía cuáles eran sus flores preferidas. Él dios de la sanación continuo- las flores de luz de luna son muy difíciles de conseguir pero ella se las arreglo para traerte uno todos los días. Claro además de cumplir su condena por destrozos a la propiedad y provocar herida no intencionada a otra persona. Algo típico de ella si me lo preguntas esa chica pasa demasiado tiempo familiarizándose con los guardias y las celdas por delitos menores-.
Las agujas levitaron poniéndose en posición en cada punto de energía de su cuerpo. Había dos apuntado a cada uno de sus ojos-es una chica problemática pero es una buena persona -dijo Jaidev mientras rellenaba un formulario-no te preocupes Liriin la mayoría dicen que tengo el pulso de mi madre y su suavidad-
Suspiro aliviada-gracias a Metatrón -
Las agujas cayeron en su sitio y solo hubo un pequeño espasmo en el cuerpo.
Salida del hospital
Liriin estaba como una gelatina y con la sonrisa más boba que podía tener pero gracias a su cabello largo no se notaba.
-gracias por todo -dijo el dios búho mientras daba un apretón de mano al sanador-tu ayuda a sido cuantiosa-el dios de piedra levanto un mano y negó con la cabeza.
-era mi deber como médico y sanador-dijo mientras se daba la media vuelta y regresaba hacia el hospital levantando una mano y despidiéndose.
-es mi deber volver al trabajo~hablo Liriin con su melódica voz mientras todo sus pensamientos se escurrían de ella y se movían como una gelatina tanto en mente como en cuerpo. Estaba completamente dopada por el tratamiento.
La mano de su maestro se tensó sobre su hombro y ella desapareció.
Apareció después en la cama de su apartamento rodeada por sus libros y barias de sus colecciones de peluches y dibujos que había intentado hacer pero sin éxito. Cerró sus ojos y durmió.
Eres simplemente.
Un producto imperfecto.
El cual debe ser devuelto.
Para ser reutilizado.
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El sonido de las espadas decoro la ilusión de la noche en reino celestial. Gritos de rabia hicieron eco mientras un guerrero solitario luchaba contra los enemigos que atacaban su asentamiento.
-¡porque! -grito mientras cortaba la cabeza de su atacante-porque-el guerrero grito mientras a pasos lentos y rotos los demás asaltantes le rodearon.
No es una revelación... no es una visión... ¡no es espasmódica esta situación!
Defendiéndote, atacando. A quienes fueron tus hermanos, tus amigos. Cual sagrado deber ha sido pisoteado.
El guerrero se tensó mientras sus manos apretaron con fuerza su espada, estaba rodeado. Observo su situación y contemplo la derrota. Entre la cantidad de cuerpos uno se inclinó y recogió su cabeza y se la coloco.
¡Que delicioso encanto de desesperación en esta pesadilla hecha realidad!
La figura era una armadura del pecho para arriba y hacia abajo estaba cubierta por la tela de su túnica. Sus guantes metálicos se apretaron y sostuvo con determinación su gladio con motivos de león.
La mentira del valor. No esconde el hedor de miedo. Y la desesperación~
Grito una última vez un cántico de batalla hasta que el silencio gobernó en los alrededores callando la fortaleza.
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Relatos del Bibliotecario
AlteleEl Dios búho explica los hechos del cosmos (a ti) junto con su joven aprendiz Liriin. Mientras que van interactuando con diferentes Dioses y en las sombras un monstruo antiguo amenaza la frágil paz que impera. (En búsqueda de una descripción mejor :)