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-Versión 1.0.-

Clasificación +17.
Sexo, violencia, lenguaje inapropiado.

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-Hoseok ya te dije que no quince veces. Déjame en paz.

-Bien, tú te lo pierdes.- escupió y soltó sus brazos empujándolo contra los casilleros con más fuerza. Hizo una mueca ante el chico, y tomando su mochila del piso, se retiró a zancadas, enojado y maldiciendo por lo bajo ante otro fallido intento en la semana de acercarse a él.

El castaño suspiró aliviado y agitado, tratando de recuperar la respiración por el momento tan terrible que sufrió otra vez consecutiva.

Miró su mochila a unos metros en el suelo y se incorporó para caminar a ella y así poder alzarla refunfuñando por el recuerdo cuando Jung se la tiró. Se agachó para tomarla, pero al momento de hacerlo, una mano se posó primero en ella.

Analizó la mano con una ceja alzada y curiosidad. Ésta era grande, ruda y... llena de tatuajes que no entendió.

Alzó la vista y lo que vió frenó más su corazón y cuerpo entero.

Juró que podría salirle enseguida baba de sus labios que se habían entreabierto al mirarlo.

-¿Ése idiota te la tiró?

Su voz dió un espasmo en su cuerpo y juró, otra vez, estar a punto de venirse por lo ronca y masculina que era.

-S-si...

Diablos, odiaba sus nervios que lo hacían tartamudear.

El tipo asintió y la alzó incorporándose para extendérsela. El castaño se paró de inmediato y agradecido la tomó, avergonzandose y regañandose profundamente por lo rosa que era.

Dios, tuvo que traer ésa justo hoy.

-Linda mochila.- sonrió de lado sin enseñar los dientes y se retiró a pasos firmes por el largo pasillo a la derecha, dejando plena vista de su ancha espalda cubierta por una chaqueta muy negra con parches de animales, logos de bandas de rock y frases en otros idiomas.

-Gracias...- susurró en silencio, a sabiendas que no lo había escuchado, con su mirada embobada aún en la figura ruda que se alejaba cada vez más.

Había encontrado al hombre de sus sueños.

-

-No sé su jodido nombre, Seokjin, basta.

-Ugh. No me sirves.

-¿Conoces a Park Jimin?

-¿Quién no?- respondió con un tono de obviedad.

-Bueno, dado que todos lo conocen, él también conoce a todo el mundo. Seguro sabe quién es tu chico malo.

-¡Eso es! ¡Eres un genio Taehyungie!- sonrió en grande hacia el chico y se paró con prisa de su asiento para guardar todas sus cosas en su rosada mochila y colgarla a su hombro con rapidez dirigiéndose a la salida y dejando al pelirrojo solo en el aula vacía.- Adiós, ven a mi casa después de clases, no lo olvides!

-Claro nene.- habló en voz alta sin despegar la vista de su teléfono.

Jin sonrió y corrió entre todos los estudiantes chocando y esquivando, hasta el lugar donde sabía siempre estaba su querido Park.

-¡Parkie!

-Piérdete.

Si, muy querido.

-¿Sigues enojado por tu moto?

smoke © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora