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Las estrellas brillaban en el oscuro cielo nocturno sobre ellos; su cabeza estaba reposada sobre el hombro de Namjoon, y sus manos jugueteaban entrelazándose entre las piernas de ambos.

Desde aquella colina se podía ver toda la ciudad iluminada, los ruidos de autos y gente se escuchaban muy a la lejanía desde ahí arriba, pero él sentía que el único ruido que se podía oír más fuerte era el latir de su corazón desenfrenado por tener aquél chico a su lado que ahora era su novio.

Qué ilógico, cuanto más lo pensaba más irreal era. El día que conoció a Namjoon y quedó flechado con éste luego de que alzara su mochila que Jung le había tirado, jamás pensó que estaría en esas situaciones con él ahora, luego de que aceptara que sean pareja.

Namjoon, por su parte, se sentía muy idiota. En todo el viaje hacia allí y todo el rato que llevaban sentados juntos no había podido articular algo coherente. Pero es que, diablos, se sentía tan emocionado, tan explotado de sentimientos ahora que no sabía qué decirle al precioso chico que tenía como novio ahora, el cuál estaba recostado en su hombro hacía rato.

Pero de todos modos, el silencio también era algo convencional, podían simplemente disfrutar de la compañía del contrario y la sola presencia que los hacía felices.

-Namjoon...

-¿S-si?- respondió al llamado dulce, un poco nervioso.

-¿Tienes algo de comer? Mi estómago ruge.

Namjoon soltó una pequeña carcajada que achicó el corazón del contrario, el cuál se sonrojó un poco más.

Besó su mejilla tiernamente con algo de nervios y se separó para mirarlo bien a los brillosos orbes que lo atontaban.

-De acuerdo lindo, iremos a comer donde tú quieras.

Él asintió, sintiendo sus mejillas más rojas por la cercanía de ambos. Sus rostros sólo estaban a centímetros y los labios de ambos picaban por unirse.

-¿Estás esperando algo para besarme?- cuestionó en un susurro impulsivo, sorprendiendose a sí mismo y al contrario, quién abrió los ojos y no dudó en pegarlo enseguida a sus belfos como estaba ansiando.

Los labios de Jin se sentían, por alguna razón aparente, mejores que antes. Quizás porque sus sentimientos habían incrementado desde que estaban oficialmente juntos, o tal vez la forma en la que le exigió prácticamente que lo besara, o sólo porque cada día se enamoraba más y más de ése chico rosa que lo dejaba en las nubes con todo su ser.

-

Luego de un viaje entre sonrisas nerviosas y música relajada, llegaron a un parque de diversiones que Seokjin indicó puesto que ahí había un lugar de tacos que le encantaba al menor.

-Uhm... ¿estás seguro de venir a un parque de diversiones?

-Huh si, ¿por qué no?

-N-nada sólo... pensé que querrías algo más tranquilo.- rascó su nuca desviando la mirada, sintiendo su mano balancearse con cada paso, agarrada firmemente a la contraria.

-¿Tienes miedo a algún juego, Joon?- frenó mirándolo con una ceja alzada, reprimiendo su risa por dentro.

Namjoon se veía asustado y nervioso, no quería ser descubierto así, quería impresionar a Jin en su primera cita, no parecer un niño de cinco años temeroso por las enormes montañas rusas que estaban ahí tan altas, largas, grandes...

De acuerdo, estaba muy asustado y no podía ocultarlo. Pero había visto el brillo en los ojos de su chico al mirar esos juegos que se empeñaría en subir al menos a uno sin temer.

-Creo que es mejor que subamos y luego comamos, no será bonito desechar todo.- comentó cambiando ágilmente de tema, pero aquello también era importante.

El castaño asintió con los ojos levemente entrecerrados y volvió a tomar su mano con fuerza dirigiéndose con tranquilidad por la feria y juegos que había en el gran parque, observando todo alrededor mientras caminaban de la mano entre toda la muchedumbre que los empujaba sin prestarles atención.

En un momento su espalda terminó contra el pecho de Namjoon, producto de la gente que se había aglomerado en el espacio, y caminaban con dificultad sintiendo la respiración del contrario casi en su nuca.

Al poder salir a un espacio con menos personas, respiraron un poco más hondo y se sonrieron, dándose cuenta de que sus manos jamás se habían separado siquiera un milímetro y seguían entrelazadas, acariciándose con sigilo de a ratos.

-¿Vamos a alguna montaña rusa?

-Huh c-claro, si tú quieres.- cedió, más impulsado por la emoción de él que su miedo.

-Sé que te asusta Joonie, no iremos si no es de tu agrado, tiene que ser divertido para ambos.- le sonrió, girándose para mirarlo feliz y enternecido por su temor.

El corazón del motociclista retumbó y, muy conmovido por aquellos encantos, negó.

-Si tú quieres subir, subiremos. Me arriesgaré por tí Jin, de todos modos debo superar en algún momento ése miedo.

Seokjin lo miró con los ojos más brillosos y sonrió enormemente, se acercó rápidamente a su cara y lo besó en la boca con velocidad tomando ligeramente su cuello para acercarlo debido a su altura.

-Gracias Joon, eres el mejor.- rió y tomó de nuevo su mano para arrastrarlo a la atracción que lo tenía emocionado desde que llegaron, sin notar la sonrisa boba que tenía el otro ya en las nubes por su simple beso.

-

-No puedo creer que me hayas hecho subir a eso.

Las carcajadas de Seokjin no cesaban y Namjoon seguía con su semblante frustrado bufando divertido por las risas del chico y la situación pero con algo de enojo porque él lo había hecho subir a la montaña rusa más alta y rápida, y al salir sus cabellos quedaron muy desordenados y su rostro en shock, lo que ocasionó las risas del castaño.

Cuando su risa no paraba lo miró mientras caminaban, sonrió de lado y con un impulso tomó fuerte su mano, se dió vuelta para que queden de frente y jaló su agarre para acercarlo hasta su pecho chocando ambos. El rostro de Seokjin estaba brilloso y sorpresivo frente al suyo, sólo a centímetros, y él no borraba su sonrisa ladina y el semblante con sorna.

-¿Te parece divertido mi terror?- susurró con voz grave y sensual, erizando los cabellos de Seokjin quién quedó perplejo y de labios entreabiertos sin saber qué decir, sintiendo su respiración pesada.

-N-no...

-¿Ujum?

Tomó su mentón con dos dedos, alzándolo hasta que sus bocas casi rozaron, su respiración también fue pesada y fueron cerrando sus ojos uniendo sus labios con lentitud.

Namjoon tomó sus belfos entre los suyos y lo besó lento y suave, como si deseara grabarse sus labios en los suyos por siempre. Ambos los movieron sintiendo el dulce sabor que tenían los ajenos, sintiendo maravillas en sus interiores aún que no fuera la primera vez que se besaban.

Al despegarse con un chasquido sonrieron tontamente todavía con sus ojos cerrados, y sus emociones y corazones a mil por hora.

-Te quiero Seokjin.- susurró contra sus belfos.

-También te quiero Namjoonie.- y volvió a plantar un besito en los labios del otro sacándole una sonrisa aún más grande.





















Espero que les guste mucho, cuídense amorcitos<3

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smoke © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora