Día 01: Ola de calor.

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Disclaimer: Los personajes de Boku no Hero no me pertenecen; créditos correspondientes a Kōhei Horikoshi. Posible (o mucho) OoC en los personajes.

Nota: Yo sé que canónicamente Bakugou no huele a dulce —nunca lo han confirmado ni desmentido—, pero me aferro a la idea de que si lo hace por la nitroglicerina. Huele como a un rolecito de canela <3

 Huele como a un rolecito de canela <3

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—Aquí tienes, viejo.

Cuando la pequeña toalla cae sobre una de sus manos, la mejor manera que posee para agradecer el gesto es soltar un asentimiento y un pequeño bufido.

Restregó el paño sobre su rostro, secando las copiosas gotas de sudor que su piel levemente sonrosada y bronceada estaba segregando luego de un intenso entrenamiento al lado de Kirishima en un caluroso día de verano.

Amaba los climas calurosos porque, entre más calor, más sudor para él, y si había más sudor para él, había más nitroglicerina que detonar.

Lamentablemente para Kirishima, él siempre resultaba ser su conejillo de indias en esos días tan calurosos de verano, los cuales Bakugou jamás desaprovechaba para entrenar rigurosamente. Los demás miembros del BakuSquad se salvaban por los pelos únicamente porque huían despavoridos al oler el peligro de Bakugou ahechándolos para hacerlos entrenar hasta morir.

—Ya no puedo más. Me duelen hasta las pestañas.

Bakugou chasqueó la lengua.

—Es porque eres un puto debilucho.

—No, más bien, es porque tú eres un perverso compañero de entrenamiento. Además, tienes muchísima ventaja en días tan calurosos como estos —estiró su espalda, sintiendo como su húmeda camiseta se pegaba a su torso —. Me rindo. Voy a tomar una ducha y tomaré una siesta, ¿vienes?

Katsuki se estiró sobre el banco para tomar su mochila de entrenamiento y rebuscar entre sus cosas, siendo observado con curiosidad por su amigo pelirrojo.

El chico de ojos rojizos y profundos saco su celular para mirar la hora.

—No, iré en un rato —contestó después de cerciorarse de que fuesen las 5:30 de la tarde.

El pelirrojo lo miró con duda, pero prefirió no cuestionar absolutamente ninguna acción de su temperamental amigo, mucho menos cuando estaban en pleno verano. Era una regla básica si querías ser amigo de Bakugou Katsuki y no morir en el intento.

—De acuerdo, nos vemos luego, bro —se despidió con ánimo, echando su toalla sobre su hombro mientras avanzaba hacia la salida.

Bakugou simplemente soltó un cabeceo sin dejar de ver la pantalla de su celular.

Faltaban pocos minutos para que cierta persona pasara justo por ahí para ir hasta los dormitorios. Jamás lo admitiría, pero siempre que terminaba de entrenar solía esperar a que esta persona llegara, todo con tal de poder estar un momento a solas con ella.

Kacchako Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora