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Rosé podía sentir la pequeña entrada de luz que daba el lugar. Parpadeando un poco, se da cuenta dónde y con quien está. Está acostada aún en el piso del cobertizo de Jennie. Estaba encima de un pequeño colchón, abrazando el cuerpo de Jennie, con todos los animales a su alrededor durmiendo con paz.

La noche anterior, decidieron que era mejor quedarse junto a los animales, entonces decidieron traer un pequeño colchón antiguo, algunas frazadas y acostarse.

Después del beso compartido por ambas no se dijo nada, pero eso no significa que no se volviera a repetir. En la noche, Jennie aprovechó un poco la oscuridad y tranquilidad del cuarto, besando con suavidad a Rosé, quien correspondió de igual forma, intentando no moverse mucho al estar rodeadas de los pequeños.

Parece que haber dormido aún con su ropa mojada le hizo mal a Jennie. Rosé podía sentir el rostro de Jennie caliente, y de vez en cuando en la noche había estornudado. Entonces decidió levantar a Jennie para que tomara un baño y se acostara debidamente en su habitación.

Dejó su mano en la frente de Jennie, acariciando un poco su rostro para despertarla, intentando no alarmar a los gatos y perros que las rodeaban.

––Jen –

––Nini...–

Al ver que no reaccionaba, Rosé intenta quitar las manos de Jennie de su cintura, sin lograrlo. Al parecer Jennie si estaba despierta, sin querer soltar el cuerpo de Rosé, pero ignoraba sus llamados.

Rosé apoyó su cuerpo de tal manera que quedara frente al de Jennie, pasando lentamente sus manos por el rostro de Jennie, acariciándolo. Eso hizo que Jennie sonriera un poco, acercando más el cuerpo de Rosé al suyo, enterrando su cabeza en el pecho de Rosé, respirando con tranquilidad.

Rosé dejó que Jennie lo hiciera, empezando a acariciar el largo cabello de Jennie, enredando sus manos en el, haciendo que la misma soltara suspiros de satisfacción.

––Nini de verdad creo que tendrías que quitarte la ropa, te hará mal –

––¿Quieres que me quite la ropa? Eso es ir rápido Rosé –

Rosé se sonrojó al escuchar como Jennie distorsionaba sus palabras, pegándole levemente en el hombro.

––De verdad Nini, estás ardiendo –

––Ohh, gracias –

––¡Ya deja de malinterpretar mis palabras! –

Jennie comienza a reír, lo cual se detiene cuando la tos la ataca sin previo aviso, de repente se sentía un poco caliente y la cabeza le daba vueltas, aunque estuviera acostada.

––¡Te lo dije! Y encima despertaste a los bebés –

Jennie sonríe contra el pecho de Rosé, para después sentir un gran dolor en su cabeza.

––Me duele –

Ante las palabras de Jennie, Rosé se levanta un poco, tirando a Jennie para que hiciera lo mismo.

––Vamos Nini, tendrás que bañarte –

Jennie asiente a duras penas, dejando a Rosé guiarla hasta su habitación. Por la iluminación, se podría decir que eran cerca de las diez de la mañana o pasadas.

Cuando Rosé intenta quitar los brazos de Jennie de su cintura, esta se niega, enganchandose aún más fuerte.

––Vamos Jen..–

––Rosé me siento mal –

––Lo sé, pero después de bañarte con agua tibia y acostarte te sentirás mejor, confía en mí –

Rosé desenreda completamente sus cuerpos, viendo bien la cara de Jennie, lucía un poco roja y su voz más ronca de los normal.

––Vamos Nini, toma una ducha mientras yo preparo el lugar y tu ropa –

––Lo intentaré...–

Rosé cierra la puerta del baño, empezando su búsqueda por la ropa de Jennie. Sus cajones estaban llenos de ropas gigantes, bueno para alguien como Jennie eran gigantes, se decidió por un pantalón corto negro y una remera corta del mismo color. En cuanto a la ropa interior, decidió tomar la primera que vio, sin revisar mucho.

Mientras revisaba un poco los cajones, Rosé se encontró con una dañada foto, parecía Jennie y dos personas totalmente desconocidas para ella, Jennie tenía un serio rostro, mirando directamente a la cámara.

Rosé decidió dejar eso a un lado, sin entrometerse mucho. En uno de sus cajones había encontrado un gorro de oso, Rosé lo tomó, dispuesta a ver a Jennie con el mismo.

Cuando la puerta del baño se abrió, Jennie tenía la toalla envuelta en su cuerpo, dejando caer algunas gotas por el piso.

––Estaré afuera – Rosé decía, mirando con nerviosismos a Jennie.

––Si eso quieres...–

Rosé cerró con rapidez la puerta, dejando que Jennie se cambiara.

Después de pensarlo unos minutos, decidió hacer algo de comida para ambas ya que su cocinera experta no se encontraba bien. Revisó una vez más los animales, todos volvían a dormir, excepto Hank que estaba ladrando en la cocina, esperando su comida.

Preparó algo simple, huevos revueltos con un poco de limonada que había en la heladera, tomó todo, seguida de Hank que aunque ya había comido, quería más.

––Hank eres un glotón, esto es para mamá Nini – Hank ladeó un poco su cabeza sin entender, ladrando de nuevo.

Al llegar la imagen que Rosé se encontró no podía ser más tierna, Jennie estaba con el gorro que ella había encontrado anteriormente, abrazando nuevamente una de sus almohadas, se veía muy tranquila que Rosé no quiso despertarla. Dejó la comida a un lado, evitando que Hank la comiera. Recostó su cuerpo junto con el de Jennie, colocando una de sus manos en su frente, parecía un poco mejor, pero debería dejarla dormir por ahora.

Mientras cuidaba a Jennie, su padre llamó para preguntar como estaba, diciendo que el servicio telefónico y la fuerte lluvia impidió un contacto más temprano. Rosé contó sin muchos detalles lo sucedido la noche anterior, evitando claramente la parte del beso, su padre solo dijo que cuidara de Jennie, que en una hora él y Momo estarían allí.

Rosé veló el sueño de Jennie por lo menos unos quince minutos, pero después se dio cuenta del desastre que la casa tenía, durante sus corridas habían llenado, sin querer, un poco la sala con barro. Rosé deja un beso en la frente un poco más tibia de Jennie, dirigiéndose a la limpieza, Jennie necesitaba descansar.

Limpio acompañada de Hank, en realidad parecía que ese se burlaba de ella, aunque después de unos minutos, Hank desapareció por ahí.

Al Rosé terminar las últimas partes del piso, decidió echar un vistazo a Jennie, quien estaba en la misma posición y Hank en sus pies. Parecía tener frío, entonces Rosé decidió agarrar la colcha, tapándola. Jennie se removió un poco, suspirando con tranquilidad entre sueños.

Después de todo eso Rosé decidió esperar a su padre en la entrada recibiéndolo al bajar del auto con un gran abrazo, realmente lo extrañó. Momo observaba la escena conmovida, hasta que Rosé decide abrazarla de igual forma, con un poco menos de efusividad, pero el cariño estaba ahí.

Su padre estaba un poco extrañado, pero no cuestionó mucho al ver la gran sonrisa en la cara de su hija, después preguntaría debidamente, aunque sabe que tiene que ver con Jennie.

Campo de Rosas ✗ ❪Chaennie❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora