Día 1: Writer AU

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Akaashi era el escritor que siempre había soñado ser.

Su camino, sin embargo, no fue sencillo, pero él sentía que todo había valido la pena cuando le reportaban las ventas de sus nuevos libros y visitaba la tan activa comunidad de lectores que seguían sus historias. Solían decirle que los llevaba no solo a un mundo etéreo en el que todo era posible, sino que las sensaciones que los invadían eran indescriptibles y, de algún modo, incluso mágicas.

A sus 24 años, Akaashi podría denominarse como el éxito en persona.

− ¿Aló, Akaashi? − como un saludo matutino fiel a la misma hora todas las mañanas, el joven de ojos verdes azulados recibió la llamada de su insistente jefa.

Él era bastante responsable cuando se trataba del trabajo, no obstante, su "amable" superior no dejaba de invadirlo con fechas de entrega casi imposibles de cumplir. Llegó a darse la tarea de contactar con otros colegas, como el gran poeta Sakusa, quien le comentó que el trato que recibía podía estar rozando los límites del abuso laboral a comparación de otras editoriales.

Lamentablemente, Keiji Akaashi era terco de nacimiento.

− ¡Buenos días, Suzette! − saludó mientras se levantaba de la cama e iba a la cocina para prender la cafetera y así iniciar oficialmente otro día laboral.

− Tenemos una reunión sobre un posible tema para tu próximo libro, el equipo realizó un estudio de mercado y tras tu reconocida trilogía de fantasía, creen que debes variar entre otros temas para expandir tu reconocimiento. − No importara cuán mandona sea, de alguna forma sentía sus nervios a través de la voz, − además y quien sabe, terminas consiguiendo un éxito de talla mundial. Te daré los detalles aquí, prepárate para las 1:00 PM, nos vemos luego. − Y así cortó la llamada tan rápido como le transmitió la noticia a Akaashi.

Podría describir sus palabras como un baldazo de agua fría.

El camino del escritor nunca fue sencillo, sin embargo, el veinteañero no estaba preparado para escribir algo de su zona de confort. Para empezar ni siquiera sabía si era buena idea, ya que apenas había iniciado su carrera en la editorial, tal vez debía consultarlo con sus otros amigos.

Y con esos pensamientos en mente, Akaashi se dispuso a llamar a las dos personas más cercanas que tenía, a ambos los conoció en su paso por la universidad, pero no había mantenido un contacto tan cercano con ellos hasta hace poco que fue cuando se graduó de la licenciatura.

Era enero, por lo que el frío aún se hacía presente entre las calles de su querida Tokyo. Al bajar del tren, se sintió algo abrumado por el constante ajetreo de la gente, eso era definitivamente salir de la rutina en comparación a los días tranquilos en casa y las contadas ocasiones en que tenía que visitar el edificio de la editorial.

− ¡Eh, chico lindo! − escuchó como una conocida voz le llamó a sus espaldas, destacándose por sobre el bullicio de los otros en la estación de trenes.

− ¡Kenma!

El joven de cabello negro con puntas rubias levantó la mano en saludo a Akaashi, al lado de él un desconocido de cabello negro con un característico peinado también lo saludó.

− Hey, me han hablado de ti, escritor.

− Keiji, él es Kuroo. Decidió acompañarnos hoy, quiero recalcar que hice hasta lo imposible por impedir este encuentro así que por favor discúlpalo si dice algo fuera de lugar.

− ¡Kenma!

− Cuando estás con Bokuto te vuelves aún peor, agradezco que no lo hayas traído, por Dios. -suspiró de tan solo imaginarlo lo que hizo a Akaashi cuestionarse por cuánto había pasado ese chico gracias a su amigo. − Sakusa se iría corriendo.

BokuAka Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora