Día 8: celeb/bodyguard AU

353 29 10
                                    

Los escenarios donde los cantantes dejaban todo para su público eran una cosa que nunca dejaba de sorprender, con sus luces estroboscópicas, sus pisos de llamativos colores metálicos y ni qué decir de los efectos especiales que no hacían más que convertir al lugar en un cuadro sacado de un mundo ficticio. Sin embargo, a opinión de Bokuto, no había nada que superase a la estrella que se posaba sobre toda esa basura artificial para brillar con luz propia y deleitar a todo el público con esa maravillosa voz que escarapelaba la piel de todo aquel que la escuchara. No podía estar más agradecido de siempre disponer de asientos VIP al ser parte de la guardia personal de la seguridad especial del gran cantante Keiji. 

Si bien ingresó a aquel trabajo porque la paga era más que buena para lo que hubiera esperado de otras ofertas similares, poco a poco y como cualquier mortal, él también cayó rendido por esos bellos ojos azules que venía en conjunto de un potente instrumento vocal que deleitaba al mundo de baladas para endulzar el alma. 

Aquel era otro turno más para Bokuto y la noche de sus vidas para aquellos que arremolinaban cerca al escenario para apreciar más de cerca a su artista favorito. Sin embargo, el semblante del cantante no se veía como otros días, dado que lo observababa constantemente podía identificar las emociones de su protegido y presentía que aquella canción que alcanzaría a sus oídos, también tocaría su corazón al contener el sufrimiento de Keiji por alguien más. 

Bueno, al fin y al cabo solo era el de seguridad, un fan encubierto también, pero sobre todo solo era otro de sus compañeros de trabajo. 

Luego de concluir con su interpretación sobre un amor fallido que lo abandonó antes de poder explicarle sus razones y el como lo ha superado exitosamente aunque ello le generó mucho dolor, el público se despidió de su pájaro cantor cerrando así el concierto, lo que significaba el inicio del real trabajo de Bokuto. De alguna forma, quería decirle que en verdad sentía todo aquello por lo que había pasado, aunque no estaba seguro debido a que era común que los artistas se inventaran letras sobre situaciones imaginarias. 

En lo que el cantante se preparaba para salir del recinto y ser guiado a su hotel a descansar, Bokuto aprovechó su breve descanso para visitarlo por un momento. No es que fueran completos desconocidos, de algo se le hacía conocido antes y era debido a que fueron compañeros en primaria, sin embargo aquella relación no había florecido en algo más fuerte por lo que trato se limitaba a algo cordial más que todo. 

-¡Fue un excelente cierre, Keiji! Una gran canción, pero he de preguntar si te encuentras bien, la sentí diferente a las otras-. Como solía hacer a pesar de no tener la tan famosa confianza, ingresó sin tocar pues la puerta estaba cerrada lo que significaba que el joven de ojos azules se encontraba solo sin su personal de vestuario y maquillaje. Lo que no tomó en cuenta, fue que aquel era también un momento privado para la estrella y el no tocar la puerta era un común antecedente de posibles desgracias. 

Resumiendo, encontró a Keiji, persona que debía proteger, con los pantalones a medio subir y sin camisa. 

-¡¿Bokuto-san?!-. Contraria a su figura llena de seguridad y calma, ahora su rostro solo reflejaba confusión y vergüenza por ser encontrado en paños menores. Su expresión no cambió luego de ser atrapado, pues su guardia personal seguía mirándolo fijamente, por lo que se obligó a despertarlo de su ensoñación.-¡Bokuto-san! ¡La puerta!

El llamado Bokuto, quien olvidó su nombre por breves segundos, solo atinó a desaparecer tras la puerta cerrándola de golpe y gritando un "Felicidades por el concierto" para después escapar por los pasillos en dirección a la camioneta donde el mismo joven a quien había visto en ropa interior prácticamente, sería transportado. Ni siquiera pensó en pasar por un bocadillo y de paso saludar a Kuroo, su ingeniero de sonido. 

BokuAka Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora