Día 7: Arguments

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¿Kotaro Bokuto como una persona insegura? Vaya broma, él no era nada cercano a ser comparado con esa descripción. Emanaba seguridad en cada paso y respiro que daba, era un gran jugador y sobre todo una persona decente. Claro, todo eso hasta que colocábamos a Akaashi en escena. 

Lo cierto es que, como todos, había detalles con los que sin querer se atrapaba por horas pensando y pensando en cómo cambiarlos para ser mejor para su pareja. 

Akaashi le había comentado innumerables veces sobre sus inseguridades, incluso fue al psicólogo pues llegó al punto en que aquello le causaba una gran ansiedad la cual no era saludable. ¿Probablemente él también necesitara uno? 

En las numerosas batallas debía enfrentar a lo largo de los días, jamás imaginó que sus preocupaciones fueran el objeto de una discusión. Ellos ni siquiera discutían, pero el ojiazul se mostró notablemente incómodo cuando no le reveló la verdad tras su descortés trato con una de sus compañeras de trabajo cuando los encontró conversando en la estación de trenes donde ambos iban juntos a casa. 

Su intención no era esa, ¡Dios, él era alguien amable! Además de ninguna forma era culpa de aquella señorita, eran solo sus estúpidos pensamientos que lo guiaban a futuros desastrosos donde Akaashi decidía que lo mejor era separarse pues merecía a alguien mejor, quizá a una mujer, aunque era bisexual y eso realmente no le importaba. Antes que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, ya había jalado a su pareja del brazo ignorando sus llamadas de atención e incluso cuando lo tomó suavemente para que le dijera qué ocurría. Todo lo nubló el creerse insuficiente por un momento. 

Luego de dejar pasar toda una noche en la que la situación no mejoró y por el contrario Akaashi escapó más temprano de lo usual al trabajo, Bokuto decidió que necesitaba hablarlo con alguien, por lo que llamó a Sakusa, ya que le parecía el más indicado para la tarea a pesar de que sospechaba que no se llevaban tan bien como él creía. El pelinegro lo escuchó atentamente antes de interrumpirlo cuando empezó a soltar palabras sin sentido camino a enredarse en sus emociones, le explicó que lo mejor era explicárselo a Akaashi tal y como él lo había hecho en su momento cuando creyó que aquello podía causar un problema en su relación. Él tenía que seguir el ejemplo de su pareja y de ninguna forma guardarse todo lo que le hacía sentir un problema para él, pues no lo era, ya que de otra forma habrían terminado hace años, las inseguridades eran completamente normales, pero al causar un conflicto entre ambos porque ello afectó su comportamiento, dejaba de ser algo exclusivo de Bokuto para pasar a ser algo que también incluía a Akaashi. 

Luego de su conversación con Sakusa, y su aclaración de que no volviera a meterlo en sus problemas de pareja, se sentía de cierta forma perdido por lo que no dio su 100% usual al dudar en cada remate y cada jugada que intentaba realizar. Al final, el entrenador lo envió a casa más temprano luego de hacer 30 vueltas en la cancha, él alegó que no estaba en condiciones de practicar, pero que lo mínimo a lo que se podía dedicar era a hacer ejercicio. 

La tarde se alargó y la noche tardó demasiado en llegar para el gusto de Bokuto, en todo ese tiempo pensó que preparar una cena a modo de disculpa, mas temió que Akaashi lo desaprobara y a cambio pidió comida a domicilio. Estaba por empezar a devorar sus uñas cuando el pelinegro abrió la puerta y lo saludó como era normalmente, haciéndole creer que todo pudo regresar a como era antes, no obstante las palabras de Sakusa volvieron a su mente y enfrentó a su pareja. 

-Debemos hablar-. Inició mal, listo, el plan se había perdido. Era el fin de su relación con el amor de su vida. 

-Si es sobre lo que pasó ayer, te escucho atentamente. Uy, comida china-. Como no se le permitía descansar por mucho tiempo en la empresa donde trabajaba, Akaashi solía devorar la cena por todos los aperitivos que no pudo comer a lo largo del día. Así que tomó su plato y se dedicó a comer en silencio mientras Bokuto le explicaba todo desde que inició. 

Cuando terminó, Bokuto estaba soltando muchas más lágrimas de lo que creyó alguna vez liberar y Akaashi también lagrimeaba un poco pues su pareja no se abría de esa forma con él tan seguido. Llegaron al trato de que en primer lugar, asistiera a tratamiento psicológico para que tuviera el control de sus emociones y con ello, de sus propios pensamientos intrusivos. Después le tuvo que jurar repetidamente al ojiazul que jamás le volvería a ocultar esa clase de cosas, si no confiaba en él, entonces qué debería hacer. Bokuto se lo prometió todo en silencio mientras el más bajo lo sostenía como si fuera a desarmarse en cualquier momento. 

Los desacuerdos eran normales en cualquier pareja y tras lo sucedido, Bokuto no se negó a confrontar a Akaashi pues eso no hacía más que demostrarle que incluso juntos podían resolver los conflictos si los conversaban con calma y sincerándose el uno al otro. 

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BokuAka Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora