Quince minutos después los cuatro chicos habían llegado a la casa del castaño. Habían tomado un taxi lo más rápido que el shock les permitió. En el camino Louis jamás se había separado del joven rizado, no lo quería dejar ir, le quería y no podía soportar ese sentimento de dolor en su pecho cuando vio que casi le pasa algo a su pequeño, se mataría si algo le pasará a él.
En el asiento del taxi, de camino a su casa, Louis le susurraba en el oído cuánto le quería, cuánto le había asustado minutos atrás y cuánto daño le haría si lo dejará solo. Claro, sin que nadie se diera cuenta... y cuando habían bajado y llegado a la puerta de su casa, aún no lo había soltado, trataba de controlar los temblores que el más pequeño estaba sufriendo.
Louis al ver que no podría abrir la puerta sin soltar a Harry, le indicó con la mirada a su amiga al lado de él para que sacará las llaves de sus jeans. Summer captó inmediatamente y se dispuso a hacerlo, una vez afuera las llaves, las introdujo para abrir. La puerta cedió, dejándola abierta para que entrarán.
Entraron de uno en uno hasta que estuvieron a salvo en la comodidad de la casa. Louis y Harry tomaron asiento, dejando a Liam y Summer sentados cerca de ellos, la última rompiendo el silencio que los abarcaba.
-Prometeme qué jamás vamos a volver a ese lugar, Louis. Prometelo.
Louis vaciló al instante, sin poder contestar sinceramente. ¿Qué tenía qué pasar para que esta obsesión se detuviera?
-Yo... Oh, mierda. ¡Esta bien!
Summer entrecerró los ojos, sin tomar muy encerio sus palabras, por hoy, eso bastaba.
-Bueno. Fingiré que te creo.-habló la chica sonriéndole de lado a Louis, éste le contestó de la misma manera, sintiéndose incómodo y sofocado. Quería que le dejarán en paz. No estaba de ánimos.
El castaño suspiró pesadamente.
-Miren, no estoy del mejor humor del mundo. Sólo quiero dormir y olvidar toda esta mierda ¿quieren?
La última oración fue dirigida indirectamente al chico de chocolates rizos, quien se había abstenido de cometar en todo momento. Y de nuevo, Harry mantuvo indiferencia hacia el castaño, manteniendo la mirada pérdida en algún punto del suelo. Louis suspiro de nuevo.
-¿No quieren algo de comer?-Preguntó de mala gana, para después contestar con algo de esperanza en voz-. ¿Quieres que te preparé algo de cenar, Hazz?
Harry negó, sonriendo por primera vez desde la tarde. Y definitivamente la paciencia de Louis se estaba yendo al caño.
-Bien.-contestó molesto-. Entonces me iré a dormir.
-Pero si ni siquiera te has preocupado por nuestra repuesta, Louis. ¡Tengo hambre!-chilló en protesta.
-A dormír dije.
Summer bufó molesta, pero a la misma vez resignada. Liam-quién se había mantenido callado en todo momento-, asintió, más, ni Louis, Summer o Harry, le prestaron atención. Y sin decir nada se dio media vuelta para empezar a caminar hasta las escaleras para ir al segundo piso.
Summer por su parte fue hasta la cocina, rebuscando algo de comida para sobrevivir por esa noche ¿Estaba exagerando? Talvez. Finalmente, encontró una bolsa de papas de dudosa procedencia. Se encogió de hombros sin otra opción. Salió de la cocina segundos después, encontrándose con Louis armando una cama improvisada en el sofá del mismo.
-Demonios Louis, en serio no sé cómo sobrevives solo, sin siquiera tener algo de comer en la alacena.
El castaño se encogió de hombros en respuesta. La chica de pelo azabache rodó los ojos antes de disponer a caminar hasta las escaleras, no sin antes dejarle una muy buena vista de su dedo medio a Louis. Y Harry, después de todo ese tiempo, pudo sacar una risa verdadera, pequeña, pero verdadera.