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Tomamos una ligera ducha antes de entrar a la piscina de 1.30 metros y nadar por uno de los 5 canales divididos. Le ayudo acomodando su gorro a la perfección y le doy espacio para que entre bajando las escaleras.

—Está haciendo demasiado frio— tirita de frío recién entra llegándole el agua hasta los hombros.
— Sumérgete para calentarte— bajo dos escalones y doy un ligero salto para llegar a su lado.

El agua me llegaba al pecho. Me paso las manos por el gorro acomodándomelo. Le sonrió a Jess y le tomó la mano, le empiezo a enseñar como nadar paso a paso o sería, ¿nado a nado? Que estupidez pienso.

—Tu tranquila que cualquier cosa te ayudo, trata de flotar— le muestro como—, vamos tu puedes, es lo básico.

Ella me mira fijamente concentrada y se da la vuelta para recostar su espalda y empezar a flotar. El primer intento, el segundo, el tercero fueron un fracaso y finalmente en el cuarto lo logró hacer luego de haber tomado agua o respirado, toser un par de veces y reírse no perdió el optimismo.

— Debo verme horrible ¿no? — se pasa las manos por la cara.
—Nunca, para mi siempre te ves bien — le pellizca la mejilla.
—No me molestes así — replica haciendo un puchero.
— ¿No estas muy grande para hacerme pucheros? — le salpicó agua.
— ¿Y tu? Jugando como niño pequeño.

Empezamos a lanzarnos olas de agua y salpicada, hasta que un guardia nos vio y nos reprendió. Seguimos nadando y practicando un rato, ya sabia lo básico y ya no tragaba tanta agua, hasta que se nos acabó el tiempo y nos tocó salir.
Nos tomamos un ligero baño y nos vestimos para salir. Nos quedamos sentados y le ayude a cepillar su cabello, le di un beso pequeño en el hombro y se estremeció.

—Quieto— me quita el cepillo con un golpecito.

Guarda las cosas en su bolso y nos dirigimos hacia la salida tomados de la mano.

La amo tanto, que no podría soportar que algo malo le llegase a ocurrir.

Y... ¿si nos besamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora