– ¿Por que te disculpas? —le acaricio la espalda.
– Por huir.No entiendo a qué se refiere, siento una brisa cálida rozar el lóbulo de mi oreja y sonrío.
– ¿por que sonríes? –pregunta sacudiendo su pantalón.
— Sabes... cada vez que te veo, siento una descarga eléctrica. Mis oídos se tapan del exterior para solo enfocarme en ti, realmente me agrada estar contigo – me inclino–. No se si pienses lo mismo de mi, pero realmente gracias por ser tu.
–Y-Yo debería agradecerte a t-ti – se le llenan los ojos de lágrimas y se cubre el rostro con las manos.
– No llores. Te vas a volver fea– me mofo.
– Ay, no seas así– la comisura de sus labios se levanta y se seca las lagrimas con el dorso de su mano–. A mi... también me agradas.
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Y... ¿si nos besamos?
Historia CortaAsí era ella, tímida pero a la vez sonriente. Es tan cálida y tan espontánea. Tan sencilla, pero a la vez tan auténtica. Que si tú la conocieras también te enamorarías de ella.