Se sonroja y esconde su rostro en mi pecho. La atraigo más a mi y apoyo mi mentón en su cabeza.
– Siempre te miraba–suspiro–. Me decía muchas veces, incontables, que eras muy bella.
El viento agita mi cabello y el de ella. Acaricio su espalda y siento como se estremece bajo mi tacto.
– Ese día, cuando nos besamos–aclara su garganta para seguir–. Me sentí extraña. No quería aceptar mis sentimientos hacia a ti. Preferí buscar a alguien más, pero fue la peor decisión.
Empezó a temblar y le besó la coronilla. Sus brazos se ciñen más a mi cintura, su respiración se entrecorta y la sigo acariciando.
–No se como pude ser tan ingenua– se ríe sarcásticamente.
– Mírame–le digo.
Levanta su rostro y veo sus ojos anegados de lágrimas. Le limpio las lagrimas con un pañuelo que saco de mi bolsillo.
– Me gustas también– murmura Jess.
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Y... ¿si nos besamos?
Short StoryAsí era ella, tímida pero a la vez sonriente. Es tan cálida y tan espontánea. Tan sencilla, pero a la vez tan auténtica. Que si tú la conocieras también te enamorarías de ella.