Él paró de abrazarme y me miró frunciendo el ceño.— Carlsen, hay un cadáver aquí es Eliot. ¡Es Eliot! Estoy segura de que es él, me está buscando por favor tenemos que avisarle a los demás —
— Necesito que te calmes ¿Vale? Estás demasiado alterada — Me colocó los mechones sueltos que vagaban por mi cara detrás de la oreja —
Realmente no veía que él se preocupaba como yo, así que le tomé de la mano y lo guié al armario rápidamente.
— ¡Ffua! — sostuvo en tanto se alejaba con náuseas del lugar
Yo sólo le miraba con mucha inquietud
— ¿Estás segura que fue él? Porque de ser así lo mataré personalmente —
Al escuchar pasos aproximándose a la habitación me pegué de la pared y lo acerqué a mi
— ¡Silencio está allí! — Se sorprendió al ver como mis manos cubrían sus labios.
No puedo explicar el momento que nos quedamos cautivados el uno por el otro, sus ojos claros impactados con los míos fue transferirme por segundos a la época adolescente. Si no fuera por las condiciones que estábamos mis sentimientos fueran cómplices del romantismo, pero como dije
¡Escapar de Mauro era lo principal!— ¡Meredith! —
La voz de Mauro era penetrable por mi alma, odiaba que me pusiera tan alterada.— Yo lo distraeré tu corre y avísale a los chicos, que por cierto ¿Donde estan? —
— Fueron a buscarlos a ustedes, se tardaban mucho ¿Donde estaban? —
— Fue culpa de Jorden desde que desapareció, creo que fue a buscar a Maddie —
— Nosotros tampoco sabemos de Maddie —
Escuchamos un forcejeo en la puerta que, posteriormente fue forsejeada logrando entrar finalmente.
Mauro nos miraba a ambos con cara de espanto, al parecer su sonrisa cínica se desvaneció al ver a Carlsen conmigo.
— ¿Por que traes un bate? —
Carlsen tragó y se impuso con sensatez.
— Lo encontré en el camino —
Ambos nos miramos e implantamos la vista en Mauro, no le creímos en lo absoluto. Estaba claro quién era el malo aquí.
Mauro todo despeinado pasaba la vista de mi a ojos claros. Había una clara diferencia entre observar y mirar. Él estaba observando como un completo psicópata, realmente quería seguir llorando pero los nervios estaban al mando y no las lágrimas.
Carlsen miró la puerta disimuladamente y me miró, yo que no podía moverme no entendía como iba a lograr pasar por el alto que sostiene un bate.
— ¡Corre! —
Si, esa era la señal. Ojos claros se abalanzó sobre ojos azules tratando de arrebatarle el bate de las manos.
— Meredith, ¡Corre! —
— ¡No, espera! — Mauro apuntó mientras trataba de deshacerse de Carlsen
La puerta estaba libre, ya podía irme pero no quería dejarlo aquí con el maníaco.
— ¡Vete! Joder —
Hasta que vi su mirada llena de rabia y fuego luchando contra el monstruo supe que tenía que irme así que salí corriendo del lugar.
Alumbraba el camino con mi celular, solo me importa a buscar las escaleras
— ¡Meredith! — Se oían gritos sin cesar de Mauro.
Mientras bajaba las escaleras, oí un atronador batazo, rogué a Dios que no fuera lo que estaba pensando y seguí bajando rápidamente limpiándome las lágrimas.
Varios minutos después ya me encontraba afuera de la mansión, precisamente en el patio con la gran piscina. Allí tampoco había luz y seguí caminando observando a toda lados. De repente me pareció ver a Mannie esconderse detrás de una pequeña cabaña, fue entonces cuando la seguí.
La cabaña estaba muy lejos de la mansión aunque parecía que era propiedad de los La font.
Al parecer todos estaban dentro de la cabaña así que suspiré y agradecí.
— ¡Meredith! ¿Te sientes mejor? — Sasha me abrazó
—Carlsen, Carlsen está... —
No pude terminar la frase por el cansancio y la adrenalina que llevaba en las venas.— No te preocupes, el está buscando a Jorden, al parecer desapareció con Maddie, lo hablaremos después — Los chicos tenían herramientas en la pequeña mesa, estaban arreglando unos cables al parecer.
Mannie se encargó de arroparme con una manta, tenía todo el cuerpo frío, era normal que lo hiciera de no hacerlo probablemente me daría una hipotermia.
— Escúchenme, sé quién es el asesino. Está allá arriba con Carlsen. —
Todos pararon sus cosas y voltearon a mirarme extrañados, Olivia se acercó a mí y me tomó de la mano.
— ¿Quién es? —
— Mauro, Mauro tiene un sótano satánico y me persiguió con un bate de béisbol y cre-creo que ahora le hizo algo a Carlsen — afirmé mientras me recogía mechones vagos.
— ¡No puede ser! ¡Tenemos que ayudarlo — Sasha se levantó del piso preocupada.
— Vamos a ir todos juntos, ya no nos vamos a dividir —
Por fin pensé que estaba a salvo y rescatariamos a Carlsen hasta que oímos unos pasos cerca de la casita y salimos.
— No puede ser, ¡es Carlsen y Mauro juntos! —
Yo, yo quería morirme no entendía nada. ¿Por qué caminaban juntos y casi abrazados?
— Pero Meredith, no acabaste de decir que, Mauro... — Dankė no comprendía lo que pasaba y quería que yo, que olvidé hasta de respirar ¿quería que le explicase?
— No-no sé yo ... —
Mauro se acercó a mí a toda velocidad y con su cara de preocupación estaba preguntando por mi estado de salud.
— ¿Estas bien? Med, me asustaste mucho —
Austin le preguntó a Mauro que de qué hablaba, yo quería que la tierra me tragara.
— Si, Meredith me golpeó y escapó. Creo que no tomó sus medicamentos, comenzó a alucinar cosas de mí —
— ¡Claro que no!, No fue así. ¡Te pregunté por el sótano! ¡Y no me respondiste! —
— ¡Ya te explique cientos de veces!, No hay nada en el sótano, te lo imaginaste tu.
Yo veía a los lados, como todos murmuraban entre sí, hasta Carlsen tenía la cabeza abajo por vergüenza.
¿Cómo era posible que los tenía a todos comiendo de la palma de su mano?
— Llevanos —
No podía dejar que dudarán de mi, así que por qué no, lo comprobariamos.
— Si, claro siganme —