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Recuerdos olvidados. (Parte 2)

Hey, ¿Has escuchado este rumor?

La melodía de la muerte.

Distintas personas afirman haber escuchado alguna vez, después de clases, una extraña, pero relajante melodía mientras están a punto de salir de la escuela.

Evidentemente se extrañan, pues se supone que para esa hora del día, todos los salones están cerrados y no existe club de música alguno.

Muchos dicen que aquella melodía es capaz de hacerte entrar en un trance para que intentes averiguar de que se trata, evidentemente tu misma curiosidad te lleva a investigar.

Decides seguir tu instinto e ir a revisar, las probabilidades de que regreses son tan bajas. Felicidades, has caído en el trance de Shannie.

Según cuentan, su sueño era que alguien escuchara su música. Por eso, una vez lo haces, ya no quiere dejarte ir y te lleva con él, quitándote la vida.

...

—¡¿Quién eres?! ¡¿Qué quieres de mí?!—Grita el joven de cabellos turquesas, mientras sostenía su estuche musical con ambas manos en pose de batalla. El contrario aún se hallaba en el suelo, tratando de recuperarse del impacto.

Hace tan sólo un par de segundos, había usado toda la fuerza que fuera posible para impactar a aquel ente que lo había sorprendido. Tuvo resultado, pues éste estaría completamente aturdido ante tal golpe, puede sentir incluso como la cabeza le palpita y su visión se distorsiona.

Bon podía ser mucho más fuerte de lo que demostraba.

—¡Responde!—Exclama molesto. No obtuvo un comentario hasta varios segundos después, hasta él se sorprendió de que fuera capaz de resistir aquello.

Más importante, ¿cómo es que pudo tocarlo siendo una aparición?

—Las guitarras no son para golpear, ¿sabes lo caras que son?— Suelta el pelimorado a modo de queja, Bon se encoje de hombros, pero no baja la guardia.

—Si la tengo que volver a usar, no voy a dudarlo.— Amenaza.

—Pff.— Escucha a lo bajo.

Bon se muestra confundido.

—¿Qué te hace pensar que te tengo miedo?— El pelimorado ríe.—Un niño con peinado de nerd y... ¡Mangas!—Se echa de nuevo a reír.

—¡Hey, t-tú también tienes mangas!—Exclama furioso, pero igualmente avergozado.

—La diferencia es que a mí se me ven bien.—Responde altanero, el contrario frunce el ceño.

Era tan extraño.

Un chico de despeinados cabellos púrpuras y oscuros sujetados en una coleta alta estaba frente a él, su vestir y colores eran igual de opacos. Lo único colorido que se podía ver, eran sus pupilas, aquellas de un color rubí.
Todo lo demás era grisáceo, pero lo que más le interesaba eran esos ojos, que se le hacían tan conocidos.

—¿Él es una sombra?—Se pregunta mentalmente, sin ocultar su desconfianza. Manteniéndose en la misma pose de ataque de hace algunos segundos.—Hey, no has respondido mis preguntas.—Dice con firmeza. El contrario sólo lo mira de inmediato, pegando un pequeño brinco en su lugar por el susto.