La escuela preparatoria FHS se ha visto envuelta en una gran cantidad de rumores que los estudiantes se han encargado de esparcir.
Se cuenta que en esta misteriosa escuela habitan distintas maravillas de otro mundo de las que poco se puede hablar, p...
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Su mente estaría completamente aturdida por tantas cosas que pasaban en ella. Se sentía ridícula de que algo así le atormenta, pero no podía hacer nada por más que intentara no tomarle importancia. Estaba consciente de que era tonto, más no puede evitar sentirse mal.
" Joy, que linda eres, lástima que tienes piernas de rábano. "
¿En serio? ¿había dejado que eso ocupara su cabeza casi todo el día?
Deja caer su rostro sobre su pupitre ya cansada de que aquellas palabras no la dejaran en paz, ¿tan malo era tener las piernas algo rellenas?
-Te ves mal hoy.-Escucha decir desde atrás.
No mucho después, una joven se había acercado hasta ella al notar sus extraños movimientos, la conocía.
-¿Qué te pasa, Joy?-Pregunta con preocupación hacia la chica, tomando asiento frente a ella, recargando sus brazos sobre la superficie que aún no tocaba la cabeza de Joy.
Ann.
-Pasó de nuevo.-Dice sin levantarse.
-¿Te rechazaron?-Joy asiente, o al menos intenta.
-Dijo que tenía piernas de rábano.
Ann siente pena por su amiga, no era la primera vez que Joy sufría por rechazos amorosos, aún así no lograba comprender que fuesen tantos. Después de todo ella la consideraba una de las chicas más lindas de la academia. A su vez siente molestia, tampoco era la primera vez que juzgaban sus piernas, ella las veía totalmente normales.
-Ay, Joy. Con sólo decirme eso ya sé que ese chico no era para tí, tus piernas están bien, no le prestes atención.-Intenta animarla, Joy gruñe a lo bajo.
Sabía que no podría mejorar su ánimo al instante, pero siquiera lo intentó, busca con la mirada en el aula, ideando algo que pudiese alegrar a la contraria, no era muy buena en ello.
En eso recuerda de lo que tanto se estaba hablando últimamente por el lugar.
-Oye, Joy... ¿quieres oír una historia? -Pregunta intentando hacerse la misteriosa, cambiando su tono de voz y hasta su mirada.
-No estoy de humor.-Contesta a la ojivioleta.
-Oh, vamos~-Canturrea.-Te juro que es buena.
Recibe un bufido por parte de la contraria, a lo que lo toma cómo un sí.
-Se dice que en esta escuela antes se solía festejar un evento de primavera, hace algunos años.-Comienza.
