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Más allá de lo que los ojos ven. (Parte 3)

-Venga, ¿se echarán atrás ahora?

Bon y Joy observaban al pelinegro desde el inicio de las escaleras -estarían en la primera planta- en sus miradas se veía una clara desconfianza y a la vez una curiosidad de aventurarse a pisar el "escalón maldito", cómo le había apodado Bon.
Fred intenta ser paciente, manteniéndose flotando a mitad de la subida, de cierta forma entendía su miedo e inseguridad al no saber qué podría pasar con ellos; pero por su mente pasa que él no es un ángel, un ser bondadoso y menos un hada o algo por ese estilo.

-Muévanse de una vez, si no lo hacen no puedo ir a la frontera de Meg.-Presiona, los contrarios le miran con cara de pocos amigos.

-¿Y si nos pasa algo?-Cuestiona Joy algo insegura, observando el escalón.

Fred se acerca hasta la joven angustiada, quedando frente a ella.

-Joy, eres mi asistente. No dejaría que te pasara nada.-Asegura con una sonrisa, la chica devuelve el gesto algo ruborizada.

-Hey, ¿qué hay de mí?-Bon se mete a la conversación.

-Para tí ya tengo una lápida lista, ¿quieres verla? Dice: "Vivió con orgullo hasta su último respiro".-Se burla, el contrario rueda los ojos, harto.-Te dije que no iba a protegerte, tú y yo no somos nada.-Hace énfasis en la última palabra, sonriendo de manera espeluznante, al menos Bon lo veía así.

-Sí, ya sé lo que dijiste. Sólo te estaba probando.-Excusa, Joy suelta una risita.

-Bien, entonces...-Dice dirigiéndose a ambos extendiendo sus manos para que éstos la tomaran.

Acatan pero sus reacciones son distintas, Joy toma de la mano a Fred sin problema alguno, Bon por su parte, sólo traspasaba esa parte del cuerpo de éste.

-¿Porque no puedo tocarte?-Pregunta el peliturquesa.

-Bueno... no tenemos un vínculo, así que no puedes.-Responde aguantando sus ganas de reír.

-Entonces cambio de lugar, tomaré la mano de Joy.-Contraataca inconscientemente, la sonrisa burlona de Fred desapareció al instante.

-No, sólo asegúrate de pisar al mismo tiempo.-Habla pasando de ocultar sus carcajadas a ocultar su desagrado ante la propuesta del joven.-¿Están listos?

Ellos asienten.

-Bien, uno...

Subieron el primer escalón.

-Dos...

Siguieron con el segundo.

-Tres...

A uno más.

-Cuatro.-Finaliza.

[. . .]

La joven de cabello rubio mantenía los ojos cerrados con algo de fuerza ante no saber con qué podría encontrarse. A pesar de no ver, podía deducir que el lugar al que había llegado era oscuro. Una brisa choca con su rostro, transmitiéndole poco a poco esa tranquilidad que necesitaba para animarse a echar una mirada.
Lentamente abre sus ojos, había acertado, en aquel lugar era de noche, sin embargo habían pequeñas luces adornando y dando una vista más clara.

Queda encantada con la imagen, parecía ser una especie de mercado, pues podía divisar algunas carpas, algunas de estas con objetos, otras vacías pero igualmente llamativas. Mira hacia su costado encontrándose con sus compañeros igual de maravillados con la vista, el viento que había ahí hacía su cabello revolotear sus cabellos ligeramente.
Sin darse cuenta había centrado su atención en el de tez pálida, quien intenta ver más allá colocando su antebrazo sobre su frente, dándole una nueva impresión de éste.