15. I kill you, if necessary

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Un sentimiento vacío, una neblina que te recorre como si intentase saber hasta tu más profundo miedo y cuando lo encuentra te consume sin piedad, mientras tu buscas una salvación su propósito es envolver tu alma para después hundirla en un mar sin salida, como si fuece una cueba natural donde se esconde la puerta hacia el mismísimo infierno. Cubierto por una capa de flores y cuando es destapada podrás salir corriendo en un tiempo de segundo antes de que te atrape y no tengas escapatoria.

Si piensas bien esa es la descripción perfecta para lisa y jennie, almas gemelas que comparten tanto en común que al no poder tolerar tal impacto terminó en desgracia.

Una queria convertir a la otra en una máquina y la otra quería convertir a esta en el engranaje perfecto. Tal vez en una pareja de locos podría sonar bien pero para dos personas cuyos propósitos de vida es luchar por la adrenalina podría ser un caos completo, sobre todo cuando la obsesión está antes del amor.

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Lisa se dirigia a su casa, la verdadera mejor dicho, donde vivía en un camuflaje de "la niña que abandono su tio". A lisa no le gustaba mucho ese lugar pero debía fingir al fin y al cabo de que vivía ahí para no destapar sospechas.

Mientras llegaba a su "casa" se encontró a la castaña en la puerta de esta esperándola para poder entrar.

Pensé que nunca llegarías— la rubia vio como se levantó de donde estaba sentada.

—Jennie, y yo pensé que no aparecerias hoy—. abrio la puerta y dejó pase a la castaña. El vecino que vivía en la otra calle veía la interacción extrañado.

No se que te sorprende, puedo aparecer en el momento más inoportuno— lisa suspiro, no podía negar, era cierto.

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Desde que el pueblo se enteró deo abandono familiar de lisa la miraban con compasión, cosa que lisa odiaba. Todas esas miradas o palabras de aliento eran un desgaste de energía y saliba de las personas. Todos en el pueblo vieron como poco a poco una sombría nube la cubría día a noche, sobretodo tratando de no cuestionar sus conversaciones poco comunes con Jennie fuera del hogar

Flashback de cuando lisa conoció a jennie.

—Oye, estas sangrando. ¿Te encuentras bien?—se agachó a su lado.

Lisa se sentó para poder ver mejor a la castaña —Si, gracias. Hmm tu no eres de este pueblo— la castaña sonrió ante esas palabras.

—¿Cómo te llamas?— preguntó.

—Lalisa manoban y tu?—

—Jennie kim— le estrecho la mano para poder ayudar a que se parara. —bien lalisa, que tal si te ayudo a curar esa herida— la rubia pensó los pro y contras pero terminó aceptando.

Las chicas caminaron hasta llegar a donde se estaba quedando la castaña en su visita y esta la invitó a pasar.

Por la mente de cada una estaba maquinando un sin fin de cosas similares pero a la vez tan distintas.

Por ejemplo, la castaña estaba pensando lo linda que era lisa pero también pasaron por su mente cientos de formas de hacerla su muñeca personal. Mientras que la rubia pensaba que los ojos de jennie eran tan profundos y se verían bien mientras por este salían lágrimas de sufrimiento.

Siempre se ha escuchado el dicho de "entre locos se entienden" pero nada podría estar más equivocado que esto. Puede que compartan experiencias, gustos o hasta los mismos pensamientos pero la rivalidad natural en estos no es compatible y en vez de obtener un resultado perfecto se obtendra una lucha por quien tiene el poder. Por eso el dicho "cada loco con su tema" es más realista.

Si, mientras las personas creerían que entre esas dos chicas se estaba formando una relación. La verdad era que se estaba formando una bomba que explotaria en cualquier momento. Cada una con diferentes objetivos pero con algo similar la obsession.

Cada una sabia de la "locura" que presentaba la otra, luego de noches acostadas en el tejado y escuchando relatos de cada una, se fue estableciendo un sentimiento entre estas que ojalá no se hubiese formado ya que de este vendrían desgracias.

Jennie intentó moldear a lisa. La encadenaba y mediante juegos sexuales la torturaba esperando un resultado, pero la rubia no tenía intención de que esto pasara por lo cual entre peleas empezó el disgusto y las ocurrencias. Pero aún así nada las separaba

—Eres mía lisa, solo mía—

—Y tu eres mía jennie, solo mía—.

Lo que no sabían ambas es que entre palabras había mentiras y de mentiras había desgracias. Ninguna permitiría que la otra se fuera de su lado, ninguna permitiría que fuecen tocadas por otras manos.

Matarían si fuece necesario.
La mataría si fuece necesario.

Por Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora