apitulo10: Secretos.
Finalmente había tomado coraje y pude decirle la verdad. Ni yo me la creía… Lucía tan sorprendida como él. Estaba asustada, sentía el corazón galopearme dentro del pecho, las manos me temblaban, y las ganas de llorar que tenía eran bastante fuertes. Él lucía pálida, estaba quieto en el lugar y no musitaba palabra alguna.
-… ¿Qué?
-Chandler, en verdad… Lo siento mucho, yo…
Sus ojos comenzaron a brillar, y su expresión rogaba por un poco de verdad. Me sentía una basura, no podía creer lo que le había provocado. En silencio y lentamente, tomó su rostro entre sus manos y se sentó en la cama, a espaldas mías. Yo me encontraba temblando, buscando la mejor forma para decirle todo lo demás.
-¿Hace cuanto lo sabías?
-… Desde la vez en el campamento. Cuando me hice la prueba dio positivo.
Me miró – ¿Hace un mes? ¿Un mes y no me dijiste nada?
-Chandler…
-¿Cómo pudiste hacerme esto?
-No entiendes, por favor escúchame… No me sentía preparada, estaba asustada…
-¿Y cuando pensabas decirme? ¿Cuándo sea el momento de dar a luz, eso esperabas?
-No, Chandler, no es eso…
-¿Por qué me lo ocultaste? ¿Por qué lo hiciste?
-…
-¡RESPÓNDEME!
-¡POR TI! ¡POR TI NO TE LO DIJE! ¡FUE POR TI, POR ESO LO OCULTE! ¡POR TI!
Quedó en silencio, tratando de entender aquellas palabras. Los ojos de ambos se llenaron de lágrimas, pero no entendíamos bien el por qué de ellas. Ninguno podía explicar con claridad que era lo que sentíamos.
-… Fue por ti, Chandler. ¿Cómo quieres que te diga si siempre te mostrabas tan a disgusto con esa idea? Siempre me lo decías, que nunca tendrías un hijo, que eso no pasaría, que ni ahora ni nunca querrías… ¿Qué podía pensar con todas esas circunstancias? Tenía miedo. No podía ir como si nada y decirte que estaba embarazada.
-¿Entonces me tenías miedo? ¿Tenías miedo a que te diga que abortaras o algo por el estilo?
-¿Qué? ¡Por supuesto que no fue eso! Mira… No sabes el miedo que tengo en este momento, pero no por ti… Sino por nosotros. Esto no es fácil, por Dios… Tenemos quince años, somos tan jóvenes para esto… Yo, creo que tal vez… Esperaba perderlo antes de llegar a los tres meses… Pero nunca había pensado en abortar, ni aunque alguien me obligara.
-Dices que no piensas en abortar, pero estabas esperando a perderlo… No le veo la forma a todo lo que me estás diciendo.
-Chandler… Sé que tengo la culpa en todo esto, y en verdad lo siento mucho. No quería lastimarte, no quería ocultarte nada…. Pero lo hice, y me odio por ello. Yo… Tenía mucho miedo. Aún tengo miedo.
Otra vez quedó en silencio, matándome por dentro en esos instantes. Nuevamente corrió su cara y se la tomó entre sus manos, apartando su vista de la mía. Yo permanecía parada, esperando a que él me de alguna señal, pero nada. Temía haber arruinado algo entre nosotros.
-Chandler, por favor… Dime qué piensas. Necesito escucharte.
Se paró y se acercó hacia mi lado – ¿Quieres que te diga que pienso? Que esto no era solamente tu asunto, era mio también. Era el de ambos… Y porque yo no lo lleve en mi vientre no significa menos responsabilidad para mí. Ambos cargamos con lo mismo, y bajo cualquier cosa, no tenías derecho a ocultármelo.
