Capítulo 2: "El principio de todo"

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Capítulo 2

[Rio Nilo]

-¿C-cómo ha dicho mi señor?.- El general preguntó con su cara de asombro.

- Tal como escuchaste, Disebek... Este bebé fue traído ante mi presencia por los mismísimos dioses.- Contestó el faraón aun viendo al bebé en sus brazos.

- Pero señor, no sabemos de donde provino esta criatura... Ni siquiera sabemos si es egipcio.

- Este niño es un regalo de los dioses... Claramente es egipcio, es el hijo que Henutmire tanto deseo.- El faraón junto al bebé en sus brazos se acercaron al general.

- ¿Esta seguro de esto mi soberano?

- Soy el rey de Egipto, mis decisiones son mas que acertadas... Este niño es un claro ejemplo que los dioses oyen nuestros problemas.

El faraón entregaría el bebe a Disebek.

- Se nota que es un bebé muy especial, lo puedo ver en sus ojos... Cuídenlo bien.

- Lo que usted diga, mi señor.- El general se inclinó ante el rey.

- Bien, es hora de irnos.

Tanto general y faraón tomaron parte hacía el palacio.

[Palacio real]

(Habitación de la princesa)

La princesa estaba llorando inconsolablemente junto a la reina y su sirvienta real Yunet.

- ¿Porque madre, porque estoy siendo castiga por los dioses?.- Dijo la princesa siendo abrazada por su madre.

- Calma hija, todo va a estar bien.

De repente las puertas del cuarto se abrirían dejando ver a el faraón Seti y su general.

- Tengo excelentes noticias.- Exclamó el faraón con cierto entusiasmo en su voz.

- ¿Padre?.- La princesa posó su vista en el rey.

- ¿Que sucede Seti?. - La reina miró a su marido con extrañez.

- Los dioses me han escuchado hija, nos han brindado a este hermoso bebé.- El soberano apuntó a su general que sostenía al bebé entre sus brazos.

-¿De donde sacaste a ese bebé?.- Preguntó la reina con cierta incredulidad.

- Los dioses me lo trajieron en una cesta desde el Nilo.- Expresó el rey con una sonrisa.

-¿Que?

- Tal como oíste mujer, esto es una prueba de lo que puede lograr nuestros dioses.

- Eso es un verdadero milagro.- dijo la sierva Yunet con cara de asombro.

- Lo sé. Ahora Disebek, muestrale a Henutmire su hijo traído por los dioses.

El general entregó a los brazos princesa el bebé encontrado.

El bebé vio el rostro de su futura madre, y como si la conociera, empezaría a reir.

- Es tan hermoso.- Dijo la princesa mientras sostenia sus manitas pequeñas.

-¿Como lo llamaremos, mi amor?.- El general preguntó a su esposa que cambió su animo.

- Moisés... El será el príncipe Moisés. - La princesa le respondió sin apartar su vista en el recién nacido.

- Moisés... Me gusta ese nombre.- Dijo el faraón acercándose a su hija. - El ahora es el nuevo príncipe de Egipto, y además, mi nieto.

- Que enorme felicidad... Te lo dije hija, nunca perdamos nuestra esperanza en Isis.- Dijo la princesa abrazando a su hija.

Mientras todos estaban en un éxtasis, desde un espacio alejado Yunet vería la escena desde un silencio.

- Maldito seas Disebek.- La sirva dijo en voz baja mientras usaba una sonrisa falsa.

- Te agradezco tanto padre por este hermoso regalo, y a los dioses por esto. Seré la mejor madre que este bebé pueda tener.

- Espero que asi sea, quiero que mi nieto crezca grande y fuerte. - Expresó el faraón con una sonrisa.

*Tres años despues*

En los jardines del palacio se encontraban jugando dos pequeños niños, estos eran el príncipe Moisés, hijo de la princesa Henutmire, y Nefertari, hija de su sierva personal Yunet.

- Otra partida que gano.- Dijo la pequeña niña con una sonrisa burlona.

- Eso no se vale Nefertari, nunca puedo ganarte.- El príncipe expreso su berrinche.

- De acuerdo, ¿Pero ahora a que jugamos?.

-¿Que estan haciendo?.- El hijo del faraón, Ramsés apareció junto a los dos niños.

- Queremos jugar a otra cosa, ya me aburro de perder en el Senet con Nefertari. - Dijo el principe levantandose de su lugar.

- Oye, no es mi culpa ser tan buena. - Con una sonrisa burlona se levantó la pequeña niña.

- Es cierto, eres la mejor en este juego.- Dijo Moisés mientras mostraba una sonrisa que seria devuelta por la niña.

- Oigan, mi padre el gran faraón esta planeando navegar el rio con el barco recientemente construido para el... Entonces... ¿Quieren ir?.- El heredero al trono miro a sus dos amigos.

- ¿Nefertari?.- El pequeño Moisés voltearia a ver su amiga.

- Eso seria fantástico.- Dijo con mucha emoción.

- Pues vámonos ya, esta apunto de partir.

Los tres niños saldrían corriendo en dirección al Nilo.

[Rio Nilo]

Los tres niños llegarían a tiempo junto al faraón que los estaba esperando.

- Por los dioses, miren a quien tenemos aquí.- Dijo el soberano de egipto con una sonrisa al ver a los niños.

- ¡Abuelo!.- El príncipe Moisés saltaría a los brazos del rey.

- Mi nieto Moisés, ¿como se encuentra mi gran guerrero?.- Levantó al pequeño principe en sus hombros.

- Estoy genial abuelo.- El pequeño principe se expreso con una sonrisa.

- Los invite a unirse a nosotros padre.- Ramsés se unió a la charla.

- Ningún problema mi pequeño heredero al trono.

Los tres niños se subieron al barco en el cuál se separarian, Ramsés estaría junto al Rey al volante, y Moisés junto a Nefertari en la barandilla del barco.

-Oye Moisés, ¿puedo preguntarte algo?.- Diría la pequeña niña mientras miraba al rio.

-¿Qué sucede, Nefertari?

-¿Alguna vez pensaste con quien vas a casarte algun día?. - Se voltearia para ver el rostro de su amigo.

- Mmmm... Pues para serte sincero no se me había pasado eso por la cabeza...¿A que viene esa pregunta?

- ¿Te gustaría algún día casarte conmigo, Moises?

Esta pregunta haría que Moisés abriera sus ojos mientras miraba la cara de su amiga.

- Olvidalo, fue algo muy tonto lo que dije.- La pequeña niña se alejaria del pequeño príncipe.

- Espera.- Dijo el pequeño Moisés tomando su mano.- Si me gustaría algún día casarme contigo.

La pequeña Nefertari mostraria una gran sonrisa la cual fue devuelta por el príncipe.

- Ven, vamos a jugar con Ramsés.- Dijo Nefertari tomando la mano de Moisés

Una historia diferente: Moisés y NefertariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora