Capítulo 15: "Muerte"

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(Pasillo Real)

Entre una gran multitud,el gran faraón , que se encontraba siendo cargado por varios guardias y acompañado de su familia, fue escoltado hasta sus aposentos reales en busca de encontrar la respuesta de lo que había sucedido.

Ramsés, a un lado de él, tomando de su mano, trataba de asimilar lo que estaba ocurriendo, en su rostro podía verse la expresión de más profundo miedo, miedo de perder no solo al rey, si no su figura paterna, su padre.

Henutmire, que estaba en compañía de Disebek, también compartía el sentimiento de angustia y miedo, realmente no podía creer que un día festivo terminará en tragedia.

El rey llegó a su cuarto, delicadamente fue colocado en su cama, lentamente fue rodeado por sus familiares, Ramsés en conjunto de su hermana y madre fueron los primeros en acercarse al rey.

- ¿Cómo se encuentra?.- Dijo desesperadamente el joven a Paser.

- La fiebre sube, y no parece tener reacción alguna.- Respondió el sacerdote mientras examinaba al faraón.

- Por los dioses, esto es sumamente grave.- Acompañó el sumo sacerdote de Uaset.- Esto no parece una enfermedad, debe ser algo más.- Dijo mientras ayudaba a Paser a encontrar una solución.

- ¿Quizás envenenamiento?.- Dijo sutilmente una voz uniéndose a la escena.

- ¿A qué te refieres, Yunet?.- Preguntó Henutmire a su "amiga".

- Mi teoría es que el rey fue envenenado, tendríamos que supervisar a los cocineros.- Respondió la víbora muy inteligentemente sacándose de encima cualquier otro tipo de sospecha.

- Disebek, llama a Ikene y ordena investigar cada rincón de la cocina, ¡ahora!.- Ordenó Ramsés con un tono furioso.- El desgraciado que hizo esto, lo quiero muerto.- Dijo el jóven con todo el sentimiento de ira posible.

Como fue ordenado, el general se retiró del lugar con claras indicaciones a realizar.

Maya se acercó a Ramsés para darle un cálido abrazo y brindar calma.- Tranquilo Ramsés, solamente nos queda pedirle a los dioses por la salud del rey.

Ramsés despejó un poco de su nerviosismo y se reconfortó en el abrazo de la chica.- No quiero que él muera.- Dijo con una voz quebrada.

- Todo saldrá bien.- Respondió Maya abrazando aún más fuerte al chico.

De repente por la puerta entró Moisés siendo acompañado por Nefertari, ambos se acercarían a sus amigos y familiares para ver la situación.

- ¿Cómo se encuentra?.- Preguntó angustiado el joven a su madre.

- No parece mejorar.- Respondió Henutmire tristemente.

- ¿Algún indicio de qué le pudo haber pasado?.-  Dijo Moisés mirando al faraón.

- Envenenamiento.- Respondió Ramsés acercándose a su hermano.

- ¿Cómo dices?.- Habló Nefertari totalmente incrédula.- ¿Quién sería capaz de tal locura?

- No lo sé, pero cuando encuentre al culpable lo haré pagar.- Respondió Ramsés con la mirada más intimidante posible.

De repente y sin previo aviso el gran faraón empezaría a pronunciar pequeños murmullos en señal de querer hablar.

- R-R-Ramsés.- el faraón logró gesticular el nombre de su hijo.

- Padre, aquí estoy.- Dijo rápidamente Ramsés colocándose a un lado de él y tomando su mano.- Te juro que mataré al que te hizo esto.

- H-hijo mío, c-cuida-a a tu madre, sé el gran hombre que estás destinado a ser.- Dijo en apenas un susurro el rey Seti.

Ramsés al darse cuenta que está era su última charla con su padres solamente cerró los ojos dejando caer pequeñas lágrimas y sujetando más fuerte la mano del faraón.

El rey lentamente volteó para mirar al otro príncipe, a su nieto.

- M-Moisés.- Dijo entrecortado.- Cumple con el deseo de los dioses... apartir de hoy... Eres el nuevo rey de Egipto.

Luego de sus últimas palabras, Seti cerró lentamente sus ojos para darle fin a su vida en el reino de los vivos.

El silencio en el lugar se hizo presente, todos solamente se limitaron a ver el cuerpo de faraón perdiendo el último momento de vida.

- Murió.- Dijo Paser tocando la fría muñeca de Seti.

- Padre.- Dijo entre lágrimas la princesa Henutmire mientras era abrazada por su hijo.

Moisés abrazó fuertemente a su madre mientras sentía las lágrimas brotar del rostro de ella.

Ramsés por su lado lloró silenciosamente mientras ocultaba  su rostro de dolor.

La reina Tuya se acercó a su hijo, con lágrimas en sus ojos, acompañó el duelo de Ramsés.

Nefertari y Maya compartirían el sentimiento de perdida de los ahí presentes, se acercarían para ofrecer la compañía en ese momento de tanto dolor.

Paser con tristeza miró por última vez al faraón, luego con una triste mirada observó el sentimiento en el aire, realmente era un duro golpe a Egipto.

- "Nadie se mete en mis objetivos, nadie".- Pensó Yunet con una pequeña sonrisa escondida.

Moisés miró por última vez a su abuelo, sabiendo que él ya no volverá a verlo, sabiendo que apartir de ahora las cosas cambiarán.

                 "En Egipto, hay un nuevo Rey"

Una historia diferente: Moisés y NefertariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora