"Y la abraza, la oscuridad la abraza como si su propia hija fuera, pero no, no lo es, no es más que un intrusa, no es más que alguien que sobrevive, porque de eso se trata todo, de supervivencia."
Erika, quien decide mudarse al pueblo Roxas en busca...
La curiosidad, la curiosidad había sido mi mejor amiga durante muchos años, la curiosidad había sido a lo largo de mi vida, una cualidad que admiraba de mí, una cualidad de la cual lograba sacar provechos y sonrisas. Pero, de un día para otro, la curiosidad se convirtió en mi mayor enemiga, la curiosidad se cansó de que abusara de ella, la curiosidad me hiso pagar con todo un futuro de maldición, y todo un presente de pesadillas.
Pesadillas que dieron inicio con una beca, una beca universitaria por ser alumna destacada.
En un pueblo situado en los Estados Unidos, llamado Roxas, quedaba la universidad Baraes, la cual, aunque para muchos fuera una más del país, para mí era ‘’la’’ universidad. El motivo era simple, mi madre. Hacía algunos años atrás, cuando se conmemoraba el aniversario de boda de mis padres, nos encontrábamos cenando los tres juntos en un lujoso restaurante que solía preparar los mejores mariscos de la ciudad, y, mientras la estupenda velada familiar se llevaba a cabo, un hombre acababa de encontrar a su mujer con otro en su cama, y se las desquitaba en un bar, alcoholizándose mientras trataba de imaginar cómo llegaría a su casa y lidiaría con su hijo pequeño que no estaba por enterado de la situación. Mamá, papá, y yo, nos dispusimos a ir a casa, llenos de alegría más que de comida, y embriagados de sonrisas más que de alcohol, y en tanto, el hombre desdichado, resignado a su desgracia, pagaba la cuenta del bar, y se dirigía a su auto estacionado frente al local. Y fue de esta manera, como, una hermosa noche de canciones en carretera, se convirtió en lo que unos días después, sería el funeral de mi madre, luego de que ambas circunstancias, se encontraran entre sí dando lugar a un terrible accidente automovilístico. Aún recuerdo la mirada de lamento del hombre mientras lo montaban en la ambulancia, y la manera en la que mi padre lucía desesperado y sin saber que hacer observando como la situación se le escapaba de las manos. Y no cuento esto para dar inicio a una historia de venganza, para nada, de hecho, es una de los pocos recuerdos que mantengo posteriores a ese accidente, cuento esto, para dar inicio a mi historia, una historia llena de emociones, no tan buenas como malas, una historia llena de tropiezos, una sangrienta historia, que justo antes de que comenzara la real trama, lucía como una historia normal y corriente de una adolescente, pero bueno, eso ya viene después.
Así que, retomando la esencia, la universidad Baraes, lugar en donde estudió mi mamá, situada en el pueblo en el que creció, se convirtió en mi mayor propósito a partir de aquel momento.
Los años pasaron, y ya para mis dieciocho, tenía la tarjeta en mi mano, y la emoción en mis ojos, y todo iba bien, todo iba de maravillas mientras buscaba por internet, lugar donde hospedarme o algún apartamento que alquilar, y es aquí donde todo comienza, donde mi historia marca su inicio y proclama su final. Mi padre y yo, antes de la muerte de mi madre, éramos unidos, después de la muerte de mi madre, éramos uno solo, él se había esforzado por llevar bien esos complicados años que llaman adolescencia, había dado lo mejor de sí para que lográramos ese tipo de conexión inquebrantable que teníamos, y yo, solo se lo podía pagar con amor, cariño, respeto, y admiración, y aunque pocas veces estábamos en desacuerdo con algo, aquella vez fue fundamental. Catalina, era una gran amiga de mi padre, y, además, una gran socia en los negocios empresariales, Catalina, notó la preocupación que sentía mi padre ante el hecho, de que su hija se fuera a vivir sola a un pueblo completamente desconocido, y como, en su caso era diferente, me ofreció lugar en su antigua casa en el pueblo, junto a sus hijos, quienes juraba, serían una agradable compañía, y una gran guía debido a que asistían a la misma universidad. El problema fue que, ante mi padre quedar encantado con la idea, y ambos contármelo, estuve en total desacuerdo, no se me hacía nada cómodo vivir con un par de desconocidos….perdón… ¿dije un par?, quise decir, con siete desconocidos, porque si, la mujer había decidido parir siete veces, en una casa donde claramente ya tenían un ecosistema formado, en el cual yo solo irrumpiría de manera poco agradable. Pero no, mi padre no dejó que viviera sola, una vez la idea entró en su cabeza, nadie pudo sacarla de allí, ni siquiera cuando expresé ante él mis motivos para negarme, mi nivel de independencia, y el hecho de que vivir con siete hombres que no conocía, no sería algo a lo que me adaptaría fácilmente. Y aquí fue donde mi intento fallido de vivir sola, quedó….fallido.
El punto fue que, en torno me adaptaba a mi nueva vida, no me esperaba la serie de acontecimientos que más adelante me abrazarían y me harían formar parte de ellos a la fuerza. No esperaba que los Evans, significaran más que un popular apellido, no esperaba encontrarme, en donde me encuentro justo al final de esta historia, no esperaba que la sangre, se convirtiera en lo que más abundaba en mis días, y que todo, fuera causa de un apellido, un defecto que consideraba cualidad, y un mundo lleno de oscuridad que el resto ignoraba por completo.
¿Estás seguro de querer seguir leyendo esto? ¿Estás seguro de querer entrar en algo de lo que probablemente, luego no podrás salir? Si es así, abrocha bien tus cinturones psicológicos, y ven al mundo de la locura conmigo, viajemos más allá de lo que llamamos ‘’enfermedad’’, en la sociedad.
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Ante todo, quiero comunicarle al pequeño grupo de personas que de seguro leen esto, que si les gustó, y deciden agendar mi historia y estar al pendiente de mis actualizaciones y todo lo que ocurre dentro de mi imaginación, pasarán a ser parte de mi felicidad y se ganarán un pedacito de mi corazón muy importante. Es un orgullo tenerte como lector si piensas quedarte por aquí. Te quiero❤. Gracias por valorar mi esfuerzo.
