CAP 5

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FELIZ CUPLEAÑOS

Un fuerte dolor de cabeza me dio los buenos días interrumpiendo mi sueño mientras un quejido de dolor abandonaba mis labios al tratar de sentarme sobre la acolchonada superficie en la que había estado acostada, y mis manos agarraron mi cabeza en miedo a que saliera rodando debido al palpitante dolor. Abriendo mis ojos dificultosamente, la opaca y tenue luz de mi entorno me recibió en sorpresa.

Definitivamente no estaba en mi habitación, de hecho, ni siquiera estaba segura que fuera de día debido a la falta de iluminación natural.

Mi cuerpo, yacía sobre un elegante sofá de apariencia muy antigua, completamente forrado de rojo, a juego con el alfombrado piso del mismo color del cual ni siquiera podía ver más allá de la alfombra, a ambos lados del mueble, se encontraban lámparas que parecían emitir luz ámbar bastante oscura brindando poca iluminación al lugar.

Finalmente, miré mi alrededor, notando que me encontraba en lo que parecía ser una inmensa biblioteca en la que jamás había estado, decorada elegantemente, con tantos libros como nunca había visto en un mismo sitio.

¿Qué estaba haciendo en una biblioteca?

¿Qué estaba haciendo en aquella biblioteca?

¿Por qué?

Con un fuerte mareo en mi sistema, que seguía sin entender, busqué con mi vista alguna salida, recorriendo con mis ojos todo el local, encontrando victoriosamente, la puerta que me dejaría libre, sin embargo, justo a su lado, camuflado en la oscuridad, recostado con los brazos despreocupadamente cruzados sobre su pecho, y su cabello oscuro desordenado, vistiendo unos simples jeans de mezclilla clara y una camiseta blanca, con sus pies descalzos sobre el alfombrado suelo, se encontraba recostado a la pared Even Evans.

Y la realidad golpeó mi rostro.

Todo lo vivido la noche anterior, o lo que creía que había sucedido la noche anterior, el cadáver, el ver a Even entrando después a esa habitación que al parecer era suya.

El miedo plantando sus feas sensaciones, se apoderó de mi cuerpo, robando mi respiración, y haciéndome retorcerme interiormente.

Mis ojos siguieron sigilosos y atentos cada uno de sus movimientos, hasta que finalmente salió a la opaca luz, dejándome ver su inexplicable mirada que causaba escalofríos poco agradables en mi cuerpo.

-Este es uno de mis lugares favoritos - una de sus manos agarró un libro situado sobre una mesa en una esquina cerca de la entrada del gran lugar- suelo venir bastante seguido a leer, siempre está vacío, los demás no suelen entrar. -su voz era bastante grave, de hecho, ahora que lo pensaba, creo que era la primera vez que lo escuchaba hablar.

De pronto, una melodía de piano sonó por todo el lugar, y cuando decidí buscar su procedencia, fue que vi un tocadiscos en la misma mesa que antes estaba el libro que había parado en sus manos.

-Erika...- oír su grave voz pronunciar mi nombre, mandó corrientes eléctricas a mi columna vertebral, esa fea sensación llamada miedo volvió a invadirme- ¿Por qué estabas en mi habitación?-su pregunta dio paso a mis nervios, que aumentaban gradualmente en tanto su mirada estaba fija en mí, expectante, evaluativa, en busca de respuestas, haciéndome sentir pequeña frente a él.

La mención de su habitación, me hizo recordar aquella fea escena dentro de sus cajas, otra vez, aquel cadáver cuyo cuerpo había sido dividido por partes robando mi aliento.

¿Por qué?

¿Qué era Even?

¿Quién era Even?

CLASSIC ×(Donde la oscuridad no conoce límites)×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora