Deku, El Guerrero Invencible

CAPITULO III

- ¡Les pregunté quienes son ustedes, contesten escorias! - Katsuki había optado por poner sus puños en guardia, atrás de él estaba el pequeño Izuku asustado, escondiéndose en la espalda de este.

- Que insolente, ¿Cómo puedes dirigirte así a tus mayores mocoso? - el enojo en aquel anciano se hizo notar al instante.

- No soy mocoso anciano asqueroso. - están listo para pelear cuando el mayor se dispuso a darle un buen jalón de orejas cosa que nunca sucedió al ser detenidos.

- ¡Kacchan! / ¡Torino!

Los acompañantes de ambos les habían gritado justo a tiempo, Izuku se puso rápidamente al frente de Katsuki para abrazarlo y alejarlo de aquel hombre, la anciana hizo lo mismo solo jalandole de la capa a su acompañante casi ahoracandole, percantandose del peliverde.

- Tu - dirigió su mirada a Izuku, recibiendo un gruñido de Katsuki y una mirada de odio por parte de el - ¿Cómo te llamas? - su voz era melodiosa y tranquila.

- Katsuki- hablo primero sosteniendo fuertemente a Izuku en sus brazos.

- Me parece que serás un alfa muy posesivo y algo... Explosivo. ¿Y tú pequeño? - la pregunta era para Izuku desde un principio, aunque se le había adelantado el pelicenizo antes, no podía ignorarlo, sin duda aparte de posesivo y sobreprotector, sería arrogante.

- I-izuku M-midoriya. - se aferraba aún más a la ropa de su amigo escondiéndose lo más que podía sin éxito.

- Ya veo, no te haré daño pequeño- trato de calmarlo - el tampoco - señaló a su acompañante quien se había calmado al ver al peliverde - Torino.

- Se que tengo que hacer - se acercó cuidadosamente al par de niños abrazados - tranquilos, no les haré daño, ¿Me prestarias tu mano por favor Izuku? Por favor. - su cara ahora estaba tranquila, sin rastro de maldad por lo que Katsuki soltó un poco a Izuku solo para que esté le diera la mano al mayor quien la tenía tendída esperando la pequeña mano ajena.

- Sin duda eres el - seguro de su respuesta, pudo sentir como el pequeño era lo que ellos buscaban, el estaba bien y era algo que podía llevar de información únicamente.

- Ya veo - hablo la mayor sin quitarle la mirada a los niños, les tendió sus manos una mano a cada uno estos le respondieron el gesto.

Minutos de silencio.

- Tu serás un alfa, fuerte, intrépido, destacadas por tu fuerza, pero tú arrogancia te hará cometer errores, no lastimes a quien amas, protegeras tu Omega, le harás feliz, pero sobre todo, no dejes que los demás influencien en ti - al tocar las manos de cada uno pudo sentir y visualizar por instante un poco del futuro de aquellos enfrente. Hablo claramente mirando a Katsuki a los ojos quién desvió su mirada sin escuchar lo último. - Tu - se dirigió a Izuku- serás un Omega fuerte, el más fuerte que haya existido, tienes un poder en ti que es de gran importancia, tu corazón corre peligro, eres amable, noble, valiente, no te darás por vencido, tu eres más especial que cualquier otro - en ningún momento no ninguno de los dos desvió la mirada, los soltó y se puso de pie.

Con una sola mirada a su compañero, este sabía que ya era hora de marcharse, saco de su bolsillo un polvo y lo soplo enfrente de ellos, haciendolos dormir al instante, una vez un poco lejos de aquellos niños que no dejaban de abrazarse, los miro por última vez.

- Ustedes son destinados, serán los más fuertes, pero para eso deben estar unidos, su amor será el más que se haya visto, pero tambien, puede ser la destruccion de Izuku.