CAPITULO IV

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El futuro es algo que nadie puede controlar, y puede cambiar, al igual que el corazón humano, si ,el corazón, aquel órgano vital para la vida de cualquiera, puede ser asombroso la forma en que bombea tanta sangre a todo el cuerpo, y podríamos decir que es fuerte, si, pero también es tan débil como una copa de cristal, si no se tiene cuidado, se empieza a agrietar.

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TIERRA DEL FUEGO, FRONTERAS DE LA ALDEA DE LA HOJA, BOSQUE DE ENCANTO.

- señorita Genkai, ya me voy, me alegra mucho que se encuentre bien

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- señorita Genkai, ya me voy, me alegra mucho que se encuentre bien. - Izuku cada semana salía del palacio a encontrarse con una anciana del pueblo, una beta, bastante fuerte, su pelo rosa rosado con holanes, y sus ojos negros como la noche, podría parecer malhumorada como su amigo Katsuki, pero en realidad era bastante amable.

- Ya no soy una jovencita, estoy vieja.

- Pero las señoritas son lindas, y usted es muy bonita. - Hablo Izuku con esa mirada que hace que cualquiera que la vea se enamore de ella y la pureza del niño.

- pequeño príncipe, no debería tomarse la molestia de venir aquí. - sin embargo la anciana adoraba la visita del peliverde, ¿Quién no lo adoraría? El pequeño ayuda a cualquiera en su camino, sobre todo adultos mayores y niños de su edad o más chicos. Cada semana venía a leerle un libro, un libro de historia, que ella había escrito años atrás, cuando ella era una guerrera.

- Yo no soy el príncipe, Kacchan es el príncipe. Me encanta venir a verla, y me fascina el libro que me presta para leerle, la guerrera de la historia se parece mucho a usted. - los ojos del antiguo príncipe brillaban de emoción mientras dejaba el libro en la cómoda al lado del la cama de la anciana - ¿Cuándo podrá salir de casa? ¿Pronto podrá salir de la cama? - Izuku era un pan de dios, se preocupa por todos los habitantes de la aldea.

- Antiguo príncipe, pronto podré levantarme para poder enseñarte a como pelear - Genkai Alzo un puño con su mano izquierda mientras reposaba en la cama, quedando en su cabeza rondado la oración del peliverde " Yo no soy el príncipe".

- Que cosas dice, los omegas no peleamos, solo nos preocupamos por nuestra familia y cachorros - reía a carcajadas por el comentario de la anciana, ganándose una mirada furiosa de ella y haciéndolo callar al instante.

-¿Quien te dijo eso? Aún no se sabe que será un Omega, aún no cumples 5 años - Le molestaba la forma en que hablaba el pequeño, primero decir que el no es el príncipe y afirma que es un Omega dedicado solo a la casa, eso le enfurecía.

Deku, El Guerrero InvencibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora