Capitulo 4

11 3 1
                                    

La semana había empezado muy fuerte. Era el ''reodoc''. La reorganización oficial de documentos. Se basaba en ir revisando todos los documentos y separarlos por familias y ubicación. Normalmente se tardaban unas tres semanas o así. Mi padre no hacía gran cosa, más bien no hacía nada. Dejaba que su gente hiciera el trabajo por él, y a lo largo de las semanas, se pasaba un par de veces por la oficina. Además, he de decir, que durante esas semanas estaba totalmente insoportable. Seguramente, por todo el trabajo que estaba haciendo. Yo tampoco estaba de un especial buen humor. A principios de la semana había tenido una pelea. Había sido en el colegio. Este chico llevaba tiempo metiéndose con Conrad, y el otro día le tocó. En ese momento mi cabeza reaccionó. Sabía que él no haría nada, porque aunque es un tipo corpulento, es un buenachón y no le gusta hacer daño a la gente. En ese momento, me recorrí el pasillo del colegio y en menos de dos segundos, me encontraba encima del chico venga a soltarle golpes en la cara, uno y otro y otro... Cuando llegaron los profesores, nos separaron, agarrándome de los brazos y asistiéndole a él, que se encontraba en el suelo con varios chorros de sangre que desprendían de su cara y bajaban suavemente por su rostro. Cuando se encontraba estable, veía el miedo en su cara. Yo estaba lleno de ira por dentro, y si esos profesores no me estuviesen agarrando, lo hubiese vuelto a tirar al suelo, y probablemente lo hubiese dejado en el hospital. Ahora en frío, lo pienso y creo que me desvarié un poco, a lo mejor por haberle empujado y haberme llevado a Conrad hubiese sido suficiente, pero ese chico nunca me cayó bien, y me aproveché de la situación. Cuando informaron a mi padre, posteriormente, le conté lo que había pasado. Y la verdad no me esperaba su reacción. Llamó a su mano derecha para que buscara acerca que la familia del chico. Intenté convencerlo de que no lo hiciera, que había sido una cosa de críos, pero no dio opción. No se que ha pasado, pero parece que no han encontrado nada que les interese.


...


El día estaba lluvioso, algo feo, y hacía una brisa, que provocaba un escalofrío a aquel que fuese poco abrigado. Mi padre se encontraba en la oficina, junto a su gente. Aún seguían en la ''reodoc''. Ese día tocaba ordenar las estanterías de la parte delantera. De esa parte se encargaba el mano derecha de mi padre y unas 4 o 5 personas más. Hacía mucho tiempo que no las ordenaban, porque no se usaban continuamente, pero este año, mi padre indicó que se revisasen. El mano derecha de mi padre se encargó de la segunda estantería. Poco a poco fue sacando todos los archivadores, hasta que vio algo que le llamó la atención, parecía un hueco en la pared. No. Una caja. Era una caja. Lo primero que hizo fue llamar a mi padre, a ver si él sabía algo:

-Señor, venga a ver esto -dijo la mano derecha de mi padre

Él, sin prestar mucha atención, acudió a su llamada. 

-Dime, ¿qué ocurre? - dijo sin apartar la vista de un periódico que llevaba en sus manos

- ¿Sabe usted que es esto? -dijo algo extrañado

Mi padre apartó la mirada del periódico y se centró en aja que había detrás de unos archivadores.

-No, cógela -ordenó con un tono imperativo.

El hombre estiró su mano agarrando la caja, y ejerciendo fuerza para sacarla. Una vez a la vista de los dos, ya podían ver que era. Se trataba de una caja de un color oscuro, llena de polvo y de un tamaño folio. 

-Vamos, ¡ábrala! -ordenó mi padre

El hombre algo preocupado destapó lentamente la caja. Dentro habían unos papeles. Parecían algo antiguos. Mi padre agarró los papeles y comenzó a leerlos. 

-¿Reconoce usted que son señor? -le preguntó el hombre a mi padre

Él lo ignoró y continuó leyendo. Minutos después, pronunció lo siguiente.

-Sí, se tratan de las actas de nacimiento de algunos judíos. A lo mejor estas personas pueden estar muertas, pero podemos utilizar los datos, para encontrar a sus descendientes. ¡Esto es maravilloso!

Mi padre se encontraba realmente feliz, y lo primero que hizo, fue un llamamiento a toda su gente para que buscaran a sus familias. Y así fue.


...


Pasadas 2 semanas habían cogido a más de 20 familias judías y las habían encerrado a todas en distintos campos de concentración. Incluso a niños y abuelos de ellas, los habían matado. Esto Axel no lo sabía. Y lo que tampoco sabía nadie, era que quedaba una familia. 






lo que destruyen los pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora