Inko Midoriya, tras insistirle un centenar de veces a su hijo que la acompañe a la casa de campo de la familia Bakugo, al fin lo logra un día de vacaciones. Izuku, quien acepta sin saber por qué, podría acabar terriblemente decepcionado o más vivo q...
No tenía ni idea de que fuera Katsuki quien se encargara de los animales, impresionante. La cuestión aquí es... ¡por qué debo hacerlo yo también! No olía nada bien, ¡y encima tendría que soportar sus órdenes!
"Primero toca alimentar las gallinas. Ve rellenando las tolvas con pienso. Ahí dejé los sacos"
"Vale..."
Esto pesaba un Diablo. ¡Por qué me dejaba a mí lo más duro, si el musculitos lo es él!- Me callé al ver que cargaba enormes cubos de agua. Eso sí que pesaba, Dios Santo.
No tengo ni idea de cuánto tardé en llenar las cuatro tolvas, pero, por lo cansado que me dejó, me atrevía a decir que pasaron horas.
"Coño, eres tan lento que casi iba a ordeñar las vacas sin ti"
"¡Tú eres absurdamente rápido!"
Momento, ¿ordeñar? No quería ni imaginar cómo debe oler la leche recién ordeñada. ¡No tenía más remedio que recurrir a la siguiente medida drástica!
"¡Ay ay ay, me duele mucho el brazo!"
"¿Ah? Dónde"
"Aquí aquí, ay ay" Siguió quejándose, mientras fingía que no era capaz ni de levantar el brazo.
"Oi, hay una araña en tu pelo"
"¡¿Qué?! ¡Quítamela, quítamela!" Se llevó las manos al cabello con desesperación, tratando de quitarse la inexistente araña.
"Con que ni levantarlo podías, ¿huh?" Crujió los puños, viéndose más enfadado que de costumbre.
"E-ehm, ¡milagro! ¡Milagro!"
"¡El milagro será que sigas vivo después de todas las tareas que te voy a imponer, inútil!"
Y a partir de este día, juré no volver a mentir jamás.
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"¡Por qué no sale leche! Venga, vaca bonita. ¡Dame leche!"
"Qué coño haces. Usa todos tus dedos y haz movimientos suaves y continuos"
"¿Así?"
¡Después de hacerlo un par de veces, por fin había salido leche!
"¡Genial!"
"¿Tanto te emociona la leche?"
"... ¿Es este otro de tus comentarios pervertidos?"
"Tal vez. Ni con tus dos manos lograrías sacarme toda la leche. Ah, por cierto, ordeña entre 5 y 7 minutos, más vale que no te depases" Y como si nada, se fue por su lado a ordeñar otra vaca.
"¡Eres... eres un...! ¡MALDITO DEGENERADO!" Estaba más rojo que un tomate, y la vaca parecía estar burlándose de él. "¡No te rías, estúpida!"
Dios, deja de pensar en eso y concéntrate en los segundos, los minutos. Uno... dos... tres... ¿Tan grande es su miembro viril? Quizás me atraviesa el pulm-, ¡joder, concéntrate Izuku!
