Capítulo 17

85 10 0
                                    


Después de esa demostración de talento, digna de un premio, hubo un gran silencio. Todos veían a Valt con la boca abierta, el oji-café aún tenía los ojos cerrados. Vaya, se ve que Valt cantó desde el corazón, pues cuando lo hizo, se pudo sentir el sentimiento que trasmitía, oír cantar a Valt fue un gran privilegio, puesto que sólo sus hermanos han tenido el honor de escucharlo hasta ahora, claro está.

–¿Qué fue eso? –el rubio pelos de plátano fue el primero en reaccionar. –

–¿Eh? Pues una canción. –respondió Valt restándole importancia a las caras impresionadas de los chicos. –

–¿Quien eres y que hiciste con Valt?

–Yo soy Valt, ¿Oíste borrego? –dice en tono juguetón Aoi, aun sin entender las caras de los demás. –

–Si, si eres tu, ¿pero que fue eso que oí?

–Que fue una canción. –contestó mientras rodaba los ojo por tanta insistencia con la mismapregunta. –

–Valt, cada día me sorprendes más. –dice Drum, impresionado. –

–Y a mi, ¿cómo le haces para ser tan bueno en todo? –sigue Shu. –

–No sé, ¿Echándole ganas?. –Aoi se encogió de hombros en su lugar. –

–Ahora si, Valt, cásate conmigo. –pidió Free mientras se arrodillaba frente al oji-café. –

–Free, yo... –Aoi se agachó a la altura del rubio y acercó un poco a su rostro, quedando así a escasos céntimos el uno del otro. –Yo no siento lo mismo que tu. –Valt se separó del rubio de forma algo brusca y se levantó para darle la espalda al pobre de mechones rojos. –

–Uuh, golpe bajo, Valt.

–Ni modo. –Free se levantó y se encogió de hombros despreocupado, aparentemente. –Algún día me amaras como yo a ti. –dice con confianza y toma a Valt de la cintura para acercarse a él. –

–Free, sabes que no me gustan los abrazos así, sueltame. –murmura mientras da un leve respingo. No se esperaba esa acciónde parte del rubio. Su cuerpo se tenso un poco a pesar de saber perfectamente que era Free y que no le haría nada. –

–No. –De La Hoya le susurró en el oído al Aoi, causando que un escalofrio recorriera su espalda. –

–Free, no estoy jugando.

–Yo tampoco.

–Esto se puso raro. –murmura Drum a nadie en específico viendo la escenacomo todos los demas. –

–Dios... ¡Uy! ¡Miren que tarde es, debo irme! –Aiga grita de la nada como una excusa barata y toma sus cosas para salir corriendo como alma que lleva el diablo. No quería ver cómo uno de esos dos terminaba en el hospital o en el cementerio, porque sabía que ese alguien no sería Valt. –

–¡T‐Te acompañó! –grita Fubuki al ver una oportunidad de salir de esa situación vergonzosa y también porque hace poco descubrió que el oji-turquesa y el vivían bastante cerca, así que sin perder tiempo imitó la acción del castaño que ya estaba un poco lejos de ahí y se fueron corriendo los dos. –

–Y‐Yo... –*¿Qué hago? Esto se puso demasiado incómodo.* –piensa Dante. Por suerte llega lo que parece ser su salvación en forma de llamada telefónica. –¿Hola?... ¡Tío!... Estoy en casa de un amigo.... Bien, voy para allá. –dice para finalizar la corta llamada. –Perdón, era mi tío, tengo que irme. –avisa mientras toma sus cosas para finalmente irse, dejando solo a Free, Shu y Valt. –

–Última advertencia, Free, sueltame o no respondo. –pidió de nuevo Valt. Sabía que Free realmente no lo iba a soltar, pero le tenia fe y Shu solo veía la escena preocupado por lo que pudiera suceder. –

EL SUICIDA QUE SE ENAMORO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora