Cuatro

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Ciñéndome en lo que en este planeta hay, no se miran las especies, razas incluso, a la hora de pensar y decidir que es mejor no mezclarse con ciertos seres.

Y uno de ellos es justamente el que frente a mi se encuentra, mirándome tan sereno mientras que yo solo me dedico a mantenerme lo más estable posible, con mi ceño fruncido, terminando de tomarme esta taza de té que por cortesía he aceptado, siendo la realidad que detesto el aroma y el sabor del mismo, pensándolo con claridad mientras dejo la taza sobre la mesa que entre los dos se encuentra.

— ¿Desde cuando os conocéis que parece haber una química especial entre los dos?

Fijando mi atención en la esposa de mi primo, atónito por sus palabras, aprieto de tal forma mi mano sobre mi pierna que incluso alcanzo a sentir un leve dolor, irreal porque hace años que no siento ni un ápice de dolor físico.

— No nos conocíamos —aseguro —a pesar de su afición por perseguirme con su coche cada vez que me muevo con mi moto, no conozco a este hombre al que habéis metido en vuestra casa, confiando en el ciegamente.

— Es un compañero de trabajo de mi esposo Minhyuk —como no —se amable con él. No te ha tratado mal en ningún momento.

— Me voy a disculpar —me pongo en pie —con mi primo y contigo además de con la pequeña. He pasado un rato agradable con los tres. Debo hacer cosas y se me vendrá el tiempo encima. Felicidades por la pequeña vida que con amor habéis traído a este mundo.

— Te acompañaré a la puerta Minhyuk —me indica Seokmin.

Inclinándome para depositar con suavidad un beso en la cabeza de la pequeña, mirando con desconfianza a ese ser tan pacíficamente sentado a una distancia de ambas, sigo los pasos de mi primo en este momento hasta la puerta donde me vuelvo a poner mis zapatillas, mi ropa bien colocada, sosteniendo las oscuras gafas y la mascarilla con mi mano derecha, viéndole directamente, preocupado por la situación actual, por la presencia que en esta casa no debería estar siquiera un solo segundo.

— No digas nada —le advierto —no es mi forma de hablar la que te debe preocupar Seokmin. Tan solo te aconsejaré que tengas cuidado con a quien metes en tu casa ahora que tienes una hija. Cuida de tu familia y deja de permitir el paso a ciertas personas aunque trabajen contigo, aunque creas conocerles. Me iré ahora, tan solo haz caso de lo que te digo.

Ocupando unos segundos de mi tiempo abrazo a mi primo, despidiéndome de esta forma de él, siendo ya que me alejo de esta casa, yendo directo a mi moto donde me detengo para ponerme la mascarilla, dando la espalda a los rayos del sol. Colocando ahora el casco en mi cabeza, sosteniendo las gafas de sol con mi mano una vez más, veo como ese ser sale también de la casa, dirigiéndose no a su coche como debería hacer sino a donde me encuentro, con sus manos en los bolsillos de ese pantalón de traje que ridículamente lleva puesto, sin preocuparse por el sol que de pleno da en su piel, como si no le afectase lo más mínimo.

— No tengo una sola palabra más que estas para ti —subo a la moto —asique ni te molestes.

— Si te sigo —enciendo el motor, escuchándole mínimamente —despiertas curiosidad en mi. Minhyuk, ¿acaso me ves como un monstruo?

— ¿No lo eres? —me limito a mirarle —no se como aguantas el sol ni me interesa. Pero sinceramente si que te veo como uno puesto que la maldad la puedo oler desde aquí. ¿Aceptas una petición? Aunque no lo hagas no puede importarme más, aléjate de mi familia y de mi. Ya has tenido el valor de arrebatarle la vida a mis padres y me las pagarás, llegado el momento lo harás.

Apretando mis manos en ambos lados, dispuesto ya ha acelerar y marcharme de una vez por todas, siento una mano en mi cintura, gélida esta, penetrando esa sensación en mi piel, en cada parte de mi ser, notando además el peso de su cuerpo a mi espalda, sus muslos aferrándose alrededor de mis propias piernas, su aliento rozando la parte visible fuera del casco de mi cuello.

— ¡Qué demonios crees que haces? —alzo la voz apartando su mano —¡bájate ahora mismo de aquí!

— Cierra la boca y acelera.

— ¿Qué acelere? ¿Acaso quieres jugar o perder tu propia existencia en mis manos? —miro al frente —tu lo has querido.

Acelero, notando sus dedos fríos clavándose ahora de ambas manos en mi cintura, siendo la presión mayor cuando acelero, siendo incluso real la cercanía de su cuerpo hacia el mio en cuanto una curva llega, inclinándome hacia un lado de tal manera que la diversión se mantiene en mi al sentir, oler incluso su miedo, siendo gratificante para mi ir de esta forma, sin detenerme hasta llegar a un lugar en mitad de la nada donde pueda destruirle al igual que él a hecho con mis padres.

— ¿Qué hacemos aquí Minhyuk? —mira a nuestro alrededor —¿realmente tienes la idea en tu cabeza de destruirme? Me gusta como piensas y peleas. Fue divertido ver como desmembrabas y quemabas al asesino de tus padres. Sinceramente, y nunca soy así con nadie más, lamento mucho la perdida de tus padres. Se cuanto los amabas. Yo mismo pude conocer a tu madre. Una gran mujer, la que mejor calificación tuvo en la escuela. ¿Nunca te habló de su viejo amigo Hyunwoo?

— Mi madre nunca llenaría su boca con tu nombre —frunzo el ceño —¿qué pretendes más bien tu? Eres un monstruo, un ser infernal sin compasión alguna capaz de asesinar solo.. ¿para qué? ¿Veías a mi madre como tu rival?

— Tu madre no era rival para mi, era mi amiga y su hijo busca hacerme pagar por algo que no ha manchado mis manos —me aparto cuando se acerca a mi —no me temas. Si quiera eliminarte lo habría hecho hace tiempo. He tenido miles de oportunidades de las que no te has percatado Minhyuk. Se inteligente y ve a tu casa. Tu eres quien no debería acercarse a cualquiera, no tu primo, su esposa y esa pequeña. No les haré ningún mal. La niña no será como tu, pero estoy seguro que heredará la fortaleza que en tu corazón medio humano hay, existe realmente.

Habiéndome girado para no mirarle, siendo que ahora doy media vuelta para enfrentarle, hacerle callar, me encuentro con que estoy solo en este lugar, que de él no queda ni rastro, ni señal siquiera de haber estado aquí.

Conteniendo la sensación que arde en mi interior me dispongo a subir a mi moto, acelerando una vez le doy vida, siendo así como llego a mi casa, encerrándome en esta, deseando estar solo al tiempo que es imposible con la presencia de Jeonghan aquí, viniendo con todo el derecho que a si mismo se otorga.

— ¡Es un demonio! —me dejo caer en el sofá —se cree con todos los derechos, pisoteando a los demás, destruyendo todo cuanto se encuentra a su paso. ¿Qué estudió con mi madre? Si tanto asegura que eran amigos, ¿por qué ha sido capaz de asesinarla junto a mi padre?

— ¿De quien hablas Min?

— Hyunwoo —me siento —así se llama ese vampiro endemoniado. Ha subido a mi moto, me ha tocado, me ha seguido, me ha mentido a la cara diciendo que estudiaron juntos y que era amigo de mi madre. ¿Cuantos años tiene? ¿Cuatrocientos? Es imposible que haya estudiado con mi madre o fuesen amigos. Está ganando tiempo para que no le haga pagar por lo que ha hecho.

— Hyunwoo.. —miro fijamente a mi tío —alto, moreno, con un gesto serio pero a la vez calmado.. ¿es así?

— ¿De que conoces a ese ser?

— Es una larga historia sobrino.

— Como si no tuviera una vida entera para escucharla tío —le obligo a sentarse a mi lado —¿de que conoces a ese ser?

La anticipación del amor fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora