Parte IV

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Me adentré al baño con los nervios explotando. La presencia de ese auxiliar me tenía totalmente cautivado. No sé que me estaba sucediendo, pero me sentía absolutamente extraño. Necesitaba distraerme un poco, el sueño no llegaba para poder excusarme y dejar de verlo.

Salí convencido  de esforzarme por buscar el sueño. Luhan estaba ahí de espaldas. La camisa le quedaba muy bien de espaldas. Ese cabello rubio, bien arreglado, hacía descontrolar mis pensamientos. ¿Qué me estaba sucediendo? No lo sabía exactamente, sin tan solo pudiera sentarme en otro lugar y no verlo más. ¿Le tenía miedo? Claro que no, simplemente hacía cohibirme un poco…

– Sehun, ¿Se encuentra bien? Está pálido – comentó acercándose a mí.

Joder, no puede estar pasando.

Pasó su mano por mi rostro apartando un cabello, que sabía a conciencia no estaba ahí. Su cercanía me estaba, poniendo más nervioso, de lo que ya me encontraba. Su mirada estaba penetrándome como si quisiera hablarme de algo más y buscar algo más en mí. ¿Estaría seduciéndome? Já, no debía pensar en eso. Mi presencia hacía notar que no me gustaban los hombres.

– Piensas que… – comenzó hablar bajando su mano por mi camisa.

– Oh, no – levanté mis manos para detener las suyas. Directamente me clavó su penetrante mirada.

– Discúlpeme, señor – volvió a mostrarme esa sonrisa e intentó deshacerse de mis manos para alejarse – Disculp…

– Sehun, ¿Tanto cuesta decirlo? – pregunté un poco fastidiado, no tenía intención de soltarle las manos.

– Sí, he sido un atrevido, señor. Ruego que me disculpe – habló serio ésta vez haciendo un poco más de fuerza para soltarse de mi agarre, sin mirarme a los ojos. Le solté una muñeca para sostenerlo de la cintura.

Estaba paranoico, pero ya que se me estaba presentando la oportunidad, de una manera no esperada.

– Señor… – apreté más la muñeca que le sostenía – Sehun – susurró nervioso. ¿Acaso mi contacto le estaba haciendo daño? – Por favor… – volvió a susurrar.

Sellé nuestros labios. No sé, exactamente, cuál fue mi intención, pero me había provocado. Empecé a mover mis labios, para calmar la situación, la tensión en la que  me encontraba. Sin presionar mucho, el siguió con los severos movimientos.  Le solté la muñeca para tomarlo de la cintura y acercarlo más a mí, hasta que nuestros cuerpos golpearan un poco. Mis manos tocaron se deslizaron hasta rozar su trasero. ¡Cielos! Sus manos se posaron, rodeando mi cuello para poder estar un poco a su altura. Rompí el beso para volverlo a buscar desesperadamente, me dio paso para conocer sus adentros, su lengua tímidamente rozando la mía.

– Sehun... – susurró un poco con los ojos cerrados – Aquí no podemos. Mi trabajo – comentó sin apartarse de mí.

Detrás de mí había una puerta, que era la del baño. La abrí con cuidado sin darle la espalda al auxiliar. Nos movimos un poco y nos adentramos al baño. Escuché como la luz verde se encendía para avisar que estaba siendo ocupado en este momento. Quién notará que habrá dos personas dentro y ni por cuánto tiempo lo estarán…

—○—

                Luego de ese encuentro extraño en el baño. Con los cabellos revueltos, botones desabotonados. Sudados y agitados por la excitación rozados por nuestro choque de cuerpos.  

Sus labios conocieron lo que Jongin me había pedido que disfrutara en algún momento. Así fue, los disfruté conteniendo los gemidos para no despertar a los demás pasajeros. Su espalda ligeramente besada por mis labios. Literalmente, conocí completamente su columna, su trasero, su privacidad que deseé sin preocupación.

– ¿Demoré demasiado, Sehun? – preguntó acercándose a mí. Negué sonrientemente – ¿En qué hotel te vas a quedar? – preguntó. Le tendí el folleto al cual iba a pasar mis vacaciones – Supongo que… Éste no es el mismo en el que me voy a hospedar hasta los próximos días.

– ¿Cuántos días te quedarás aquí? – pregunté frunciendo el ceño y un poco desilusionado por su hospedaje, que no eran los mismo lugares.

– Creo que… Hasta dentro de seis, cinco días – habló mientras me devolvía el folleto.

– ¿En cuál te estás quedando?

– En uno cerca del aeropuerto –estuvo buscando con la mirada– Por cierto, en aquel lugar se encuentra – señaló el edificio que estaban cubriendo unos árboles.

– Creo que podría hacer un cambio – sonreí ligeramente y noté como sus ojos se iluminaron.

– Sehun, pero tus vacaciones – susurró avergonzado. Sonreí sosteniendo su mano mientras caminábamos por dentro del parque.

–  Te acompaño hasta tu edificio… – comenté con tranquilidad.

—○—

¡Sehun! ¿Dónde diantres te encuentras? El hotel ha estado llamándome si vas a ir – preguntó fastidiado Jongin.

– ¿Recuerdas lo que me pediste en el aeropuerto de Seúl? – no contuve la sonrisa llena de picardía.

– ¡Cielos! Ahora lo entiendo. Pensé que no eras gay – comentó con su típica voz de burla.

– Alguien hizo que dudara un poco – comenté.

– ¿Te encuentras con él? – preguntó con misterio.

– En este momento vamos para la segunda ronda – comenté con complicidad – Debo colgar, hablamos luego – me despedí al ver a Luhan saliendo del baño.

Me senté en el borde la cama y lo vi apoyarse en el marco de la puerta del baño. Con mi mano lo incité a que se sentara sobre mi pierna. Él bajó la cabeza sonrojándose y mordiéndose a la vez su labio inferior, comenzando a dar pasos hacia mí.

– Así que… te hice dudar un poco – susurró entre mis labios. Soltando pequeños besos por mi rostro mientras se acomodaba en mis piernas

– Como no tienes idea – sonreí lascivamente.

Agarré su trasero para levantarnos, se sostuvo rodeando sus piernas por mi cadera. Terminando acomodándolo sobre la cama. Besé su pecho con más pasividad y comodidad.

Ésta vez podía escuchar sus gemidos con más precisión.

Airplane [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora