Airplane [HunHan]

Parte III

– Oh, señor Sehun, ¿No puede abrocharse el cinturón? Por favor, necesito que apague el celular. Luego de unos cincos minutos de haber despegado, tranquilamente vuelve a encenderlo – me habló tiernamente mientras se ofrecía en abrocharme el cinturón. Nuestra corta distancia se me hizo incómodo y más sus manos que abrochaban muy cerca de mi entrepierna – ¿Pudo escucharme, Señor?

– Sehun, por favor – murmuré mientras captaba sus indicaciones. Me sentía viejo que me llamaran así.

– Ruego que me disculpe, Sehun – me sonrió colocándome su mano en mi hombro, mientras se retiraba para indicarle a los demás pasajeros colocarse el cinturón.

– Gracias – terminé susurrando sin esperar a que me escuchara.

—○—

Después de unos tantos minutos de haber despegado llamé a Kyungsoo que me había pedido que lo llamara en cuanto estuviera en el avión ya rumbo para Nueva York.

– Kyungsoo, listo. Dentro de unas horas estaré en el lujoso hotel del que tanto me hablaron – me burlé mientras escuchaba sus carcajadas, que sin duda no se encontraba solo y obviamente me tenía en altavoz.

– Entonces, ¿Contento por la americana que te espera? – escuché a Jongin a través de la línea.

– Oh, sí. Espero que esté en buenas condiciones, para disfrutar un poco de ella – sonreí y luego me avergoncé por lo que dije.

– ¡Cielos! Mira como esa americana te ha bajado el humor –Chanyeol habló en su tono más burlón.

– Pervertido, Sehun – Ese sin duda era Baekhyun. Y más carcajadas se escucharon.

– Está bien, lo admito. Un pervertido seré en estas simples vacaciones – hablé bajito. En escasos minutos vi pasar a Luhan con un vaso de agua, encima de una bandeja. Se las entregaba a una señora mayor – Bueno, los llamo cuando esté llegando – Guardé el celular debajo de una almohada. Necesitaba con urgencia ir al baño.

– Luhan – hablé mientras él se acercaba.

– Hola, ¿Qué se le ofrece, Sehun? – enseñándome una vez más su blanca dentadura.

– El baño, por favor – me desabroché el cinturón.

– Cómo no, sígueme. Por favor – me levanté para seguirlo.

– Luhan, ¿éste no es el baño de los auxiliares? – pregunté confundido.

– No, es para los pasajeros. Es para que no tengan que atravesar todo el avión – habló claro, sin muchos rodeos – Sí necesita algo más. Estaré por aquí cerca. Siéntase cómodo – me ofreció dándome la espalda mientras comenzaba a ordenar unos pañuelos.

Cinco minutos demoré dentro del baño. Sentía que me iba a marear en cualquier momento. Salí con la mano en la cabeza tratando de no pensar en los mareos.

– ¿Se encuentra bien, Sehun? – Preguntó el azafato – Tiene muy mal aspecto – habló en un tono preocupado.

– Estoy bien, gracias. Un poco de agua me sentaría bien.

– Como usted diga – me volvió a estrechar esa radiante sonrisa. ¿Por qué, joder, era tan risueño? Terminé sentándome en mi lugar.

Ya fuera de las ventanillas, empezaba verse oscuro. Mi reloj estaba un poco descontrolado como pude notar. Ya sin duda, estaba acercándome.

– Aquí está su agua – me tendió el vaso – Y le traje una pastilla para controlar un poco su mareo. Recupérese pronto. – le agradecí por el detalle y la amabilidad, sin duda alguna. Su respeto lo hacía ver más tierno y adorable.

La mayoría de los pasajeros estaban quedándose dormidos, escuchaba algunas personas toser con calma. Otros roncando levemente. Pero el sueño, al parecer, no tocaba mi puerta.

– Sí, ¿Has escuchado? El Joven Luhan es una belleza – escuché una de las azafatas, con voz seductora – Cuando estemos a solas le comentaré mis sentimientos – sonrió con mucha vergüenza la chica. Hablaban tranquilamente a mi lado, pensando que estaba durmiendo. Luego vi a Luhan acercarse a ella, puesto que venía de la segunda cabina.

– Señoritas, por su lados hay un señor que no tiene buen aspecto. Deberían dejar de murmurar – llamó la atención a las chicas. Cuando se alejaron, Luhan se quedó a mi lado – Con que también tenemos un pasajero curioso – comentó sonriendo. Sonreí ante su comentario y me senté cómodamente...

– Una de ellas está alucinando contigo – murmuré avergonzado por lo que había escuchado.

– ¿Ah, sí? Qué pena con ellas –comentó sonriente.

– Eres muy amable, Luhan. Todo un inocente – comenté ¿Estaría alagándolo?

– Gracias Sehun. Y usted un pervertido, ¿no? – su voz sonó un poco seria.

– ¿Escuchaste…? – me asombré ante sus palabras soltadas. El asintió sonrojándose un poco sus mejillas – Al parecer, dentro del grupo de auxiliares, también hay un curioso – murmuré devolviéndole el comentario. Éste sonrió.

– Es trampa – soltó – Usted está, básicamente, repitiendo lo mismo.

– Es la idea – comenté obviando lo que había dicho. Ambos nos quedamos viendo y soltamos unas pequeñas carcajadas hasta que nos chitaron – ¿Lleva mucho tiempo trabajando por aquí? – pregunté mientras veía que se sentaba en la fila del medio de la cabina.

– Sí, unos tres años. Más o menos – respondió sacando su celular – Ya no debe faltar mucho – comentó. Asentí sin más nada que comentar – ¿Usted está de vacaciones? – me preguntó fijando su mirada en mí, mientras colocaba su pierna derecha encima de la izquierda.

– Eso creo… – susurré – Ya sabes, mis compañeros de trabajo queriendo que tenga vacaciones – El asintió sonrientemente, luego noté morderse su labio inferior.

– Una aventura – soltó en casi susurro. Lo observé detenidamente mientras él seguía conociéndome con la mirada. Luego de esos minutos observándonos con las miradas asentí ligeramente.

– Necesito ir al baño – comenté con un poco de nerviosismo. Me levanté al mismo tiempo que él, acortando nuestras distancias, sentía su respiración en mi pecho.

– Lo siento, señor – habló con nerviosismo. Se iba alejando y lo tomé del brazo. Éste se sorprendió ante mi reacción, hasta yo mismo me sorprendí.

– Sehun – volvió a sonreírme.

– Sehun, recuerda donde estaba el baño, ¿Cierto? – su seriedad al preguntarme me supo un tanto nervioso. Quizás se molestó por haberle tocado el brazo, bueno, habérselo apretado un poco. Necesitaba saber si en realidad lo estaba.

– No lo recuerdo – éste sonrió mientras yo me avergonzaba.

– Sígueme. Por favor – otra vez su amabilidad envolvió mi ser.