Airplane [HunHan]

Especial Airplane

Sellé nuestros labios. No sé, exactamente, cuál fue mi intención, pero me había provocado. Empecé a mover mis labios, para calmar la situación, la tensión en la que  me encontraba. Sin presionar mucho, el siguió con los severos movimientos.  Le solté la muñeca para tomarlo de la cintura y acercarlo más a mí, hasta que nuestros cuerpos golpearan un poco. Mis manos tocaron se deslizaron hasta rozar su trasero. ¡Cielos! Sus manos se posaron, rodeando mi cuello para poder estar un poco a su altura. Rompí el beso para volverlo a buscar desesperadamente, me dio paso para conocer sus adentros, su lengua tímidamente rozando la mía.

– Sehun... – susurró un poco con los ojos cerrados – Aquí no podemos. Mi trabajo – comentó sin apartarse de mí.

Detrás de mí había una puerta, que era la del baño. La abrí con cuidado sin darle la espalda al auxiliar. Nos movimos un poco y nos adentramos al baño. Escuché como la luz verde se encendía para avisar que estaba siendo ocupado en este momento.

Aflojé su corbata mientras nos devorábamos con besos salvajes, la tensión excitante nos tenía desconcertados que en un abrir y cerrar de ojos, nos encontrábamos sin camisas.

Luhan comenzó aflojarme la cremallera, besando cuidadosamente mi pecho descubierto. Lamiendo y mordiendo mis pezones. Debía admitirlo se sentía dramáticamente excitante. Se deshizo de mis pantalones, seguido de mi ropa interior para librar “mi lugar” al aire libre. Sus labios lo rodearon, instintivamente llevé mis manos para enredarlo en su cabello rubio…

Cabello rubio…

Sonreí con un poco de dificultad, recordando aquel sueño. ¿Quién lo diría? El sueño fue una advertencia del futuro.

Mágicamente sentía comodidad, a pesar del pequeño espacio en el que nos encontrábamos. Luhan llevó sus manos a mi trasero, presionando para moverse con más rapidez. Ahogaba los gemidos que me  hacía provocar ese rubio…

Con la respiración acelerada, con los ojos cerrados para poder sentir el orgasmo, el placer que me estaba causando toda ésta situación.

Un momento y  detuvo los movimientos. Lo miré confundido, sólo veía su mirada oscura, claramente gritando ‘lujuria’ en cada en cada una de sus pupilas.

– Serías muy egoísta percibiendo solo el placer, Sehun – se levantó directamente clavando sus dientes en mi labio inferior.

Como pudimos, intercambiamos las posiciones. Ya su pantalón yacía por debajo de sus rodillas, incluyendo la ropa interior. Su miembro estaba motivado, también por el momento. Me dio la espalda, recostando su frente contra la pared. Tomé su miembro para moverlo ligeramente, hacia arriba, hacia abajo, mientras besaba su espalda. Mis dedos libres jugaban en su boca, que éste lamía con delicia.

Podía escuchar a Luhan reprimiendo sonidos de placer. Solté su miembro, para concentrarme en su trasero. Lo masajeaba intentando concentrarme en lo que estaba haciendo. Besé y mordí el lóbulo de su oreja y sentí su mano acariciarme la mejilla. Quería decirme algo, pero su respiración no lo dejaba.

Aparté su trasero para conocer su entrada con mis dedos. Después de experimentar su sensibilidad y escuchar sus gemidos reprimidos con cada uno de mis dedos; mi miembro fue lo siguiente en entrar.

Contuve mi respiración por unos segundos, Luhan tenía una mano en su boca, escuchaba susurros como: “Oh, cielos”, esos susurros se fueron repitiendo en cada movimiento, cada embestida que hacía. Sus manos se volvían puño por tratar de no hacer ruidos fuertes.

Era desesperante no poderlo escuchar, pero estaba consciente en no querer alarmar a los pasajeros, ni poner en juego su trabajo.

Cada movimiento que hacía, mi mano lo repetía sobre su miembro.

– Luhan, creo ya no poder más… – susurré en su hombro.

Dos veces más, sentí su miembro llegar al límite, liberando el placer mientras me corría dentro de él. Apoyé mi cabeza en su frente, pensando en el delicioso momento que acaba de suceder. Por primera vez me sentía tan complacido conmigo mismo.

– Es incomodo volverse a vestir e intentar aparentar que nada sucedió – murmuré mientras nos vestíamos. Luhan levantó mi rostro y dejó un suave beso.

– ¿Me esperaras una vez que lleguemos? – susurró en mis labios, mirándome fijamente.

– No tengo problemas con eso – sonrió mordiéndose el labio. Lo volví acercar a mí – Espero que las azafatas no se sientan incómodas al verme salir contigo del aeropuerto – sonreí.

– Sostén mi mano, cuando eso suceda.

                                                                           Fin ~