[NARRA WANDA]
-James, no. - Regañé al pelirrojo que me observaba con su mejor cara maléfica. - James, tu madre va a matarme sí te lanzas de allí, baja ahora y negociaremos con helado.
Mi pequeño de tres años sonríe y estira sus brazos, lo bajo del mueble de cocina aéreo.
Ni siquiera sé como ha llegado hasta allí, y tampoco quiero saberlo. Éste niño es el diablo.
-¡Mami, mira! - Grita mi hija enseñándome un dibujo. - ¡Esta eres tú y esta es mamá! - Sonríe orgullosa.
En el dibujo se observan dos cajas con ruedas, una castaña y una pelirroja.
Lindo.
-Eres una gran artista, Charlotte. - Besé su mejilla y sonreí. - Lo colgaré en mi consulta.
-¡Yay! - Salta emocionada. - ¡Quiero ver los Simpson! ¡¿Podemos?! - Grita mi enérgica hija.
-Sí, en cuanto mamá llegue de la escuela podremos, ahora no, cariño. - Murmuro. - Ayúdame a que Bucks se duerma e iremos a mirar el capítulo en donde Homero tiene cabeza de rosquilla.
-¡Amo ese! - Grita emocionada y observa tras de mí. - No sé donde está Bucky, mami.
Mi pequeña de siete años me observó tras de mí y yo me giré.
Mierda.
Pequeño insecto revoltoso. Romanoff va a matarme.
-Recuerdame por que acepté tener otro hijo.
-Porque lo pedí para navidad y mamá quería verte embarazada. - Murmura sonriente.
-Hubiésemos utilizado mis óvulos y hubiese salido un niño perfecto como tú. - Murmuré acariciando la mejilla de mi pequeña. - Revisa la entrada trasera y yo subiré.
Al llegar a la habitación de Harry noté que James estaba pateando la puerta.
-¡Abre! - Gritaba molesto. - ¡Abre ahora!
Lo tomé en brazos alejandolo de la puerta.
-James, deja a Harry tranquilo con su novio. - Murmuré. - Hijo. ¿Todo bien? - Golpee mis nudillos en la puerta de mármol.
Harry abrió la puerta y noté los chupetones en su cuello. Mi hijo de diecisiete años me observó sonrojado.
-Fingiré que no los vi, pero si tu madre pregunta... La puerta estaba abierta y no fue aquí, fue en otro sitio. - Él asiente y notó que Louis duerme en su cama. - Hijo de tigre. - Golpeo su brazo molestándolo y se sonroja.
-Basta. - Sonríe nervioso y James le agarra el cabello para jalarlo. - ¡Sueltame! - Gruñe molesto.
-James, basta. Vamos a ver la patrulla canina.-Él asiente dejando libre los rulos de su hermano.
Bosteza y se apoya contra mi cuello, camino hasta su habitación para dejarlo dentro de la cuna y encender la televisión.
El mismo capítulo de la patrulla canina todos los días a esta hora, eso se lee en el papel junto al televisor.
La niñera no pudo venir hoy a cuidar a James y Charlie.
Mi pequeño se durmió en cuanto su cuerpo tocó la cuna, por lo que encendí las cámaras y bajé rápidamente.
La puerta de la entrada fue abierta y mi esposa ingresó por ella. Comenzó a quitarse el abrigo junto a su gorro, fuera estaba helando, se acerca la navidad.
Y frente a mi el único regalo que quiero.
-Romanoff. - Sonrío y me acerco rápidamente a ella.