Capitulo 2

158 14 6
                                    



Cuando era pequeña no pensaba en otra cosa que no fuera volar. Volar había sido mi sueño, pero no en un avión o helicóptero, mi sueño era poder ir a donde quisiera por mi misma, no con alas ni nada de eso , solo volar, flotar por el cielo y sentir el viento en mi rostro, sentir el calor del sol, ver todo de tamaño microscópico desde el cielo. La idea de volar no se veía como una fantasía cuando tenía 6 años, de hecho estaba segura de que lo lograría.

Con el tiempo la idea de volar se volvía cada vez más estúpida e infantil, hasta que lo olvidé, olvidé completamente lo que era tener un sueño.

Empecé a pensar en otras cosas, y bueno mi mente se distraía bastante fácil. Me di cuenta de eso en 8vo grado.

A los trece años fallé todos mis exámenes en la escuela, no recordaba nada de lo que veíamos en clases, era difícil mantener mi mente enfocada, incluso en las cosas más sencillas. Después de un tiempo los profesores se empezaron a preocupar y llamaron a mis padres.

Luego de eso comenzaron mis visitas al hospital, específicamente a los psicólogos. Desde los trece años hasta ahora he visitado veintitrés psicólogos y contando. Gracias a esto aprendí a fingir y esconder bastante bien mis sentimientos y emociones.

Siempre tuve problemas, supongo que por eso me acostumbre a ellos.

Ahora tengo diecinueve años mi vida no ha cambiado mucho desde los trece, tal vez es por eso que estoy aquí  en el consultorio de la mejor psicóloga de mi ciudad, esperando a ser "salvada" por milésima vez.
He estado evitando esta visita por mucho tiempo, tengo mis razones, pero a nadie parece importarle, mis padres me obligaron a venir aquí de todos modos.

"Buenas tardes Darla" la doctora Celia está justo detrás de mi.

"¿Que acaba de pasar?" es lo primero que logro decir.

Estoy genuinamente confundida y asustada, no entiendo nada y necesito una buena explicación.

"Ayúdame a limpiar un poco así podemos hablar" la doctora me pide tocándome el hombro con dulzura.

La ayudé a limpiar lo más que pude, entre las dos lógramos hacer que el consultorio se viera decente. Aún habían algunos trozos de vidrio y flores en el piso, pero hicimos lo mejor que pudimos. Movimos el sillón para que quedara como se supone que debe estar. La habitación había mejorado bastante.

La doctora arregló todo con bastante agilidad lo que me hace pensar que no es la primera vez qué pasa por esto.

"Bueno, toma asiento" dice y lo hago de inmediato, estoy ansiosa por una explicación.

Abro mi boca para hablar pero antes de siquiera poder decir una palabra, la doctora me interrumpe.

"Sé que todo fue un caos, solo quiero pedirte perdón por él y todo el escenario. También quiero que sepas que no hubiera permitido que se acercara a ti si no fuera por una razón" hace una pequeña pausa para respirar y continua "él es uno de mis pacientes, como viste es un muchacho joven. Algunas veces tiene ataques de ira y hemos estado trabajando en eso, hoy tuvo uno como pudiste notar. Creí que habíamos progresado y que se detendría, pero no lo hizo. De verdad lo siento, lo que te hizo no estuvo bien y tendrá que hacerse responsable, yo me encargaré de eso, lo prometo" explica bastante avergonzada.

Ahora todo tiene un poco más de sentido, sigue siendo muy confuso y extraño, la verdad parece un tema algo privado y delicado, no me gustaría estar en medio de nada.

"Está bien, lo puedo olvidar" digo simplemente, de verdad lo puedo olvidar y quiero hacerlo.

"Gracias cariño y de nuevo, lo siento mucho" y así de rápido, parece que este tema ha terminado.

ELIXIR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora