Historias cortas de suspenso

La casa de invierno

Diciembre 2018.

El frío diciembre estaba comenzando, la nieve ya había comenzado a caer desde hace una semana antes, se esperaba que se intensificara en los próximos días y los habitantes del pequeño pueblo de Yuco ya se estaban preparando por si llegaba una tormenta.
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Silvana conducía sin un rumbo fijo planeado, era la primera navidad que pasaría sin sus padres, los cuáles habían muerto en un accidente de tránsito 9 meses antes, su instinto la hizo conducir hasta la casa que tenían sus papás en el pueblo Yuco, ahí pasaban navidad, año nuevo y las primeras dos semanas de enero. En el pueblo conocían poco a Silvana, pero a Hugo y Kristal, los habían conocido muy bien, ya que antes de su éxito como empresarios, habían vivido en el pueblo por 6 años.

Silvana era hija única, tenía 18 años y estaba huérfana, sentía toda la carga de tener que heredar una empresa y no tenía idea de cómo lo íba a hacer. Así que quiso escapar y estaba en rumbo al lugar en donde siempre se sentía feliz con sus padres.

"Bienvenidos a YUCO el lugar que siempre se quedará en tu corazón"

A pesar de su ensimismamiento, logró leer el gran anuncio que se encontraba en la entrada al pueblo.

Condujo hasta la casa de sus padres que ya pasaría a ser solo suya.

Salió del auto y sintió mucho frío, más que en años anteriores, se detuvo a ver la casa, se sentía más fría, era grande y estaba pintada de blanco, un árbol muy frondoso estaba en la entrada y tenía un columpio que su papá había hecho para ella. Dobló las rodilas y cayó al piso, las hojas que se habían caído del árbol, amortiguaron el golpe en sus rodillas. Se sintió débil y pensó en quedarse ahí afuera hasta que tuviera fuerza, pero el frío la superó, buscó en su bolsa las llaves de la casa, se puso de pie y abrió la puerta, se metió lentamente aunque el frío la estuviera congelando.
Cerro la puerta y empezó a llorar.

Se quedó dormida llorando, estaba acostada en un sillón, no podía moverse bien porque estaba entumida. Se levantó y fue al baño y al ver su reflejo en el espejo, vio que su largo cabello chino, estaba esponjado y enredado, se quedó viendo fijamente en el espejo para poder acomodar su cabello cuando creyó ver a alguien detrás de ella reflejandose en el espejo, volteó rápidamente hacia atrás pero no había nadie. Empezó a agitarse y mejor salió de la casa.

Caminó hasta la cafetería que estaba cerca y entró rápidamente para cubrirse del frío. Encontró una pequeña mesa vacía que solo tenía dos sillas, se sentó ahí y espero a que la atendieran.

- Buenos días, ¿Qué puedo ofrecerte? - dijo una voz femenina muy amable y con un tono maternal.

- Hola Glo, te encargo un café expresó por favor.

La mujer se sorprendió al ver a Silvana.

- Mi niña... ¿Qué haces aquí tú sola?
¿Cómo estás?

- Bien... Creo... Algo congelada de frío pero bien, he venido aquí a descansar...

- No puedes estar tú sola en esa casa tan grande, ven con nosotros, mi hija Arantxa está estudiando diseño de modas, seguro le hace falta una modelo para probar sus prendas y tú puedes ayudarle...

- Muchas gracias Glo, te pasaré mi número y dile que me llame, me servirá de distracción

- Muy bien, Silvanita, y... Siento mucho tu pérdida... Tus padres eran personas extraordinarias... A todos nos impactó la noticia...

Silvana asintió con la cabeza y limpió rápidamente sus lágrimas. Gloria le apretó suavemente su mano y fue por su café.

- No te preocupes por la cuenta, ven todos los dias que quieras y todo será gratis. - le dijo Gloria guiñandole un ojo.