ICE (Caché)

Capítulo 10.

¡IMPORTANTE LEER!

Buenas a todos como saben estuve de viajes por eso no publique capitulos unos días y dije que iba a actulizar cuando regrese, pero mi viaje se alargo más de lo que pensé como estaba en campo no tenia señal de internet por eso no pude avisar que iba a estar más tiempo de viaje espero que me perdonen y ya estoy en casa después de tanto tiempo ... Aquí les dejo un nuevo capitulo de ICE ya les digo que me dolio mucho re-escribir (para los que no entiendan esta historia es una adaptación de otra historia), este capitulo ya veran porque ... Les invito tambien ir a mi cuenta primaria Mar_Vera  donde también tengo historias de las bebes que estare actualizando, ahora si les dejo con el capítulo.

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Cuando abrió los ojos, Daniela se dio cuenta de tres cosas. Tenía la nariz fría, le palpitaba la pierna y sostenía a una mujer cálida y suave en sus brazos. Estirándose, colocó su mano ligeramente contra la frente de María José y sonrió. Durante la mayor parte de la noche, Daniela la había abrazado, frotándole la espalda y los brazos para tratar de combatir los escalofríos que habían devastado su cuerpo. En las primeras horas de la mañana, María José finalmente se había quedado dormida, y Daniela la había seguido rápidamente. Durante las siguientes doce horas, durmieron profundamente... y sin fiebre.

Saliendo sigilosamente de debajo de las sábanas para no despertar a María José, Daniela agarró un par de pantalones deportivos y salió de la habitación. Visitando el baño primero, vació su vejiga, se cepilló los dientes por cortesía de los artículos de tocador empaquetados que había encontrado en el sótano, y agarró un par de calcetines secos del toallero, se cubrió los pies y se dirigió a la cocina.

Al regresar a la habitación poco tiempo después, se sorprendió al encontrar a María José no solo despierta, sino que se veía mejor de lo que había estado en días. Su piel ya no era de un blanco fantasmal, y sus ojos estaban brillantes y lúcidos.

"¡Hola! ¿Cómo te sientes?" Dijo Daniela, haciendo todo lo posible para ocultar su cojera mientras caminaba hacia la cama.

Debería haber sido una pregunta fácil de responder; María José tenía la mente despejada por primera vez en días, y aunque sentía que había corrido un maratón, su fiebre había desaparecido. Ella tenía sed. Tenía hambre y sus poderes de observación estaban volviendo rápidamente. El hecho de que Daniela no llevara sostén era más que evidente, y teniendo dificultades para mantener sus ojos fuera de la mujer que llevaba una camiseta blanca de gasa, María José rápidamente farfulló: "Mejor... yo... yo... creo la fiebre se fue".

Sin darse cuenta de su apariencia, Daniela le entregó a María José una botella de agua. "Sí, se fue anoche, pero sigo pensando que necesitas beber esto".

Asintiendo con la cabeza, María José comenzó a tragar el agua hasta que Daniela retiró la botella.

"Lentamente, ¿recuerdas?"

"Lo siento", dijo María José, sus ojos una vez más encontraron su camino hacia el pecho de Daniela.

Mientras miraba mientras bebía el agua, Daniela preguntó: "¿Tienes hambre?"

"En realidad, sí".

"Bueno. Bebe tu agua. Regresaré en unos minutos".

Cuando Daniela se dirigió hacia la puerta, María José gritó: "Daniela, ¿puedes... Um... puedes encontrarme algo que ponerme?"

"Oh, cierto", dijo Daniela con una sonrisa, recordando que María José estaba desnuda debajo de las mantas. "Espera".

Agarrando una camisa de franela y unos pantalones deportivos, Daniela los colocó sobre la cama.