Hojarasca Acuática y Carbonilla salieron de entre los árboles que crecían junto al lago, y vieron la pequeña figura de un lobo que se acercaba por la orilla del territorio del Clan de la Sombra.
—Ahí está Cirro —exclamó Carbonilla, señalando con la cola.
La joven curandera soltó un leve suspiro de alivio. El sol había descendido sobre el lago, y una pálida media luna brillaba ya en el cielo, que iba oscureciéndose. Había llegado el momento de que los curanderos se reunieran en la Laguna Lunar. Hojarasca Acuática había temido que, si tenía que viajar a solas con su mentora, Carbonilla empezara a interrogarla sobre su visita al Clan del Río de dos días antes.
Cuando la joven regresó al campamento del Clan del Trueno, la gruñona loba gris estaba furiosa. Quería saber por qué había pasado toda la noche fuera.
—¿Sabes que Estrella de Fuego ordenó que una patrulla saliera en tu busca? —le espetó Carbonilla—. ¿Acaso crees que los guerreros no tienen nada mejor que hacer? En serio, Hojarasca Acuática, creía que eras más responsable.
—Lo lamento. —La joven curandera arañó las hojas secas que cubrían el suelo delante de la guarida de Carbonilla—. Tan sólo quería llevar un poco de nébeda a Ala de Mariposa. Ella me ha dado cola de caballo a cambio.
Señaló el montón de tallos carnosos que había recogido en la ciénaga en el camino de vuelta.
Sin embargo, la curandera lanzó un bufido de exasperación.
—Hojarasca Acuática, los clanes tienen que empezar a vivir de forma independiente de nuevo. Sé que Ala de Mariposa es amiga tuya, pero eso no significa que podáis intercambiar hierbas cada vez que os apetezca. La próxima vez, pídeme permiso primero.
—Sí, Carbonilla.
Estaba casi segura de que su mentora no le daría permiso si se lo pedía. Y también de que Carbonilla se habría enfadado aún más si supiera la verdadera razón de su visita al Clan del Río. Pero Ala de Mariposa se merecía ser curandera por sus habilidades sanadoras, y si los antepasados del Clan Estelar hablaban con ella para que le transmitiera el mensaje a su amiga, no importaba que no creyese en ellos.
Ahora, mientras esperaban a Cirro junto al lago, Carbonilla volvió a clavar sus ojos azules en ella.
—¿Estás segura de que ese día sólo fuiste al Clan del Río? ¿No hay nada más que yo deba saber?
Dolida, Hojarasca Acuática levantó la mirada hacia su mentora.
—No, Carbonilla. Estoy bastante segura.
¿Acaso la curandera creía que se había escapado para encontrarse con Corvino Plumoso? Aquello la indignó más aún, porque al fin y al cabo le había contado la verdad sobre su visita al Clan del Río. ¡No había visto ni un pelo de Corvino Plumoso! Se dijo a sí misma que su mentora no podía conocer con certeza los sentimientos que ella intentaba ocultar con tanto ahínco. Aunque le costaría defenderse si Carbonilla le lanzaba una acusación más directa.
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Los Cuatro Clanes | 𝕛𝕛𝕜
RomanceDurante generaciones, cuatro clanes de lobos salvajes se han dividido el territorio del bosque según las leyes de sus belicosos antecesores, hasta hace poco que tuvieron que marcharse a un nuevo territorio. Ahora, sin embargo, los nuevos territorios...