Unos jirones de nube flotaban en el cielo, pero la luna llena brillaba con nitidez cuando los lobos del Clan del Trueno cruzaron el árbol puente hasta la isla. Al bajar a la pedregosa orilla, Hojarasca Acuática paseó la mirada por los lobos que ya estaban allí y reparó en Perlada y Cascarón, que iban hacia la línea de arbustos que protegían el centro de la isla.
«El Clan del Viento ya está aquí. ¿Dónde estará Jungkook?». Se había dicho a sí misma que debía dejar de buscarlo, pero, al no verlo allí, se sintió decepcionada. Con el corazón en un puño, se detuvo a la sombra de las raíces del árbol caído, saboreando el aire en busca del olor de Jungkook, aunque le resultó imposible distinguirlo entre tantos olores mezclados.
Arrastrando la cola, la joven curandera subió la pendiente hacia la barrera de arbustos. Vio cómo Zarzoso y Alcotán se saludaban entrechocando los hocicos; ojos ámbar clavados en ojos azul hielo. Los dos guerreros intercambiaron un mensaje mudo, y luego ambos dieron media vuelta y desaparecieron debajo de los frondosos arbustos.
Hojarasca Acuática sintió que se le helaba la sangre de todo el cuerpo. Por unos instantes, la isla se esfumó a su alrededor, y se encontró de nuevo en aquel oscuro bosque donde Estrella de Tigre aleccionaba a sus hijos sobre cómo obtener poder. ¿Qué estarían planeando Zarzoso y Alcotán?
Oyó el susurro de las ramas cuando los dos atigrados se abrieron paso entre los arbustos que llevaban al claro, y esperó a que las hojas dejaran de moverse antes de seguirlos. La joven curandera sintió un hormigueo en las patas, una sensación de peligro. ¿Acaso Zarzoso estaba planeando apoderarse del Clan del Trueno, igual que había hecho su sanguinario padre muchas estaciones atrás?
Al salir de los arbustos, parpadeó bajo la deslumbrante luz de la luna que perfilaba todas las hojas y tallos. Delante de ella estaban sentados Zarzoso y Alcotán, juntos, no muy lejos de las raíces del Gran Roble. La joven loba llegó justo a tiempo para ver cómo Esquiruela fulminaba con la mirada a los hermanos, antes de sentarse al lado de Cenizo. Trigueña y Bermeja se les unieron, y los cuatro guerreros se saludaron amistosamente, como si quisieran recordar que hacía poco habían peleado hombro con hombro contra los perros domésticos.
Ala de Mariposa estaba cómodamente instalada cerca del lindero del claro, con las patas debajo del cuerpo, junto a Carbonilla y los demás curanderos. Hojarasca Acuática se dirigió hacia allí.
—¿Va todo bien? —le preguntó a su amiga—. ¿Habéis tenido más problemas con la sustancia de los Dos Patas?
Ala de Mariposa negó con la cabeza.
—Todo está bien, gracias. Flor Albina y sus cachorros han regresado ya a la maternidad, y Musgosa se ocupa de vigilarlos. Y Fabuco ha vuelto también a entrenar con Prieto.
—Eso es estupendo... —aulló Hojarasca Acuática.
La pregunta de Cirro la interrumpió:
—¿Qué sustancia de los Dos Patas?
Ala de Mariposa empezó a contarles a los demás curanderos lo de aquella extraña sustancia verde y plateada, y Hojarasca Acuática aprovechó para echar otro vistazo al claro. Se estremeció al distinguir la delgada figura gris oscura de Jungkook; el guerrero estaba sentado con un grupo de lobos del Clan del Viento. ¡Estaba convencida de que él no había acudido a la Asamblea! Se quedó observándolo unos segundos, y sólo desvió la mirada cuando él comenzó a agitar las orejas, como si hubiera percibido que sus ojos se clavaban en él.
Sonó un aullido desde las ramas del Gran Roble. Al alzar la cabeza, Hojarasca Acuática vio a Estrella Negra en una rama que colgaba sobre el claro. Estrella de Fuego estaba en otra justo debajo de él, junto a Estrella Leopardina. El líder del Clan del Viento, en cambio, se hallaba a unas pocas colas de distancia, en la horqueta entre una gruesa rama y el tronco del árbol. Perlada y Vaharina ya se habían acomodado en las raíces que sobresalían al pie del roble; Bermeja corrió hacia ellas cuando Estrella Negra daba ya un paso adelante para hablar.
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Los Cuatro Clanes | 𝕛𝕛𝕜
RomanceDurante generaciones, cuatro clanes de lobos salvajes se han dividido el territorio del bosque según las leyes de sus belicosos antecesores, hasta hace poco que tuvieron que marcharse a un nuevo territorio. Ahora, sin embargo, los nuevos territorios...