Juntos hasta el fin (parte 8)

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John se veía pensativo en lo que podía ser una fuga extrema de alterados.
-Me pregunto: ¿Cómo serán estos experimentos? ¿Tendrán cura? ¿Son altamente peligrosos?- decía caminando de lado a lado
-Tranquilo John, ya veremos eso después, por lo pronto ¿Qué hay que hacer ahora?- preguntó Joe
-Supongo que lo obvio es reunir un ejército de mercenarios dispuestos a pelear contra Fernández, ya que él es de las pocas personas que saben combatir el virus. Y porque según el reporte él es causante directo de la experimentación.
Se escuchó un fuerte golpe en la entrada de la biblioteca que hizo que Joe y John tomarán sus armas y apuntarán.
-Bajen las armas- gritó una voz familiar, era de Leo.
Y luego lo vi a él entrar...
-¡Alejandro!- grité
-¡Maria!- gritó él corriendo hacia mi
Fue un abrazo desesperado el que me dio, ya lo extrañaba aquí conmigo... a su lado me siento segura. Por eso lo amo.
-Joe- dijo Leo bajando el arma
-Leo- contestó Joe bajando el arma también y saludandolo.
-Conmovedora escena, ¿no es así doctor?- dijo John sarcástico a un doctor que entró con ellos.
-Claro que si John- contestó el doctor
-¿¡JOHN!?- gritó Leo y apuntó su arma con apuro
-¡Wow!, calmado soldado- dijo John alzando las manos dudoso.
-Qué lástima que no soy un soldado- dijo Leo.
-Leo baja el arma- le dije
-Leo, tranquilo- dijo Joe
-No creó que sea buena idea acabar la misión, aquí está Maria sana y salva- dijo Ale
-¿Por qué John... te quiere muerto, José?- dijo Leo
-¿Fuiste enviado por él?, mejor pregúntate: ¿Por qué trabajas para él? ¿De qué forma se beneficia él después de cada muerte que tú provocas?
-Te hice una maldita pregunta... es mejor que la contestes
-Me huele a amenaza Leonardo...
-Ciertamente, porque lo es...
Ambos se miraban tan enojados, tan distraídos que en el momento justo...
Llegaron soldados grises a la biblioteca:
-¡Leo!- grité para que volteara a verlos.
De repente sentí un piquete en mi espalda y se me nubló la visión...
-¡MARIA!- gritó Ale tomándome entre sus brazos cuando iba Callendo...
No sé que me sucede, que pasó pero un cansancio exagerado me dominó...
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Juntos hasta el fin (Parte 8) "Él"

Pasó tan rápido, me entretuve con la discusión de Ale y John que dejé de ver al ¡puto doctor!...
Ahora Maria está inconsciente en mis brazos y unos soldados grises llegaron...
-Cuidado- dijo John disparando a uno a mis espaldas, pero fue inútil ya que traían una armadura gris completa.
-¡¿Doctor qué le ha hecho?!- gritó Leo apuntando su arma.
Todos los soldados presentes nos apuntaban:
-Baja el arma Leo... por Maria- le dije
-¡Joder!- gritó enojado
-Leonardo, ésto es un detalle del señor Fernández, él sabía que no podrías hacer tu misión a tiempo.- dijo el doctor
-Hijo de put...- contestó Joe
-Para suerte de Maria, ahora el virus reside dentro de ella y debemos llevarla ante Fernández... Alejandro nos acompañará ya que necesita hablar con él. Pero ya no te necesita más a ti.- agregó el doctor y chasqueó los dedos.
Los soldados con sus armas apuntaron y empezaron a disparar, Leo corrió con Joe y John... no podía hacer nada mientras los veía huir.
-Amor... aquí estoy para ti... no te abandonaré... lo juro- le dije a Maria dormida en mis brazos.
Todo lo que acaba de pasar no podía creerlo...
Así fue como unos soldados me alzaron y no dejé que tocaran a Maria.
-Vamos Alejandro, Fernández solicita tu presencia inmediata. Y no creó que quieras perder tiempo valioso para la pobre Maria- dijo el doctor...
Salíamos poco a poco del manicomio, los soldados golpeaban a todo paciente que se interpusiera en el camino.
-Amor... sigo aquí contigo, no te preocupes...- decía caminando con Maria en mis brazos.
-Tranquilo, hay una posibilidad que no muera o mute rápido.- me dijo el maldito doctor.
-¿Para qué me quiere Fernández?- le pregunté.
-No sé propiamente, pero hizo bastante insistencia en no matarte.
Es difícil saber el para que me necesitaría, pero al menos sigo vivo... un soldado llegó a nosotros apurado y dijo:
-Doctor, se nos escaparon...
-Inútiles, a ver que dice Fernández sobre eso...- contestó el doctor.
-El señor Leonardo no creo que viva mucho, fue herido en un costado gravemente.
-Perfecto.
Salimos y subimos a un carro elegante con destino a la mansión de Fernández.

El fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora