Capítulo 9 - La chica de la librería

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Después de decir que las chicas se demorarían en alistarse, resulta que Natalia me está ayudando a ordenar mis risos, que cabello tan rebelde por más que tratamos de colocarlos a un lado de mi cara insisten en mantenerse sobre mi frente, a pesar de lo molesto que es, lo amo.

-- Que lindo te ves Akuat.

-- No digas esas cosas, yo no soy... -- Interrumpe.

-- ¿No eres qué? pero que descarado eres. -- Dice entre risas. -- No te estás viendo, mira esa piel morena como nuez, ese cabello rizado incontrolable, tus ojos azules, tu pecho y tu espalda son tan varoniles y por aquí atrás... -- Hace una mueca con su cara, eso último me hace sentir un poco incómodo. -- Y si te soy sincera tienes la sonrisa más bella que conozco.

-- Al parecer tengo una admiradora secreta, no tan secreta. -- Culminamos riendo.

-- Por supuesto que sí, si tu familia no está para hacerte ver todo lo bueno que hay en ti, ¿entonces para qué está? eres un chico muy guapo y debes creértelo.

-- Aunque no soy tan guapo como mi hermano. -- Le comento haciéndole un gesto y ella me asesina con la mirada, sé que Natalia siente algo por mi hermano mayor, pero no sé si concretaron algo.

-- Ves... por andar diciendo tontearías ya no te ves tan guapo.

Reímos mientras salimos a encontrarnos con los chicos, ir en la camioneta al centro comercial me parece demasiado innecesario, queda tan cerca que duraremos más subiéndonos al carro que en llegar, pero las chicas van de compras y es eso o tener que regresar con desenas de bolsas por todo el camino.

Ya en el auto voy jugando con Sofía ella hace brotar una flor de su mano y tengo que adivinar su nombre, no es tan difícil en Emylán aprendimos mucho de todos los reinos, pero algunas flores son muy parecidas entre sí, como dije, ya estamos en el centro comercial y solo pasaron ocho flores.

-- Podemos ir por algo de comer antes, muero de hambre. -- Suplico.

-- Que extraño en ti Akuat. -- Me dice Krits despeinándome.

-- No... Me costó mucho intentar peinarme. -- Le importa poco y me vuelve a despeinar, buff... bufo en frustración.

Las chicas fueron directo a las tiendas y se llevaron casi arrastrado a Krits, según ellas necesitan la opinión masculina, Carlos y yo vamos a buscar algo de comer.

-- Vamos a la cafetería de Liss por hamburguesas.

-- Perfecto. -- ¿La cafetería de Liss?

Carlos y yo siempre hemos sido mucho más cercanos, esto es porque nuestros padres también lo eran, más que con el resto, de niños yo iba a dormir a su reino y otras veces el venia al de nosotros y ya para cuando cumplimos ocho y vinimos a vivir con los humanos nos mantuvimos siempre juntos hasta el día de hoy, así que caminar con su brazo en mis hombros es normal, ya en la cafetería veo que Carlos busca a alguien en la distancia.

-- ¿Estás buscando a Liss?

-- ¿Sí...?

-- ¿Si sabes que Liss no trabaja acá verdad? – Le aclaro, no sé porque están tan interesado en encontrarse con Liss, pero no le pregunto nada.

--¿No...?

-- No hermano, al igual que nosotros estudia medicina y solo viene aquí para la clase de trabajo en equipo, de seguro la volveremos a ver el próximo lunes.

-- Comprendo... ¿Y yo por qué no me di cuenta de eso?.

-- No sé creo que vives en el aire.

AkuatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora