13. More Than Words

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C A P Í T U L O   13


~More Than Words~


Daniel Vitale

Emma estaba frente a mí, no creo que estuviera tomada, espero que no lo esté

—¡Daniel! Que gusto verte— se acercó con una pequeña botella de quién sabe qué

—Hola Emma, ¿Te presenté a Mariana la pasada noche, ¿no?

—Si, realmente no recuerdo muy bien qué sucedió aquella noche, bebí de más

Eso no me sorprendió

Quise recordarle un poco lo de la pasada noche—Pues ella es Mariana y pronto trabajará con nosotros

—Pues me alegra que voy a tener una bonita compañera y tal vez familiar— abrió la boca, cagándola como lo hacía la mayoría del tiempo

Y aquí iban de nuevo las confusiones, Tita también creía que yo estaba con Mariana, lo que no era ni sería. Ella y yo éramos diferentes, yo no sabía nada de ella y ella tampoco nada mío. Ambos ocultábamos cosas, eso estaba claro. No tenía ni idea si en algún momento nuestros secretos evidentes en nuestros ojos iban a salir a la luz algún día, pero las cosas no contadas eran palpables entre nosotros

—Emma, deja de confundir las cosas, céntrate en lo tuyo que yo lo haré en lo mío— Su expresión cambió un poco, aunque no tanto, ella conocía todas mis facetas y con ellas también mis gestos

—Bien, lo siento. Solo creí que por fin habías encontrado a alguien con la que querías tener cosas serias, no como las anteriores

Sentí la mirada de Mariana clavada en mi cuerpo, si hubiera tenido dagas en sus ojos estoy seguro que ya estaría muerto

—Hablemos luego Emma, o mejor aún, dejemos de hablar de este tema— Y así fue como me saqué de encima la mirada prometedora de aniquilación de mi compañera

—Bien y... ¿A dónde van?

Y por fin Mariana entró en la conversación, al parecer recordó en cómo usar sus cuerdas vocales

—Emma, ¿Verdad?

—Uhum

—¿Irás a la fiesta de mañana? — No me esperaba que le preguntara eso

—No me la perdería por nada del mundo, es la despedida para regresar a tierra firme, obviamente todo el mundo irá

—Tal vez no todo el mundo— traté de entrar nuevamente en esa conversación que no me gustaba ni un pelo

—Es verdad, mi primo es algo especial, aburrido cuando se trata de trabajo

—No hablo de mí, Mariana no irá a esa fiesta

Estaba hablando muy en serio, en esa fiesta estaría medio mundo y ella no iba a ser uno de todos esos idiotas

—Tú no vas a decidir si voy a esa fiesta o si me voy a Narnia, Daniel. Y sí, voy a ir a esa fiesta, lo he decidido

—Tú no vas a ir y punto, yo estoy al mando. A tú mando, si yo decido encerrarte en una habitación de cuatro paredes por toda la noche, lo haré y tú lo acatarás

—Eres un idiota Daniel, vete al diablo

Su pequeña silueta se alejaba junto a su cuerpo, estaba enfadada, eso estaba claro, pero la verdad me importaba una mierda su enfado. Tenía cosas más importantes que estar preocupado por los caprichos y berrinches de una mocosa. Trabajo, negocios, propuestas, decisiones, todo eso y más no dejaba de atacar a mis neuronas. El señor Montes era un hombre serio, pero peligroso. Si las cosas no salían cómo se lo había prometido habrían problemas, muchos problemas

La mejor droga se llama AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora