𝟎𝟖. 𝐄𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐧𝐟𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨𝐬𝐚.

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Nota de la autora: «Advertencia:

Detallado y violento y mención de intento de suicidio por favor sean cautelosos bebés, no quiero que nadie se desencadene, u otra cosa, todos son valiosos, escríbanme si lo necesitan (o quieren)

Todo el amor, Caroline.»

Yo opino lo mismo, yo no traduzco esto para incitar a lo demás, no lo hago con esa intención, mis dm's siempre están abiertos.









❝Mis pensamientos me han destruido más de lo que las cuchillas podrían❞


A BORDO DEL AVIÓN DE FLORENCIA

Anna tenía el corazón roto. No era un sentimiento desconocido para la chica, no, le habían roto el corazón, pero no así, no por un hombre al que apenas había oído pronunciar una palabra, no por alguien que, como dijo Alice en el viaje de vuelta a casa, se suponía que era su "alma gemela".

Todo lo que había pasado en Italia se rebobinaba en la mente de Anna, ¿qué había hecho ella para estropearlo todo esta vez?

Las preguntas llenaban la mente de Anna haciendo que le doliera la zona justo detrás de los ojos, estaba agotada, pero sabía que a pesar de no haber dormido en más de 24 horas, debido a sus pensamientos siempre errantes en el viaje en avión tanto de ida como de vuelta a Florencia, el día estaba lejos de terminar.

Anna había llamado a su madre desde el aeropuerto explicándole lo que había pasado y por qué había desaparecido, pero Denise no quería oír nada de eso, ella misma tampoco había podido dormir de pura preocupación.

Había llamado al jefe Swan, que había reunido un equipo para buscar a la hija de Denise, que padecía una enfermedad mental, aunque él mismo estaba muy preocupado por su propia hija, y por el duelo de una de sus mejores amigas, y cuando no encontraron a Anna después de llamarla durante horas, Denise se fue a la cama con lágrimas en los ojos, convencida de que en algún lugar Anna se había quitado la vida, a mitad de la noche Jessica, la hija mayor de Denise, se metió en su cama sollozando, y las dos mujeres se abrazaron en su dolor compartido hasta que a eso de las 5 de la mañana sonó el teléfono, con Anna al otro lado de la línea.

Cuando Denise recogió a Anna en el aeropuerto no dijo nada, cuando las dos subieron al coche no dijo nada y en todo el trayecto de vuelta a casa no dijo nada, no, estaba demasiado furiosa para hacerlo. Denise normalmente nunca se enfadaba, pero esta vez Anna la había destrozado, y también había destrozado a Jessica, y Denise necesitaba calmarse antes de decir algo de lo que se iba a arrepentir.

Todo lo que Anna quería hacer era irse a dormir y no despertarse nunca, estaba demasiado agotada y la tensión en el coche lo estaba empeorando todo, entendía la rabia de su madre y también sabía de cuando su padre aún vivía con ellas, que cuando Denise se enfadaba se callaba.

En el momento en que las dos Stanley llegaron a casa, Denise le dijo a Anna que se fuera a su habitación, lo que Anna hizo con una expresión siempre apática; estaba tan agotada. No pasó mucho tiempo antes de que Denise subiera a la habitación de Anna con dos aspirinas, un vaso de agua y una llave.

—Carlisle dijo que probablemente necesitarías esto—dijo y le entregó las pastillas a su hija de aspecto agotado. —Voy a salir... Voy a cerrar tu puerta—dijo entonces, esto llamó la atención de Anna que nunca había estado castigada ni nada parecido antes—No confío en ti ahora mismo, Anna—dijo Denise con naturalidad después de ver la mirada interrogante de Anna.

—Vale. —Anna murmuró, y entonces Denise salió de la habitación y cerró la puerta tras ella.

FORKS, WASHINGTON - HABITACIÓN DE ANNA

Anna se quedó mirando la pared durante un rato, no sabía cómo existir en su propia cabeza en ese momento, era demasiado doloroso, ahora Anna estaba acostumbrada al dolor, pero no así. Siempre se había sentido como una carga, pero nunca había sido tan cierto como en este momento. Había notado las mejillas manchadas de lágrimas de su madre aunque la mujer intentara ocultarlo, había visto la mirada de odio de Caius cuando se dio cuenta de que probablemente iba a quedarse con ella. Y ahora Anna tenía más claro que nunca que ella era una enfermedad, no sólo se había reducido a convertirse en depresión, también era infecciosa. Una enfermedad infecciosa llamada tristeza, que se plantó en todos los que la rodeaban.

Abrumada por la emoción, Anna lanzó el vaso de agua contra la pared, mientras gritaba en absoluta agonía. Se derrumbó en el suelo sollozando y luchando por respirar. Al no poder soportarlo más, Anna se arrastró hasta el vaso esmerilado y sacó un cuchillo.

Anna se sentó en el suelo con una expresión inexpresiva mirando el trozo de cristal que tenía en la mano, estuvo así durante un minuto más o menos, podía sentir la sangre fluyendo por sus brazos, mientras manchas negras empezaban a nublar su visión... y luego... nada.

Así fue como Denise encontró a Anna desmayada en el suelo en un charco de su propia sangre.









ATENCIÓN: YO NO TRADUZCO ESTO PARA INCITAR A NADIE, PARA ESO ES LA TERAPIA, NO ESTÁ MAL PEDIR AYUDA. Tomen esto con precaución, por favor.




—Sam<3

𝐃𝐄𝐏𝐑𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 (𝟏) | 𝐂𝐀𝐈𝐔𝐒 𝐕𝐔𝐋𝐓𝐔𝐑𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora