𝐃𝐄𝐏𝐑𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 (𝟏) | 𝐂𝐀𝐈𝐔𝐒 𝐕𝐔𝐋𝐓𝐔𝐑𝐈

𝟏𝟏. 𝐄𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐝𝐚𝐬

❝Sentirse sin esperanza y lleno de desesperación es sólo una forma de ser más lenta❞

Tristeza, desesperanza. Las emociones más familiares para Anna, eran las emociones con las que había pasado años familiarizándose, esta nueva rabia encontrada sin embargo era completamente extraña para ella.

La rabia. Era la emoción que Caius había ocultado durante milenios, una emoción con la que se identificaba a sí mismo, una emoción con la que otros lo identificaban, esta tristeza sin embargo, era algo completamente nuevo.

FORKS, WASHINGTON - EL HOSPITAL

Aunque Carlisle había sido el encargado de recibir a los Stanley cuando Anna fue llevada al hospital, no había podido ser su médico de cabecera, ya que él mismo se sentía demasiado cercano al caso, sabiendo el gran impacto que la chica había tenido en su familia, su hija mayor especialmente cuando habían vivido en Forks. Sin embargo, fue una decisión de la que pronto se arrepintió, ya que el médico de cabecera de Anna decidió darle el alta en cuanto se calmó de su pequeño (en realidad no) arrebato.

Esta decisión hizo que no sólo Carlisle sino también Denise echaran humo, el primero estaba muy preocupado (no es que pudiera estarlo, pero se entiende) por la chica, y no sabía lo que haría, sobre todo ahora que pronto tendría a un rey enfadado y francamente aterrador respirándole en la nuca. Sin embargo, esta última sabía que no iba a dejar que su hija sufriera ningún daño, así que después de discutir con el médico de Anna durante más de 30 minutos, decidió que Anna estaría bajo vigilancia constante hasta que pudieran encontrar una solución más permanente, con suerte una hospitalización en el psiquiátrico con los mejores médicos para ella. Cualquier cosa con tal de mantener a Anna con vida.

Anna estaba teniendo un incómodo deja vù, sentada en el silencioso coche junto a su madre mirando por la ventana, simplemente pensando. La única diferencia era su hermana sentada en el asiento trasero, por una vez Jessica también estaba completamente callada, pero Anna no podía evitar desear que la chica volviera a su habitual parloteo, por muy molesto que le pareciera normalmente, esto era mucho peor.

—Lo siento— susurró finalmente Anna, mirándose las manos, jugueteando con el borde de las vendas que se veían justo debajo de las mangas de la camisa. Denis giró la cabeza para mirar a Anna con una mirada ardiente.

—"¡Lo siento!" ¿Lo sientes?

Volvió a mirar hacia la carretera antes de elevar ligeramente la voz, no estaba gritando todavía, sólo hablando en voz alta haciendo que Anna parpadeara ante su tono de madre.

—¿Tienes idea de lo que estás haciendo a la gente que te rodea? ¿A Jessica...? ¿A mí?—exclamó con la voz quebrada al final.

"Estúpida. Estúpida. ¿Quién haría eso...?¿Por qué has fallado?" pensó Anna.

Denise tomó aire, sabía que no podía culpar a Anna, pero simplemente estaba tan abrumada por la emoción, que no podía evitarlo. Denise también sabía que Anna sí pensaba en su familia, su visión sobre sí misma era tan retorcida que incluso podría haber pensado que les estaba haciendo un favor, y saber eso aterrorizaba a Denise porque sabía que Anna no se detendría ante nada para hacer feliz a su familia, aunque eso en su mente significara no existir nunca más. Su hija no podía estar pensando así... ¿o sí?

Denise comenzó a llorar, detuvo el coche y sollozó con la frente apoyada en el volante, Anna lagrimeó al verla, se giró para buscar el apoyo de su hermana sólo para verla llorar también.

—Mamá—soltó Anna entre lágrimas.—No llores estoy bien— Intentó calmarla.

—¡NO!— Denise gritó haciendo que Anna ahogara un sollozo.— No estás bien, por el amor de Dios mira tus muñecas, no puedo... No puedo... No sé qué hacer... ¡QUE ALGUIEN ME DIGA QUÉ HACER! —Gritó.

Las gemelas sollozaban, se suponía que Denise era la fuerte, la mujer que se mantenía firme a través de todo, incluyendo todos los arrebatos de ira de su padre y un divorcio, ninguna de ellas sabía qué hacer con el colapso que estaba ocurriendo delante de ellas.

Denise respiró hondo y se secó las lágrimas, sin éxito, ya que enseguida aparecieron más, pero siguió respirando hondo hasta que pudo volver a ver con claridad, puso una mano sobre la de Anna, que estaba en su regazo, y le tendió una a Jessica, que la agarró inmediatamente.

—Lo siento, cariño, y Anna, nada de esto es culpa tuya, lo solucionaremos. ¿De acuerdo?— dijo tratando de convencerse a sí misma.

FORKS, WASHINGTON - CASA STANLEY

Denise tenía una persona en la que confiaba, una persona en la que creía cuando se trataba de cuidar a su hija, ahora bien, puede que no sea un psiquiatra, pero valía la pena una llamada, y así Denise llamó al único doctor Carlisle Cullen.

Después de 40 minutos de hablar con Carlisle, Denise volvió a entrar en la cocina donde había "colocado" a Anna durante su llamada telefónica.

—Anna, cariño, quiero lo mejor para ti—comenzó en un tono que hizo que Anna se preocupara. — Y no creo que vivir aquí sea lo mejor para ti en este momento. —El corazón de Anna se detuvo no podía estar enviándola de vuelta con su padre, ¿verdad?—Anna había quebrado a la mujer de una vez por todas, no podía; Denise era una supermujer, en la mente de Anna de todos modos. —He hablado con el doctor Cullen, y él estaría dispuesto a dejarte vivir con ellos por un tiempo, él tiene las competencias para cuidar mejor de ti.—Anna dejó escapar un suspiro de alivio, ella sólo quería que su mamá estuviera bien y si eso significaba ir a los Cullen; lo haría.

Anna solo deseaba haber podido predecir a quien vería cuando llegara allí, y la repentina ira que despertaría en ella.

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Solo diré una cosa... pongan atención a lo que Anna siente sobre su padre...

—Sam<3