II. Sentimiento de vacío

27 5 32
                                    

Mar

7.00 a.m, es la segunda vez que el despertador se escucha resonar en mi habitación, suspiro y lo apago, no tengo ganas de moverme de la cama para seguir la misma rutina de siempre llena de varios insultos pero, aun así, me levanto de la cama y me cierro en el baño para darme un baño para espabilar. Tras salir de la ducha me dejo secar el pelo al aire mientras me visto unas medias negras llenas de rotos con una falda y un top negro junto con unas botas, me pongo también una camisa blanca holgada por encima y me meto en el baño, me acomodo el pelo y, al ver que se está haciendo tarde, decido no maquillarme por lo que agarro mi mochila y salgo de casa.

Llego al insti y camino por los pasillos desprendiendo una falsa seguridad, es cierto que me siento cómoda con mi ropa, pero no con las miradas del resto, también se escuchan susurros respecto a que parezco una prostituta, que voy buscando que me violen y que ellos me follarían, trato de hacerle oídos sordos sabiendo que esos comentarios me estaban haciendo acomplejarme cada vez más. Paso las primeras clases como las de siempre, dibujando e ignorando a lo que debería prestar atención pero entonces llega el recreo, sé que va a ser el mismo infierno que siempre así que me encerraré en los baños nada más comprar un café. Trato de llamar la atención lo menos posible y me voy directa a la cola, para mi mala suerte, detrás de mi hay algunas de las personas que me acosaban por lo que estoy todo el rato que escuchando insultos a mis espaldas los cuales trato de ignorar como suelo hacer. Cojo mi café y salgo a paso rápido para evitar que me vean, me meto en el baño y me tomo mi café lentamente reprimiendo las lágrimas.

Al volver a clase, por primera vez en el día una pequeña sonrisa ilumina mi cara al ver a la chica con la que compartí miradas ayer, a la cual había empezado a dibujar, esa clase la paso continuando el dibujo hasta acabarlo, también traté de atender un mínimo hasta la hora de volver a casa. Antes de salir coloco con un clip en el dibujo una nota que pone "te ves linda cuando sonríes, ojalá lo hicieras más :) -M" y disimuladamente me fijo en cual es la taquilla de Adela, hago un poco de tiempo hasta que el pasillo se vacía y dejo el dibujo en la taquilla de Adela; después de eso me voy a casa.

No he comido nada y son más de las 12 por lo que para mi esa mañana ya se ha transformado en la tarde. Creo que para mí el peor momento del día son las tardes, cuando me paro a asimilar mi mañana y me doy cuenta de que algo no va bien, cuando me siento la persona más sola del planeta, cuando empiezo a temblar solo con la idea de pedir ayuda, porque me da miedo que en otro contexto vuelvan a no creerme. Las tardes también son duras en el sentido de estudios porque soy incapaz de concentrarme, me acostumbro a dejarlo para hacerlo a la noche, pero eso también me agota. También son las tardes cuando me prohíbo comer por miedo a engordar, cuando en 24 horas no me permito comer más de 250 kcal.

Decido pasar la tarde escuchando música mientras trato de dibujar algo que me guste un mínimo. En realidad, lo único que me salva levemente de la realidad del mundo es dibujar o escuchar música, el dibujo es mi técnica favorita de desahogo, donde también reflejo todo el dolor, la música me permite pensar que todo va bien por unos minutos, aunque rápidamente llega algo que hace que cambie de opinión. Cuanto más tarde se hace, más oscuro tornaba el día y más se me dificulta el centrarme solo en mi, sin prestar atención a las vocecitas a mi alrededor; decido que probablemente parar la música sea la mejor opción pero caigo en la cuenta de que no lo es cuando todas las voces aumentan y mi respiración empieza a fallar. Me abrigo rápidamente y salgo de casa, solo hay un sitio en el que ahora mismo quiero estar. Empiezo a caminar a paso rápido en medio de las calles tratando de controlar mi respiración y después de unos casi eternos 10 minutos llego a aquel acantilado, ese al que siempre voy cuando algo va mal, ese que se siente como mi hogar. Me siento en uno de los bordes y dirijo mi vista hacia el mar mientras balanceo los pies, cojo mi móvil y busco los ejercicios de respiración que había guardado para cuando los necesitara, los repito un número que no es concretamente pequeño de veces hasta que siento que mi respiración vuelve a ser la de siempre, después me pongo los auriculares con música a un volumen lo suficientemente bajo como para escuchar las olas del mar de fondo. Cierro los ojos dejando que la brisa del mar se sienta como si chocara contra mi, no fui consciente de cuanto tiempo pasé así hasta que dirigí la vista al cielo, se ha hecho totalmente de noche y probablemente la mejor opción es volver a casa. Me levanto y camino a un paso bastante rápido hacia casa, desde aquella noche le había cogido más miedo que nunca a ir sola por la noche y aquella escena no dejaba de repetirse en mi cabeza.

Llego a casa y tardo unos minutos en asimilar que llegué bien, me cambio de ropa al pijama y tras ver como el reloj marca las 2.00 a.m me tumbo en cama tratando de dormir, en realidad pasé muchas horas mirando al techo. Eran sobre las 6.00 a.m cuando conseguí dormir, mi despertador va a sonar en menos de una hora.
_______________________________

Nota de la autora: Hola!!! Realmente a nadie le importa esto así que voy a intentar no enrollarme.
¿Qué os está pareciendo la novela en general?
¿Qué os pareció este capítulo?
¿Quién os cae mejor y quién os cae peor?
No sé si comentaré todos los capítulos porque tengo 0 memoria y se me olvida, lo sieeento. <3
Voy a decir lo obvio y es que si lo leéis me gustaría que votarais porque anima mucho a seguir haciendo, aunque probablemente lo haga aún sin tener apoyo, porque es lo que me gusta.
Dicho esto, me despido <3

Sincericidio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora